Sociedad

19/12/2023

Las elecciones en Boca y un clima de movilización en el fútbol

Récord de votación en la elección más politizada y en las elecciones en San Lorenzo, Tigre, Colón y otros.

Elecciones en Boca.

El pasado domingo 17 las elecciones en Boca concentraron la atención de los medios de comunicación por lo que la contienda representaba para cientos de miles de hinchas, xeneizes y ajenos, por lo refractario de algunos debates que preocupan a la población trabajadora. La lista de Juan Román Riquelme se impuso holgadamente sobre la de Andrés Ibarra y Mauricio Macri, asestándole un golpe al planteo privatista del expresidente, que tuvo el respaldo del presidente Javier Milei, y apelando a la movilización de socios e hinchas para contrarrestar el poder político y las influencias de sus contrincantes.

Aunque el de Boca se trató del proceso de mayor crispación y de contienda política no fue el único. En San Lorenzo los socios conquistaron su mayor elección, con la participación de 16.358 votantes –siendo el tercer equipo en el ranking nacional después de Boca y River- para echar a la vapuleada gestión vaciadora de Tinelli y Lammens. En Tigre, otra votación récord para la institución, con 2.610 participantes, consagró al oficialista y massista Martín Suárez como presidente del club. Otro récord se produjo en la elección del sabalero, con 6.300 votantes y la victoria del opositor Víctor Godano en medio de la difícil situación deportiva que atraviesa el club con el descenso a la B Nacional. También hubo elecciones en Nueva Chicago y Morón.

El “pueblo xeneize” contra los ajustadores

La elección en Boca fue la más alta en la historia del club y la segunda a nivel internacional, con 46.402 participantes, cosechando un 65,3% (30.318 votos) Riquelme-Ameal contra el 34,4% de Ibarra-Macri, seguramente por ser la más politizada que debió atravesar el club.

Maniobras, intervenciones judiciales, movilizaciones, pases de factura, cautelares, personalidades y apoyos políticos y la oposición entre un club de los socios, por un lado, y la incorporación de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), por el otro, atravesaron todo el proceso eleccionario en Boca, con un resultado que más allá de las críticas a la continuidad del modelo antidemocrático del fútbol argentino, se expresó en las urnas y en la calle como una victoria popular contra los ajustadores.

A todo este proceso se sumó el repudio de los socios boquenses al presidente Javier Milei, cuando este se presentó a emitir su voto, denunciándolo de ajustador de los jubilados y privatizador confeso.

La elección fue un contraste político por la oposición de la campaña de Riquelme a los planteos privatistas de Ibarra-Macri-Milei: de un lado el ídolo del fútbol y el pueblo boquense, del otro Macri, la Justicia amiga, la caja y el poder.

La naturaleza del debate sobre las SAD en el fútbol argentino, que tanto agitan Macri y Milei, fue reducida a un tráfico de influencias como corolario de otros negocios: el reconocimiento expreso de Macri sobre las gestiones para traer al “9 de Qatar” a cambio de un “favor” para el antiguo sponsor del club despeja toda proyección de igualdad deportiva con el “Manchester City”.

La victoria de la lista de Román es un golpe a esa política, que deja en mejores condiciones al pueblo xeneize para enfrentar la privatización sobre su institución, y al conjunto de los socios e hinchas de otros clubes contra los mismos planteos. Esto se da en el marco de un fútbol nacional ampliamente mercantilizado, donde las direcciones de los clubes -incluida la de Riquelme- no cuestionan esta dinámica.

San Lorenzo: afuera los vaciadores, adentro los “gerenciadores”

En San Lorenzo la votación récord de la institución estuvo precedida por una larga espera para expulsar a los restos del armado de Tinelli y Lammens, solo atenuada por el desahogo sistemático de los hinchas en cada encuentro, con canciones contra la comisión directiva.

El club se encuentra casi en la quiebra, con deudas millonarias producto de “desmanejos” y negocios con las transacciones de jugadores. Y con grandes desafíos, como la vuelta a Boedo y la construcción del nuevo estadio en avenida La Plata.

En este proceso no se impuso una clara línea de delimitación con los negocios privados, sino una serie de listas (cuatro) con pasado en la gestión azulgrana, y todas con lazos y vínculos directos con el sector privado. La cuasioficialista y macrista lista de Sergio Constantino terminó tercera y se impuso el armado de Marcelo Moretti, que viene con un preacuerdo con la empresa Kioshi para la financiación de 20 millones de dólares para el nuevo estadio a cambio del uso del mismo durante cinco años para la realización de eventos, como inicio de una serie de acuerdos con las empresas privadas para la obtención de fondos.

En Tigre como en Boca y en Colón se impuso la crisis

En la elección de Tigre la particularidad es la ruptura del status quo que durante 13 años mantuvo a la institución con lista única y sin comicios, reproduciendo a pequeña escala la contienda entre el oficialismo, ligado al massismo y defensor del esquema actual de gestión y negocios del club, contra una oposición de cuño macrista.

El electo Martín Suárez (73% de los votos) explotó argumentos similares a los de Riquelme contra la orientación privatizadora de sus oponentes, aunque sin apelar a ninguna movilización ni conflicto más de fondo, pudo usufructuar la movilización política xeneize.

En Colón la crisis institucional que atraviesa el club fue redoblada con la debacle deportiva con la pérdida de la categoría. El oficialismo terminó, así, aplastado por la oposición de Víctor Godano, quien cosechó el 50% de los votos contra el 3,1% del candidato de José Néstor Vignatti, en una crisis que se manifestó en la presentación e seis listas.

El fútbol es refractario de los problemas políticos nacionales y la crisis social, además de ser el escenario de las disputas entre los bandos capitalistas y los políticos patronales por el control de los mismos como un punto de negocios millonarios y como plataforma para la política nacional.

No hace algunas semanas que el propio presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, utilizó la campaña en contra de las SAD –y en favor del status quo de los negocios del fútbol- para respaldar la candidatura presidencial de Sergio Massa frente al balotaje.

El crecimiento de la participación de los socios y la intervención directa, como en el caso de Boca y hasta cierto punto en San Lorenzo, es un síntoma alentador de la defensa de las instituciones sociales y deportivas que representan los clubes. Una condición necesaria, aunque aún insuficiente, para dar lugar a un camino de recuperación de los clubes a manos de los trabajadores y deportistas.

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