Las tormentas producidas en los últimos días y especialmente en la noche del jueves 25 de mayo, han dejado extensas zonas urbanas bajo el agua. Es un problema histórico para les vecines y trabajadorxs de Avellaneda, resultado de la ausencia de obras hídricas por parte del gobierno municipal de Jorge Ferraresi, del Frente de Todos-PJ.

Barriadas enteras como Dock Sud, Isla Maciel, La Saladita, Piñeyro, Gerli, Wilde, Villa Dominico, Villa Castellino, Villa Dominico, amanecieron el viernes 26 con inundaciones, poniendo en serio riesgo las condiciones básica de vida de centenares de familias. Solo en Villa Azul (Wilde) las aguas crecieron por encima de un metro, dañando casas y autos. Los vecinos debieron quitar a baldazos las aguas que ingresaban a sus viviendas.

Con los pies sobre aguas servidas, y el peligro de cortocircuitos ante las precarias conexiones eléctricas. De esto es responsable el actual intendente peronista, quien hace pocos días era el interventor estatal de la empresa Edesur.

Las inundaciones no son resultado de un suceso “natural” (alta cantidad de precipitaciones), sino social y político. Acción y omisión, ajuste. El Ejecutivo local viene publicitando obras públicas en los barrios, pero en su gran mayoría son remodelaciones, arreglos o inauguraciones de plazas: un poco de cemento y pintura. Desde hace más de diez años que viene gobernando la gestión Ferraresi y no ha solucionado las grandes problemáticas de les vecines. Un ejemplo de ello es Villa Inflamable, donde más de 800 familias sobreviven inmersos en podredumbre y contaminación.

Sucede que Jorge Ferraresi, pese a su discurso progre, gobierna para las grandes patronales y los especuladores inmobiliarios. Pese a destinarse más del 70% del presupuesto municipal en obras públicas, las mismas no llegan a las barriadas más urgentes. Las prioridades están puestas en la imagen, no en las necesidades. A la par recordemos que detrás de cada arreglo, refacción o reasfaltado, en su gran mayoría se efectúan contrataciones y convenios con privatizadas, tercerizando la labor, sin que los habitantes de Avellaneda conozcan que tipo de obra y cuanto se gastará, transformándolo en una gran caja negra. En la ciudad el gobierno participativo está de espaldas del pueblo trabajador.

A esta situación se le suma que el Ejecutivo local entrega terrenos a manos privadas, esenciales para escurrir aguas de tormentas. Así como en el Congreso cajonean la ley de protección de humedales, en Avellaneda Ferraresi se lo obsequia a la multinacional de logística Exolgan con el fin de taparlo de cemento y hormigón, así expandir la playa de maniobras y alojamiento de los contenedores.

Las fuertes precipitaciones sucedidas venían siendo anticipadas, desde hace varios días, por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Aviso del cual el gobierno “nac&pop” no hizo recibo. Provocando que en la noche del jueves 25 no habían abierto centros de resguardo, ni la precaución de evacuar a les habitantes de las barriadas que se inundan cotidianamente.

El silencio de los concejales de la oposición macrista, Juntos por el Cambio, ha jugado un papel de complicidad en el ajuste precarizador.

Kicillof y Ferraresi gobiernan para el gran capital y los especuladores. Como así también lo ha hecho Vidal (del PRO) en la provincia de Buenos Aires. Luchemos por mejoras en las condiciones básicas de vida, por obras públicas diseñadas y controladas por los vecinos y trabajadores de las barriadas más urgentes, y la urbanización de las villas y asentamientos.