Sociedad

27/4/2022

inflación

La carne subiría al menos 7% en abril, y se aleja más de la mesa de los argentinos

El gobierno prometió asado, pero aumentó 235% desde su asunción.

Los precios de los cortes no paran de crecer.

En abril los precios de la carne aumentaron otro 7%, según lo postula un relevamiento de la consultora LCG. Así, los distintos cortes aumentaron en el plazo interanual a marzo en un 60%, mes donde aquellos que estaban contemplados en el programa “Cortes Cuidados” subieron de cualquier modo entre un 6,6% y un 9,5%. La disociación de los precios de con los salarios parece francamente imparable.

Cabe recordar que actualmente el salario mínimo se ubica en $38.940, mientras que la tira de asado llegó a $1.000 el kilo. De este modo, podemos deducir que hoy se compran entre 38 y 39 kilos del corte con una remuneración base. Un número que ya de por sí releva el hundimiento del salario, y que llevó al consumo de carne per cápita más bajo en un siglo en el país. Ahora bien, si contrastamos estos números con diciembre de 2019, cuando Fernández asumió prometiendo “la vuelta del asado”, un salario mínimo entonces en $16.875 bastaba para comprar 58 kilos de asado, que cotizaba entonces $290.

La consultora Focus Market comparó los aumentos de precios bajo los gobiernos de la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el expresidente Mauricio Macri y el liderado por Alberto Fernández ahora. Sin que haya concluído aún el mandato por cuatro años del Frente de Todos, ya es el gobierno de esta comparativa donde más aumentó el asado: 235%.

Si seguimos tomando como referencia a este emblemático corte para la parrilla de los argentinos, vemos que en marzo ya había trepado un 7,8%, aportando a un 58,8% interanual. Es un retrato de cómo se viene consolidando el derrumbe del poder adquisitivo de salarios cuya evolución quedó cómodamente debajo.

En este cuadro, la semana pasada se definió el futuro de Precios Cuidados. A esta altura ya parece un chiste de mal gusto, pero no. El gobierno sigue insistiendo con los controles de precios que no sirvieron ni sirven para detener los aumentos, porque quiere simular algún tipo de preocupación por el bolsillo popular mientras preserva un esquema económico netamente inflacionario. Así las cosas, según el propio acuerdo, que se encuentra en la cornisa de otro fracaso, se autorizó un 3% de aumento mensual para los ítems contemplados, pese incluso a que la escalada en los alimentos reporta un 20,9% solo en el primer trimestre del año.

Hay que ponerle un punto final a este derrumbe, y queda claro que las recetas hasta ahora empleadas no dan resultados. La única forma es ir al meollo del problema: abrir los libros de toda la cadena de valor al control obrero y popular, constatar los valores reales del proceso ganadero y, claro, recomponer un salario hecho añicos al coste de una canasta básica familiar como mínimo.