Sociedad
15/11/2023
La pérdida salarial medida en kilos de asado
El ingreso de los trabajadores formales equivale a 47 kg menos que hace diez años.
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Se desplomó la capacidad de compra del asado.
Se puede medir la pérdida de poder adquisitivo del salario en función de los kilos de asado que este es capaz de costear. Esa cifra se desplomó a lo largo de los años, con lo que prender el fuego para hacer algo a la parrilla se ha vuelto una práctica cada vez más inusual en la vida de las familias trabajadoras.
Según un informe de la consultora Equilibra, en base a datos oficiales, con el ingreso promedio mensual de los trabajadores registrados era posible comprar 189 kg de asado en 2013, mientras que ahora alcanza para 142 kg.
Los asalariados del sector informal, por su parte, hace diez años llegaban a pagar con su sueldo 69 kg de asado, y, en la actualidad, pueden adquirir 41 kg. Asimismo, los cuentapropistas tenían una capacidad de compra equivalente a 88 kg de asado en 2013, disminuyendo a 52 kg en 2023.
Finalmente, la inflación galopante y los topes salariales -pactados entre el gobierno, las empresas y la burocracia sindical- impiden que trabajadores que se desloman en jornadas laborales extenuantes puedan darse el gusto de comer un asado junto a sus afectos cuando llega el fin de semana. Una de las tantas privaciones a las que son condenados por parte de los políticos capitalistas que se sucedieron en el poder.
Si observamos el índice salarial del 2023 también observamos su caída. Mientras la inflación entre septiembre 2022 y septiembre 2023 fue del 138,3%, los salarios del sector formal variaron 136,6% y los del sector no registrado 94,2% en ese período. A su vez, la inflación acumulada en los primeros nueve meses del año fue del 103,2%, superando el índice salarial de los trabajadores registrados (100,2%), de los estatales (100,2%) y de los que trabajan en la informalidad (76%). Por último, en términos mensuales, la evolución salarial del sector público (11%) y de los empleados informales (7,5%) quedó por detrás de la inflación de septiembre (12,7%).
El deterioro de los ingresos populares seguirá su curso, entendiendo que el Presupuesto 2024 comprende una proyección inflacionaria falaz del 70%, que será utilizada para anclar paritarias. Por otro lado, la inflación no dará tregua: Massa retomó las mini devaluaciones diarias acordadas con el FMI, autorizó la suba del 3% en el combustible luego de las elecciones de octubre y todo indica que después del balotaje el salto cambiario será mayor y continuarán los aumentos en las boletas de luz, gas y agua en pos de reducir subsidios energéticos, tal como demanda el ajuste fondomonetarista.
Necesitamos organizar un plan de lucha que permita recomponer nuestros salarios para que, entre otras cosas, la ceremonia colectiva de comer asado pueda existir en todos los hogares.
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