Sociedad

22/10/2018

Los grandes negocios inmobiliarios y las Sociedades Anónimas Deportivas

Boca y River se preparan para sumar inversores y marginar totalmente a los socios

Hace pocos días se dieron a conocer, casi en simultáneo, sendos proyectos para la eventual construcción de nuevos estadios para Boca y River (también uno menor para Comunicaciones). Los proyectos aparecen directamente vinculados a negocios inmobiliarios multimillonarios que afectarán las condiciones ambientales de los barrios respectivos y, sin duda, relacionados con el plan de creación de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), que será debatido antes de fines de este mes en la AFA y que tiene como máximo impulsor a Daniel Angelici, presidente de Boca y operador del macrismo.


Por el lado de Boca, hace una semana se presentó en la Legislatura porteña un proyecto de ley reflotando la intención de rezonificar las manzanas de Casa Amarilla, que contemplan uso residencial, para alzar allí un nuevo estadio shopping en reemplazo de La Bombonera.


Esto puso en alerta a distintas agrupaciones que venían teniendo reuniones sobre la ampliación del actual estadio que se realizaría con la compra de parcelas sobre la calle Del Valle Iberlucea y a las que lograron paralizar la venta anterior y que defienden y representan a los vecinos del barrio que serían perjudicados con la construcción del estadio, que supondría la liquidación de un enorme espacio abierto.


El barrio también viene siendo azotado por el alza del valor del suelo, por el traslado de oficinas gubernamentales al Palacio Lezama, el Distrito de las Artes y por el Metrobús del Bajo.


Algo de plata


Según los estimaciones que trascendieron, la construcción de un nuevo estadio para River con una capacidad para 85 mil espectadores, costaría alrededor de u$s250 millones, una cifra alejada de toda posibilidad de financiamiento con los recursos ordinarios del club. Y los terrenos donde está hoy el Monumental, aunque tendrían interesados (Infobae, 12/10), estarían disponibles recién dentro de cinco años cuando el nuevo estadio esté terminado.


El presidente Rodolfo D´Onofrio habló de una financiación por parte de inversores, el principal de los cuales –dijo- le pondría su nombre al estadio. Es difícil imaginar una inversión de ese volumen sin que la consecuencia sea que el que coloca el dinero pase a formar parte de los negocios del club.


El eventual nuevo estadio de Boca, con una capacidad para 80 mil espectadores, tendría un costo similar, es decir que se trataría, solo en las construcciones, de un negocio que rondaría los u$s500 millones, a los que habría que añadirle el dinero que movería la venta de los terrenos del actual Monumental y los de la Bombonera.


En el caso de Boca se hace mención a que la necesidad del nuevo estadio estaría, entre otras cosas, vinculada con el acuerdo suscripto con Qatar Airways para el patrocinio de la camiseta y Angelici declaró que le “pediría colaboración” para la construcción del estadio.


La empresa aérea es propiedad del gobierno de ese país, anfitrión del próximo Mundial de Fútbol y uno de los actuales grandes inversores internacionales en el negocio del fútbol y el de otros deportes como la Fórmula 1, el Motor GP y el tenis. Uno de los jeques qataríes es dueño del PSG francés, donde juega Neymar y otro del Málaga español y patrocinan a tractores como el Barcelona y el Bayern de Munich.


A tapar la ESMA


Según indicó D´Onofrio, la idea es levantar el nuevo estadio en un predio deportivo ubicado detrás de la ex ESMA, en el que se presume que eran incinerados y enterrados cuerpos de secuestrados y asesinados allí en épocas de la última dictadura, entre ellos el de Rodolfo Walsh (Perfil, 25/3/2017). Esto afectaría a cualquier investigación que deba llevarse adelante sobre el accionar criminal en la ex ESMA, razón suficiente para negar la autorización.


El proyecto forma parte de un plan más amplio de especulación inmobiliaria en esa zona, con eje en avenida Del Libertador, que son tierras aptas para construcciones en altura. Allí se encuentran el recientemente vendido Tiro Federal y el CENARD -que pasará a los terrenos donde se realizaron los JJOO de la Juventud- y el actual Espacio Memoria y Derechos Humanos.


En el caso de Comunicaciones, dentro del proyecto del nuevo Código Urbanístico elaborado a la medida de los negocios inmobiliarios, se encuentra la apertura de la calle Zamudio y la posibilidad de erigir un estadio cerrado para el Club, lo que arrasaría con un jardín de infantes a cargo de la Facultad de Agronomía, espacios verdes y la biodiversidad de la zona, además de saturar las arterias en un lugar donde funcionan los hospitales Roffo y Tornú.


Rodríguez Larreta quiere potenciar y acelerar la privatización de grandes espacios libres. En este caso, la intención empalma con el desarrollo del enorme negocio que quieren armar las mafias de varios de los clubes con la apertura de los mismos a inversores locales y extranjeros, sustrayéndoselos definitivamente a quienes son sus legítimos dueños, los socios y los hinchas.


Para hacer pasar la aprobación desde el gobierno impulsan que la votación en la AFA sea secreta. Es que muchos directivos niegan su aprobación a las SAD pero votarían a favor si el comicio es secreto. Así, los socios quedarían totalmente al margen de lo que hacen los dirigentes con el futuro de los clubes.


 En una Ciudad en la que los alquileres no paran de subir y se ubican en el ranking entre los más caros en América Latina, se colocan como prioridad los grandes negocios capitalistas en lugar de la vivienda y el bienestar de la población. El gobierno acompaña, remata bienes públicos y liquida espacios verdes en pos de estadios innecesarios y negocios inmobiliarios.


Hay que denunciar este ataque y organizar la resistencia contra este nuevo golpe al hábitat urbano y que impulsa la expulsión de la población cada vez más pauperizada por la carestía