Tras la victoria del seleccionado de Argentina contra Países Bajos en los cuartos de final del Mundial de Qatar 2022, los medios patronales La Nación y Clarín desataron un rechazo generalizado en las redes sociales con la publicación de dos artículos contrarios a la selección y al sentimiento popular de desahogo por el resultado ajustado. La versión de un Messi “maradoneano”, contestatario y desafiante no agrada a la clase social que brega por mesura y compostura ante el agravamiento de la crisis social.

Bajo el título de “Lionel Messi: el futbolista extraordinario no pudo contener al hombre vulgar” (La Nación, 10/12) y “El genio enojado, la nueva faceta que reveló Lionel Messi” (Clarín, 10/12), con una bajada llamativa que reza “Cuando termine el partido con Croacia, la Argentina habrá caminado el Mundial sin enfrentar a campeones”, ambos medios se despacharon contra la Scaloneta.

La actitud contrastó incluso con una publicación del periódico inglés, The Guardian, del periodista Jonathan Wilson, elogiosa del capital del seleccionado albiceleste Lionel Messi (“Lionel Messi: un emblema de la fragilidad transitoria de la belleza humana”), reivindicando, entre otras cosas, su faceta maradoneana.

“Qué mirás, bobo”

La antesala de la reacción del plantel argentino se remonta a los comentarios despectivos del entrenador neerlandés Louis van Gaal contra el desempeño futbolístico del capitán argentino, que cargaron de tensión la previa del encuentro, y su experiencia negativa con jugadores como Ángel Di María y Román Riquelme, a quien Messi le dedicó su gol reproduciendo el festejo de Topo Gigio en la cara del técnico rival.

La otra tensión es la que se desenvolvió durante el partido, conforme el resultado se emparejó y con un arbitraje cuestionado por parte del español Antonio Mateu Lahoz, quien sancionó 14 amonestaciones y acaba de ser desplazado del Mundial por su mal desempeño.

Los minutos previos al alargue y la definición por penales fueron los puntos cúlmines de las tensiones, con encontronazos cuerpo a cuerpo, empujones, insultos y presiones de diverso tipo, lo que repercutieron en la “calentura” de los jugadores argentinos y en las fricciones con el contrincante vencido.

Messi y el resto de los jugadores no se guardaron su descontento, lanzando críticas a la Fifa por el mal arbitraje, que se suman a otras críticas anteriores del plantel y el cuerpo técnico por el escaso descanso entre partidos .

Por qué tanto cipayismo

El interrogante mayúsculo es qué explica el reproche malicioso de dos de los principales medios de comunicación del país, con descalificaciones a la “conducta” del seleccionado argentino y una relativización del resultado obtenido hasta el momento.

Los medios patronales desalientan la conducta contestataria, desafiante y hasta emocional de los jugadores argentinos y su capitán. Desprecian el riesgo de una “maradonización” de Messi -aunque se trate de una conjetura infundada-, y de un liderazgo disruptivo.

La arenga contra el “rebaño con varios maleducados”, la “pérdida de la línea” y la “falta de límite” expresa una orientación que los medios patronales desenvuelven contra los explotados: ante el ajuste, la pobreza y la miseria… mesura.

Para los medios burgueses la ruptura con la buena conducta y los modales es un patrimonio exclusivo de la clase capitalista para sojuzgar a los explotados. Desdeñan a quienes se apartan de la “línea”, porque eso subvierte el orden. Y temen con vehemencia que el ejemplo del seleccionado albiceleste inspire a una conducta contestataria de la población trabajadora contra sus opresores.

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