Sociedad

4/12/2019

Elecciones en Boca Juniors: un ídolo entre buitres

Las elecciones de Comisión Directiva en Boca Juniors, que se realizarán el próximo 8 de diciembre, llamaron la atención de hinchas –propios y ajenos-, socios, políticos, medios de comunicación y de la población en general.


Es que no se trata de una elección más. No sólo porque están habilitados para votar casi 90.000 socios, sino porque además existen posibilidades de que el macrismo sea desbancando de la presidencia del club, luego de 25 años. Tras las derrotas de Macri en el país y de Vidal en la provincia de Buenos Aires, los coletazos de rechazo a una política de enorme ataque a las mayorías populares podrían tener sus réplicas en el xeneize.


La gestión del club, particularmente en los últimos 8 años bajo la presidencia del dueño de bingos y operador de la justicia –y, digamos de paso, hincha de Huracán-, Daniel Angelici, será recordada por los hinchas de la mitad más uno como una gestión de bajísimos resultados deportivos y un desprecio creciente hacia el hincha y el socio. Su ligazón con los servicios de inteligencia, el Poder Judicial, el Ejecutivo y hasta la AFA, fueron puestos en favor de él mismo y de sus eventuales alianzas políticas.


Los hinchas y socios fuimos víctimas de un atropello constante. Desde los espurios manejos de la asignación de tickets –los propios socios quedaban afuera de partidos en la Bombonera-, pasando por el maltrato y represión a la entrada y salida del estadio por parte de la Policía de la Ciudad, y las preferencias en fomentar la asistencia de turistas antes que bosteros de toda la vida. Mientras que otros equipos pueden tener hinchadas visitantes en Rosario o en la provincia de Buenos Aires, los de Boca parecen tener vetada esa posibilidad.


El manejo punteril de las peñas de socios del interior, sobre todo a partir de la asignación de entradas y el subsidio para viajes, le otorga un control cautivo de un sector importante de socios.


El creciente aumento del precio de las cuotas sociales y el impedimento de poder asociarse –sólo existe una categoría de “adherente”, paga y prácticamente sin beneficios, que sirve para estar en una lista de espera- se transformó en un cuadro expulsivo para la enorme mayoría de trabajadores xeneizes que quieren ir a ver al club de sus amores.


Este prontuario engendró un rechazo creciente por parte del socio que asiste religiosamente a la cancha, que tendrá su reflejo en las urnas.


Quienes pretenden capitalizar este derrotero son los de la lista encabezada por el ex presidente de Boca, Jorge Amor Ameal, que contará como candidato a vocal a uno de los máximos –o el máximo- ídolo de Boca Juniors: Juan Román Riquelme. El hecho de no estar ligado a grupos económicos y a negociados con el fútbol, sumado a una conducta intachable frente a las extorsiones de barrabravas que recurrentemente le pidieron dinero, lo transforman en una referencia para el hincha que no está bajo la égida de la barra brava.


Esta lista ha levantado la simpatía de miles de hinchas y socios. La participación de Román fue fundamental para dar el empuje final, pero los esfuerzos de conformar un frente para sacar al macrismo de la directiva del club vienen de antes. En este proceso es interesante destacar un incipiente proceso de politización de socios del club que excede a la política de Boca. En función de ese proceso han surgido agrupaciones –algunas por abajo, aunque en gran medida, desde arriba, es decir, auspiciadas por algún sector dirigente- que colocan el eje en devolver la identidad al club. Una identidad indefectiblemente ligada al “pueblo”, y en menor medida a la clase obrera.


Este apoyo se reflejó en los últimos partidos en donde se coreó el apellido de Román y se cantó que “Boca va a salir campeón, el día que se vayan todos los hijos de puta de la comisión” y también “Angelici botón”


Sin embargo, lejos está de ser un frente homogéneo, y menos que menos “nacional y popular”. La lista encabezada por Ameal aglomera personajes de distintos ámbitos de la política del club y más allá. Él mismo llegó a la presidencia luego de la muerte de Pedro Pompilio, número dos de Macri durante toda su carrera en Boca. Ameal no sólo tiene vínculos con peronistas de vieja data como Kunkel o Mussi, sino que su jefe de campaña fue el diputado de Cambiemos Daniel Ivokus. Un viejo conocido en el mundo Boca, Roberto Digón, fue diputado por el menemismo y previamente había sido Secretario General de Empleados de Tabaco de la República Argentina y directivo de la CGT en tiempos de Ubaldini. Valdez, de la burocracia del SOIVA (Vidrio), también es candidato.


Tampoco la lista de Gribaudo es un frente 100% macrista. Intendentes del PJ se han reunido con él y han dado su apoyo a la lista oficialista. Sus nexos vienen de su larga trayectoria política, no solo como funcionario del PRO en CABA, sino por haber integrado la boleta de diputados con Massa en 2013. Luego, su cargo en el IPS fortaleció sus nexos con algunos intendentes bonaerenses.


El hincha pretende que Román maneje el futbol, y por eso su lista concitará un apoyo de masas que se medirá con el "aparato" oficial. Pero hay un espejismo de por medio: el fútbol, ni siquiera bajo la batuta de los mágicos pies de Román, a cargo de la inteligencia sin igual para leer los partidos y jugarlos, no podrá independizarse del sucio negocio capitalista que lo condiciona. En caso de ganar, se abrirá una disputa entre las aspiraciones de Román y los negocios de Boca, los mayores del futbol argentino.


Los criterios de restricción para conformar una lista –el mayor, la necesidad de presentar avales equivalentes al 5% del patrimonio del club- convierten a la elección en una disputa cerrada entre capitalistas, que han recorrido y estado en los pasillos y despachos del club. Para que el club pueda volver a ser de todos los hinchas, que se involucre en la vida social del barrio y más allá, que pueda ser un centro de formación y esparcimiento de la clase obrera, deberá acompañar un proceso más amplio de reorganización económica en todo el país. Los aires nuevos que recorren el club, con la ilusión en Román y con la participación y preocupación política de miles de hinchas, deben ser el punto de apoyo para organizar a los hinchas bajo una perspectiva de independencia de clase.