Ante personalidades del cine, los medios y los capitalistas del "desarrollo" inmobiliario, CFK presentó el proyecto para construir un polo audiovisual en la Isla Demarchi, predio próximo a Puerto Madero, al sur de la ex Ciudad deportiva Boca Juniors, actualmente propiedad de Irsa.
Este nuevo proyecto K está enmarcado dentro del Decreto 1382, de agosto de este año, donde se crea la Agencia de Administración de Bienes del Estado, disolviéndose el Onabe. Con esta herramienta jurídica se reitera lo que hizo Carlos Menem cuando creó la Corporación Antiguo Puerto Madero SA. A través de la nueva agencia, el gobierno transfiere tierras públicas sin intervención del Congreso Nacional, a una sociedad que, en principio, manejaría la Anses, pero donde el paquete mayoritario, a medida que se avance en la erección de proyectos, quedaría en manos de desarrolladores inmobiliarios. Entre ellos estarían Irsa, Consultatio y otros conocidos por la construcción de torres, barrios privados lujosos y centros comerciales. Elsztain que es el presidente del Banco Hipotecario y, a su vez, de Irsa, se encontraba en primera fila en el acto de anuncio del polo. Recordemos, además, que el Hipotecario es el agente financiero único del nuevo plan de viviendas anunciado por el gobierno, también con recursos de la Anses.
El terreno en cuestión pasará a manos de la Anses en un 99 por ciento y el porcentaje restante será para la Secretaría de Política Económica (Axel Kiciloff). En treinta días se abrirá un proceso de presentación de proyectos de "desarrolladores urbanos". "Va a haber un comité evaluador integrado por la Anses, la Secretaría de Comunicación, el Ministerio de Planificación y también vamos a invitar al Gobierno de la Ciudad", sostuvo CFK.
"En total son 120 mil metros cuadrados, adonde podrán levantarse edificios de viviendas a razón de 3.000 dólares o más el metro cuadrado, oficinas, locales comerciales, espacios de recreación y un estadio cubierto, además de todos los espacios referidos al Polo" (David Cufré, en Página/12).
"Cambio de zonificación"
Según el Código de Planeamiento Urbano, la zona está catalogada como "distrito industrial". Por el momento, sólo pueden instalarse industrias, como las ya emplazadas Central Eléctrica Costanera Norte y los talleres navales Tandanor y Domeq.
Junto a la Isla Demarchi, Irsa tiene pendiente su proyecto Solares de Santa María, que ha sido bautizado como la Dubai porteña. Se trata de once torres de 50 pisos, embarcaderos privados y centros comerciales. Pero la obra no ha comenzado aún, porque es necesario cambiarle la zonificación al predio de la ex Ciudad Deportiva, que no cuenta aún con mayoría de votos en la Legislatura porteña. Por este empantanamiento, "las empresas de Elsztain que cotizan en bolsa comenzaron a perder puntos desde marzo. Se habla de que Irsa pasó de valer 3.300 a 2.400 millones de pesos" (Politica online).
Pero la situación podría cambiar con la creación del Polo Audiovisual: en un "combo", los legisladores podrían votar un cambio de zonificación en favor del Polo y de los "Solares" de Elztain.
En ese caso, quedaría descartado el relleno de residuos de construcción proyectado por Macri para la Isla Demarchi, un adefesio que fuera rechazado en una audiencia pública, pero que también implicaba una pérdida de valor para el proyecto inmobiliario de Irsa.
Volviendo al periodista Cufré, de Página/12: "La creación de la sociedad anónima (que contará como patrimonio a las tierras del nuevo Polo Audiovisual) le permitirá a la Anses incluir al Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) que recibirá las ganancias que se generen, no sólo por la venta inicial de tierras, sino como participante del negocio inmobiliario posterior, las ventas de departamentos, alquiler de oficinas y explotaciones comerciales que se generen. La Anses irá cediendo parte de su paquete accionario a los inversores privados que aporten los fondos para las distintas obras y, probablemente, se queden con el management…". En suma, la Anses será el financista de una enajenación de tierras públicas a gran escala. Pero cuando comiencen las operaciones inmobiliarias de mayor rédito, será obligada a ceder su participación.
La presencia de artistas y miembros de la cultura, ¿no será el maquillaje de un gigantesco operativo económico contra la Ciudad y sus espacios públicos? La fachada de la cultura, ¿no servirá de excusa para conseguir los treinta y un votos en la Legislatura?
Los trabajadores tenemos que organizarnos para terminar con esta burbuja inmobiliaria y poner las tierras públicas al servicio de nuestras necesidades sociales.