“En algún momento hay que abrir sin hipocresía el debate por la legalización de la marihuana” expresó Alberto Fernandez al ser entrevistado por Julio Leiva, para el programa Caja Negra de Filo News. En esta línea discursiva progresista liberal destacó lo absurdo de escandalizarse por el consumo de marihuana mientras se fomenta por todos los medios el de alcohol y tabaco, las dos sustancias que lideran el ranking de muertes y hechos violentos por consumos problemáticos. Lo paradójico es que lo diga como si no fuera presidente, y por ende jefe de un Estado que cobija las camarillas narco-poli-judiciales. Su planteo, además, promueve los negocios de los nuevos capitalistas del cannabis medicinal e industrial, al igual que a los empresarios del alcohol y el tabaco.

Como sostienen lxs compañerxs de la organización Presos y Presas por Plantar, mientras se desarrolla el debate en el Congreso respecto de la legalización del cultivo de cannabis para uso “estrictamente” industrial y medicinal persiste la persecución estatal hacia lxs cultivadorxs. Continúan los allanamientos y encarcelaciones aún de quienes cuentan con el registro y la autorización del Reprocann. Desde la agrupación denuncian que la injusticia es doble, porque por un lado criminalizan el trabajo de los pequeños productores cuando se debate la necesidad de regular la industria, y por el otro los asocian al narcotráfico cuando fueron y son los impulsores de la producción de cannabis para uso medicinal mucho antes de que el tema estuviera en la agenda pública.

La realidad es qué hoy se permite a lxs capitalistas avanzar con proyectos de cultivo extensivos, con beneficios estatales, mientras hay personas detenidas por cultivar. Se trata de trabajadores y trabajadoras presos y presas por plantar, en condiciones de detención inhumanas. Es el caso por ejemplo de lxs jóvenes de Puan, de Dani Zion, quien se encuentra en el penal 26 de La Plata, o de Máximo López quien cumple condena en Sierra Chica. Son miles de historias de injusto sufrimiento de miles de familias que pierden muchas veces su único sustento económico y que hoy gritan basta. Exigen la despenalización del autocultivo, la absolución inmediata de todas las personas procesadas y poder trabajar sin miedo a perder su libertad.

Ninguna regulación progresiva puede tener lugar con cultivadorxs en la cárcel. Para “abrir el debate sin hipocresía” hay que reclamar la amnistía para todxs lxs consumidorxs con causas abiertas. En este sentido desde el Partido Obrero en el FIT-U acompañamos las luchas de lxs compañerxs y exigimos la despenalización del uso de drogas, y presupuesto para políticas de reducción de riesgos y daños con dispositivos estatales de calidad.

¡Basta de criminalización!

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