Sociedad

8/9/2020

El testimonio de las mujeres sin techo en la lucha por la vivienda en Córdoba

En asentamientos precarios, con recursos mínimos y la constante amenaza de desalojo, cientos de familias se lanzaron a las ocupaciones de tierras para encontrar una salida frente al déficit habitacional que, en Córdoba, alcanza a más de 300.000 familias.

En la provincia ya son más de 20 las nuevas ocupaciones. Soledad, delegada de una toma ubicada en la zona sur de la ciudad, señala que los impulsó la necesidad, agravada por la pandemia: “Yo era niñera y era empleada doméstica y me quedé sin trabajo. Y tampoco podía pagar el alquiler. Entonces con 12 compañeras hicimos hincapié para venir a ocupar acá”.

Estas familias encontraron en estas ocupaciones una salida precaria al hacinamiento producto del alza en los alquileres y la desocupación creciente. Yamila y Delia lo grafican al relatar que vinieron a la toma en busca de un espacio propio: “Éramos cinco familias en una sola casa […] muchas veces hay discusiones familiares, tenés que estar encerrados, entonces cuando nos invitaron a venir a lucharla decidimos venirnos. También para que el día de mañana nuestros hijos tengan algo para ellos mismos”.

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A la cabeza de estas tomas se encuentran mujeres jefas de hogar que se ponen al hombro esta lucha por el futuro de sus hijos; así lo relata Marcela: “Yo hago esto por el bien de mis hijos, porque yo no tengo donde estar […] yo me siento bien, pero es una lucha. Y si yo tengo que luchar con ellos la voy a luchar”.

Muchas de ellas vienen escapando de situaciones de violencia. Es el caso de Belén, quién encontró en la toma un lugar de resguardo y contención: “Estoy viviendo al fondo del predio porque mi marido me pega, tengo amenaza de muerte, tengo amenazas de que me va a sacar los chicos. Sinceramente no tengo donde quedarme y por miedo vine y me metí acá”.

Las ocupaciones en la zona sur de la ciudad hoy cuentan con centenares de familias, compuestas mayoritariamente por mujeres, niños, niños con discapacidad y personas mayores. Han tenido que enfrentar varios intentos de desalojos, amenazas de las fuerzas policiales y persecución judicial. Sin embargo, la fortaleza de estas mujeres en defensa de su derecho y el de sus hijxs las mantiene firmes en el reclamo al gobierno provincial y municipal.