Julio Grondona acaba de firmar un acuerdo con el oligarca ruso Victor Vekselberg (una fortuna de seis mil millones de dólares) que le da pase libre para organizar 24 partidos del Seleccionado argentino, dormir con la selección, participar de charlas técnicas y hasta, por lo que parece, sentarse en el banco con los suplentes. El alquiler significa el pago a la AFA de 14 millones de dólares. El plazo del contrato llega a 2010.

 

Los oligarcas rusas son considerados, incluso en su país, ladrones del patrimonio público. Incursionaron en el fútbol, entre otros, como una forma de lavado de dinero. El contrato en cuestión pone de manifiesto que la Selección nacional no es tal, sino propiedad privada de la AFA. Según el diario El País, de Madrid, este contrato habría sido la razón de la renuncia de Pekerman.