Sociedad
17/9/2024
Lista única en la AFA en medio de la guerra por las privatizaciones
Claudio “Chiqui” Tapia y Román Riquelme encabezan la lista que se opone a las SAD, aunque no todo es color de rosas.
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Tapia y Riquelme.
Este lunes 16 a las 18 hs venció el plazo para la presentación de listas para las elecciones de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) a realizarse el próximo 17 de octubre, para el mandato 2025/29, culminando con una sola fórmula encabezada por el actual presidente Claudio “Chiqui” Tapia, secundado por el presidente de Boca Juniors como vice, Juan Román Riquelme.
La fórmula no es casual y contiene a los principales opositores al modelo de Sociedades Anónimas Deportivas impulsado por el presidente Javier Milei y Mauricio Macri. Cabe recordar que Riquelme viene de infringirle una dura derrota al macrismo en las elecciones de Boca, limitando la ofensiva nacional por las privatizaciones directas de los clubes de fútbol.
Así las cosas, la renovación de las autoridades de la AFA se presentan como un mero trámite, aunque no exento de un clima de guerra, con ataques reiterados por parte del gobierno nacional y frentes que se abren al interior de la AFA. Por el caso, tanto Estudiantes de La Plata como Talleres de Córdoba, vinculados a la puja por el ingreso de capitales privados al fútbol, no integran la lista “unitaria” en ningún lugar.
Algunos días antes de la oficialización de la lista única, la AFA difundió un comunicado titulado “Nuestras Selecciones y un serio peligro a la vista”, con el resultado de las consultas legales efectuadas a la Fifa y Conmebol respecto a la intervención nacional para el ingreso de las SAD al fútbol argentino, destacando que de forzarse tal orientación contra la voluntad de la AFA se correría el peligro de suspensión de la participación de las selecciones en competencias internacionales.
De todas formas, la conducción de Chiqui Tapia sigue la línea de oposición legal a los planteos de Milei, Macri y Sturzenegger. Incluso de habla de la posibilidad de mudar la sede oficial de la AFA al predio de Ezeiza para salirse de la intervención de la IGJ (en manos de Nación) y pasarse a la órbita de la más “amigable” Dirección Provincial de Personas Jurídicas, en poder del kirchnerismo y la provincia de Buenos Aires.
Cabe destacar que la IGJ es uno de los organismos que intervino para “habilitar la privatización de los clubes de fútbol argentinos, incluso avalando reformas estatutarias con un puñado de socios (más de la mitad de los participantes de la asamblea extraordinaria convocada para tal fin).
Estos tires y aflojes entre Nación y la AFA no obstan a que algunos clubes avancen hacia esquemas de semiprivatización como el que impulsa Sebastián Verón en Estudiantes de La Plata, donde se habla de la llegada del empresario internacional Foster Gillett Jr -que fue expulsado del Liverpool por los socios tras llevar el club a la quiebra- con 100 millones de dólares y 3,5 millones anuales para obras en el estadio Uno, compra de jugadores, ampliación de las instalaciones del country de City Bell y el desarrollo del fútbol femenino.
A cambio, Foster se quedaría con un porcentaje del Ticketing y de las futuras ventas de jugadores del club, en lo que representa una pseudoprivatización camuflada como “gestión independiente”.
Esta dinámica ya ocurre en la mayoría de los clubes, en mayor y menor medida, con los famosos “financistas ocultos”, “colaboradores” e “inversores” de los que mucho se habla y poco se sabe. Como ocurre actualmente en San Lorenzo con la llegada del vasco Iker Muniaín, cuyo salario se pagaría con el aporte de “una empresa que nos está apoyando” y “dos empresarios amigos”, según el propio presidente Marcelo Moretti.
El ingreso de capitales privados, por cualquier vía, implica diversas formas de condicionamiento e intervención del sector privado en los clubes, que en la medida de sus aportes pasan a tener decisiones sobre el club por encima de los socios: una forma alternativa de privatización.
La AFA, a lo largo del tiempo ha dejado correr estas situaciones que, en general, distorsionan la competencia limpia entre los clubes y siempre han terminado con las instituciones sobreendeudadas y vaciadas con la fuga y/o retirada de los “benefactores” de ocasión, quienes en su huida también retiran su patrimonio.
La única “salvedad” a este “dejar hacer” son las sanciones arbitrales de facto que se aplican para desfavorecer a los clubes no alineados o favorecer a los propios y cercanos, y que tiene un capítulo nuevo por fecha jugada. Lo que expone a la dirigencia de la AFA al repudio de los socios e hinchas de los clubes afectados, independientemente de que compartan o no la orientación privatista de sus dirigentes, dándole de dónde tirar al gobierno y sus aliados.
La renovación de autoridades de la AFA será un nuevo capítulo de esta historia que se encuentra en pleno desarrollo, donde los hinchas y socios no solo son espectadores, sino que empiezan a jugar algún papel en el rechazo a las propuestas privatistas y la impugnación de negocios y manejos turbios, como ocurrió en Gimnasia de La Plata con afiches contra Sturzenegger, en San Lorenzo con cánticos contra la dirigencia y pintadas contra las SAD, o en Boca con la movilización de miles de hinchas para derrotar al macrismo en elecciones. Un camino que habrá que recorrer a fondo para expulsar a los privatizadores del fútbol.
