Sociedad

20/9/2007|1010

Fútbol: El oro de Moscú

La eterna lista oficial de la AFA encabezada por Julio Grondona, cuya reelección está prevista para el mes próximo, puede sufrir serias alteraciones. Nada hacía prever que el reinado de Grondona y su familia en los turbios manejos del fútbol terminara chocando nada más ni nada menos que con el “oro de Moscú”.


Después de una larga investigación, a la que ha denominado paradójicamente "Perestroyka", la policía brasileña acusó al capitalista ruso Boris Berezovsky, acérrimo enemigo del presidente ruso Vladimir Putin, por lavado de dinero. La Justicia brasileña pidió su captura internacional.


El magnate Boris, un hijo dilecto de las privatizaciones en Rusia, se hizo multimillonario con las exportaciones a su país de autos Mercedes-Benz, la marca preferida por los miles de funcionarios ”bolcheviques” reconvertidos en capitalistas. Boris llegó a tener el 49% de las acciones de la TV también privatizada. Fue elegido incluso en la Duma (Parlamento) en el ‘99, hasta que cayó en desgracia a fines de 2000. Terminó exiliado en Londres, dejando atrás una cadena impresionante de defraudaciones.


El magnate ruso “entró” al mundo del fútbol mundial para lavar dinero. A través de un testaferro creó un grupo financiero, el MSI, y puso al frente a un testaferro iraní que compró al Corintians en el 2004 y en el 2006 lo dejó con una deuda de 26 millones de dólares.


Argentina, Argentina, Argentina


Uno de los negocios importantes en esta operación de lavado pasó por Grondona, hombre que en la Fifa integra la poderosísima Comisión de Finanzas. Entre sus obligaciones está la de controlar nada menos que las posibles operaciones de lavado de dinero en el fútbol. Precisamente…


La intervención de Grondona en esta comisión es el equivalente a poner al zorro al cuidado del gallinero. Desde que el MSI de Boris compró el Corintians, allí comenzaron a realizarse todo tipo de operaciones multimillonarias con jugadores y técnicos argentinos patrocinadas por el propio Grondona. Passarella fue técnico del Corintians; después se hicieron los pases de Tevez (de Boca), Mascherano (de River) y Domínguez (de Newell's). El plato fuerte fue que el propio hijo de Grondona pasó a integrar la directiva del Corintians.


Hoy la policía brasileña ha descubierto a través de escuchas telefónicas que se realizaba un enorme lavado de dinero con los contratos de los jugadores que cobraban sus sueldos, primas y contratos reales en paraísos fiscales evadiendo al fisco. Están involucrados no sólo argentinos sino también decenas de jugadores brasileños. Los medios especializados internacionales señalan que la inmensa mayoría de los actuales pases a ignotos clubes rusos por miles de euros están directamente ligados al lavado de dinero, y una operatoria similar se realiza con el mercado mexicano.


De prosperar las investigaciones, Grondona y “la familia” que domina la AFA van a entrar en serios problemas que no sólo pueden significar la caída del eterno cargo en la sede del fútbol nacional, sino incluso la posibilidad de ir presos. La crisis del Corintians tiene como socios a las directivas de Boca y de River, los grandes beneficiados con este negocio y con los repartos multimillonarios atados a la televisación del fútbol. Ambos clubes defienden la perpetuidad de Grondona para cubrir sus propios negociados, en un acto casi mafioso. El gobierno, ni lerdo ni perezoso, ya tiene preparado a otro “pro ruso” como recambio de Grondona: Carlos Heller, que como premio consuelo por la pérdida en segunda vuelta con la elección de Filmus tendría el enorme bocado económico de la AFA, esta vez supervisado por el gobierno.


Como se ve, a pesar de la caída de la Unión Soviética, el “oro de Moscú” aún influye decididamente en los intereses “nacionales”.