Sociedad

25/3/2025

Jeremías Sosa: la violencia y el abandono que nadie detuvo

Fue linchado en Olivera, partido de Luján.

Foto aportada por la familia

El sábado 22 de marzo, a partir de las 18 horas, se realizó una nueva marcha en Olivera, partido de Luján, en reclamo de justicia por Jeremías Sosa. Familiares, amigos, vecinos y personas conmovidas por lo sucedido se movilizaron para exigir el esclarecimiento del caso y el castigo de los responsables.

Jeremías fue víctima de un linchamiento. Según relataron familiares y testigos, esa noche se encontraba en la casa de su hermana y decidió salir a caminar tras sufrir un ataque de pánico. En un momento, se desorientó y un grupo de aproximadamente diez personas lo atacó brutalmente. Lo golpearon, lo ataron y le quitaron la vida. Según las primeras versiones, los agresores afirmaron haberlo confundido con un ladrón.

Su familia lo recuerda como un hombre trabajador y solidario, que no merecía un destino tan cruel. Jeremías era oriundo de Misiones y había viajado hace un año a la provincia de Buenos Aires, a trabajar de albañil con la esperanza de conseguir mejores oportunidades laborales. Su objetivo era ahorrar dinero para poder pagarle la fiesta de 15 a su hija. Además, en su pueblo natal, administraba y financiaba, sin ayuda estatal, un comedor comunitario en el que alimentaba a niños en situación de vulnerabilidad.

Más allá de la brutalidad del crimen, la familia también cuestiona el accionar de la policía y los servicios de salud. Según sus cálculos, el patrullero tardó aproximadamente media hora en llegar al lugar y la ambulancia demoró cerca de cuarenta minutos. “No sabemos si Jeremías podría haber sobrevivido al ataque”, expresó su tía antes del inicio de la marcha.

Una vecina del pueblo que se acercó a conversar con los asistentes aclaró que esa situación la vive cada día, ya que su madre tiene más de 90 años y ante cada situación de emergencia de salud debe esperar mucho tiempo para que la atiendan.

En Olivera no hay destacamento policial, no hay clínicas ni hospitales, solo un Centro de Atención Primaria que funciona en la sede de la Sociedad de Fomento, que al momento de realizarse la marcha, estaba cerrada. Pero mientras la marcha tuvo lugar en la avenida principal, dos patrulleros se hicieron presentes.

La familia y allegados de Jeremías comentaron que varios acusados no han sido imputados, como por ejemplo, la persona que facilitó la soga para que lo ataran. Además, entienden que una de las familias involucradas en este crimen tiene relación con la causa de la efedrina, por lo que estiman que “si no pagaron por eso, no sabemos qué va a pasar con esto”.

Este caso también pone en evidencia cómo los discursos de odio, que se propagan rápidamente por redes sociales y ciertos medios de comunicación, alimentan la violencia en la comunidad. El prejuicio hacia el 'otro', la desinformación sobre situaciones cotidianas o simplemente el estigma hacia personas de otras localidades, crea un caldo de cultivo donde la violencia se justifica bajo falsas percepciones de amenaza. La confusión de Jeremías con un ladrón es un reflejo claro de cómo las generalizaciones y estigmas pueden llevar a consecuencias fatales, y pone en evidencia la necesidad de frenar los discursos que alientan la intolerancia y la violencia.

La causa está a cargo de la fiscal María Laura Cordiviola, de la Unidad Funcional de Instrucción N°10 del Departamento Judicial Mercedes.

Exigimos justicia por Jeremías Sosa y el fin de la impunidad en Olivera.

¿Qué va a pasar con las Paso en la provincia de Buenos Aires?
Kicillof en su laberinto -
www.prensaobrera.com