Sociedad

11/5/2022

En lo que va del año, los alimentos aumentaron hasta un 25,2% en el conurbano

Es estridente el fracaso de la política oficial de precios, que no alcanza al grueso del consumo popular.

Los alimentos aumentaron mucho más en almacenes y comercios de cercanía.

Los alimentos subieron hasta un 25,2% en las barriadas populares del conurbano bonaerense en lo que va del año. Así lo postula el director del Instituto de Investigación Social, Económica, Política y Ciudadana (Isepci), Isaac Rudnik, al ser entrevistado por TN. Todo el informe es de por sí alarmante, porque advierte también sobre el desencadenamiento de otros problemas contiguos, como el aumento en el consumo de harinas y el empeoramiento de la alimentación ante la insuficiencia de los salarios y los ingresos de la población más empobrecida.

Esto revela a las claras el fracaso estridente de toda la política y cada uno de los programas de controles de precios, que no llegan al grueso del consumo popular. Si ya los dislates entre los precios en las góndolas de las grandes cadenas y los almacenes de barrio daban cuenta de ello, que los productos incluidos en las listas oficiales de controles sobre los “comercios de cercanía” estén por encima de lo acordado termina por pintar el panorama.

Como podía esperarse, entre los productos que más se encarecieron se encuentran varios cortes cárnicos, que reportaron en los últimos meses una inflación sideral. Así, se fue produciendo una modificación progresiva en la dieta de los trabajadores de menores recursos, pasando a sustituir la carne vacuna cada vez más por el pollo y puntualmente a sus cortes más baratos, como las alitas.

Pero, de fondo, los hábitos alimenticios de esta franja de la población laboriosa se desplazan cada vez más hacia productos “que llenan”, pero son tan baratos como poco recomendables nutricionalmente para consumir a diario: es el caso de las harinas o los alimentos ricos en grasa. Ya el director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (Cepea), Sergio Britos, había advertido al respecto que el 89% de los hogares en el país no accede a una alimentación de calidad por la inflación.

Y la situación se perfila cada vez peor. Solo en el último mes, varios cortes de carne, el pescado, la leche, el arroz y el pollo aumentaron entre un 10% y 25%. Por todo lo previamente descrito, Rudnik también señala que un 40% de los jóvenes de hasta 17 años registra altos niveles de malnutrición. Esta situación, que aduce que en las barriadas más empobrecidas se debe fundamentalmente a un problema de ingresos, viene explicada por cómo el Índice General de Precios fue aumentando cada vez más por encima de los planes sociales, de las actualizaciones de la Tarjeta Alimentar y otros programas de los que depende frecuentemente la población más pobre. Nosotros agregamos que a su vez también entra en la base del problema la paupérrima calidad alimenticia de los productos destinados a comedores y merenderos populares de los que dependen miles de familias por parte del Estado.

Este calvario para millones de personas hundidas en la pobreza tiene que terminarse. La imperiosa necesidad de trabajo genuino con salarios acordes a la canasta familiar, así como de que se garantice un verdadero seguro a los desocupados hasta alcanzar este objetivo, se hacen visibles en todos los flancos de la vida social. Ante este catastrófico cuadro de crisis, la Marcha Federal convocada por la Unidad Piquetera, que está ganando las calles de todo el país en estos momentos, plantea un horizonte para pelear por estas reivindicaciones.