Sociedad
13/3/2025
"El reclamo de los jubilados es el reclamo de todo el pueblo argentino"
Luchar se hace imprescindible cuando la jubilación mínima cubre menos de un tercio de la canasta básica de la tercera edad.

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Foto: @ivanot_28 @ojoobrerofotografia
"Si bajamos los brazos nos van a golpear más y más, entonces preferimos seguir luchando hasta el fin". Esas eran las palabras con las que Raúl, de 90 años, explicaba emocionado por qué sale a las calles todos los miércoles junto a sus compañeros jubilados, soportando la represión criminal de Patricia Bullrich, que en la última convocatoria mostró su faceta más despiadada.
Raúl lucha porque no tiene nada para perder, cobra la mínima, "$340 mil con bono y todo, antes comía dos o tres veces por día, ahora me estoy acostumbrando a una sola vez". La crudeza de su testimonio retrata la realidad de 5 millones de jubilados, cuyos ingresos no llegan a cubrir ni siquiera un tercio de la canasta básica del adulto mayor, calculada en $1.200.000 por la Defensoría de la Tercera Edad.
También escuchamos las palabras de Carlos, el jubilado de Chaca que tuvo la idea de convocar a los hinchas de su club, encendiendo la mecha en el resto de las hinchadas. "Un infarto, un stent, anticoagulado, pero estoy tomando la mitad de la medicación porque no me están dando gratis los remedios", relató en una entrevista. Como vemos, manifestarse es para los jubilados una cuestión de vida o muerte, en el sentido más literal de la palabra.
Sin embargo, ellos también se movilizan por el derecho a jubilarse de las futuras generaciones, que hoy en día está en riesgo con la eliminación de la moratoria previsional. "El reclamo de los jubilados es un reclamo de todo el pueblo argentino", se oyó decir al compañero del Plenario de Trabajadores Jubilados, Eduardo Martínez, desde el escenario montado en la Plaza Congreso. Sí, ni los gases ni la militarización pudieron impedir que los "jubilados de los miércoles" realizaran su acto, ni tampoco ocultar el anclaje profundamente popular que tiene esta causa, al punto de concitar el apoyo de las hinchadas de fútbol.
"Si le pegan a los viejos, qué quilombo se va armar" era el canto que unía a todos los presentes en Plaza Congreso, sin distinción de camiseta. Y se armó: al caer la noche, una multitud indignada con la brutal represión se dirigió a Plaza de Mayo al grito "que se vayan todos". Lo ocurrido marcó un quiebre en el humor social: lejos de verse intimidado por el accionar de las fuerzas federales, el pueblo volvió a ganar las calles exclamando que Bullrich y Milei se tienen que ir; ojalá sea, como dijo Nora Biaggio en su discurso, "el inicio de la rebelión".

