Un patrullero de la policía bonaerense, con dos agentes en su interior, atropelló en dos ocasiones consecutivas a unos jóvenes terminando con la vida de un niño de 9 años. Los hechos ocurrieron en el distrito de Lomas de Zamora, en un episodio oscuro donde se investiga la responsabilidad de los efectivos intervinientes, su presencia en el lugar y su respuesta represiva.

Los hechos sucedieron el pasado sábado 4 de noviembre cuando Agustín Pogonza y Tomás Yedro regresaban a sus domicilios en Villa Fiorito es sus motocicletas, acompañados los hermanos menores de Yedro de 9 y 5 años.

El patrullero embistió a la moto donde viajaba Pogonza y el niño de 5 años, produciéndole alguna lesiones al menor. Cuando Yedro llegó al lugar a socorrer a su hermano, intentando llevar a ambos niños al hospital, fue atropellado nuevamente por el patrullero que intentaba retirarse del lugar en reversa y sin prestar ningún auxilio o colaboración con los damnificados. Esta acción terminó con la vida del niño de 9 años y le causó graves traumatismos al niño de 5 años.

Cuando los vecinos se percataron de los hechos fueron a increpar al oficial de 21 años al frente del patrullero y a su acompañante, quienes respondieron reprimiendo con balas de goma.

Una de las testigos que presenció los acontecimientos manifestó que la policía “salió huyendo, fue una irresponsabilidad total. La criatura estaba tirada en el piso y la arrastró por el piso con el auto. Fue tremendo lo que pasó, la policía no tuvo piedad”.

Pogonza denunció que fue los efectivos que iban al interior del móvil quisieron escapar del lugar por medio de la represión y que también resultó herido por dichos disparos.

La familia y allegados de las víctimas de estos policías no solo denuncian la responsabilidad concreta del hecho, con un doble atropello seguido de represión, sino que cuestionan la presencia de dichos efectivos en el lugar pertenecientes a la Comisaría 7ma de Villa Centenario.

Por esta razón, fuentes allegadas a la causa manifiestan que se estaría investigando si los mismos se encontraban vinculados al negocio de las drogas o la recaudación ilegal, ya que el patrullero no se encontraba en su jurisdicción, ni los oficiales en su horario de trabajo.

Lo que sí queda de manifiesto con el conocimiento actual de los hechos es el nivel de impunidad policial a la hora del proceder de los efectivos de La Bonaerense, sin asistir a las víctimas, atropellandolos nuevamente al intentar huir del lugar y reprimiendo a las víctimas ante la indignación de los vecinos y vecinas.

Nos plegamos al pedido de justicia de la familia y la investigación a fondo de los hechos, partiendo de la responsabilidad concreta de ambos efectivos en la muerte del niño y el esclarecimiento respecto a su presencia uniformada en el lugar de los hechos.

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