Sociedad

12/4/2024

Los mosquitos y los especuladores

Los repelentes a precio dólar.

Empresarios y Estado son socios.

Pese a la llegada de tiempos frescos, todavía sufrimos la cantidad de mosquitos en la calle y los números de infectados de Dengue se mantienen altos. La ausencia de repelentes en supermercados, almacenes, kioscos, despensas y farmacias, sumado a su fuerte aumento en los precios, es el resultado de una política especulativa en la cual empresarios y Estado son socios, poniendo en riesgo la salud del pueblo laburante.

La epidemia (más de 230 mil contagios y de 160 fallecidos) viene provocando alerta y preocupación en la población, que desde hace semanas se agolpa en los comercios en búsqueda de un producto totalmente ausente en góndolas. Con el fin de “solucionar” el problema, el gobierno decidió liberar las importaciones de dichos repelentes.

Desde el 8 de abril y hasta el 5 mayo, como mínimo, el Ejecutivo nacional comandado por Javier Milei exentó de trabas la comercialización internacional de los químicos que ahuyentan a los insectos. Su resultado es que estos productos se venden a precio dólar.

A río revuelto…

“En términos de precios, no hay regulación. Cuando se consigue productos en canales tradicionales, puede ir desde los $2.700 a los $10.000 según el producto. En cambio, en las plataformas de compras, como Mercado Libre, se pueden ver publicaciones de repelentes por hasta $40.000 por unidad” (El Cronista, 9/4).

En este sentido, Infobae relata que “la opción más económica disponible para envío a Buenos Aires se trata de un paquete de dos aerosoles de Off! Deep Woods de 6 onzas (177ml) a USD 20 de precio. Pero el costo del envío desde los Estados Unidos no tiene ningún sentido: asciende a USD 199 en total. Fuera de toda conveniencia para consumidores argentinos”.

La resolución dejó de lado a los laboratorios y universidades públicas que los producen. Solo para dar un caso, desde inicios de abril la Universidad Nacional del Chaco Austral (UNCAUS), ubicada en una de las zonas donde los casos de contagio son los más elevados, informa que producen de forma diaria 4.000 repelentes, pero que dicha producción corre riesgo de cancelarse ante el ajuste y congelamiento presupuestario que sufre la casa de altos estudios.

Con esta política los únicos que ganan son los grandes capitalistas. Así lo demuestra la multinacional de los Johnson, que monopoliza el mercado de repelentes, insecticidas domésticos y espirales o tabletas ahuyentadoras, con su planta fabril de Burzaco. La firma gana ahora con el comercio internacional, gracias al permiso de comercializar desde el exterior. De esta manera, el famoso Off lo venden a precio dólar.

Ajuste insalubre

A esta política especulativa, que amenaza la salud de la población, se suma la desidia del Estado, comenzando por la ausencia de fumigación, desmalezamiento y limpieza en espacios públicos. Es lo que ha visualizamos hace pocas semanas, cuando las inundaciones demostraron la ausencia de obras y mantenimiento. Así crecieron además las aguas estancadas, donde se reproduce el mosquito.

Los propios trabajadores de parques y plazas informan que no reciben repelentes: “Tenemos que comprarnos nosotros mismos. A la hora de cerrar el parque, a la noche, si no tenés repelente los mosquitos que comen” nos relata Andrea, cuidadora de un parque de la Ciudad de Buenos Aires.

Es urgente la entrega de repelentes a los sectores más necesitados y trabajadores que realizan tareas en la vía pública; la inclusión al plan vacunatorio gratuito y obligatorio la dosis contra el Dengue; planes de fumigación, de limpieza, desmalezamiento y de obras de infraestructura en las barriadas más humildes, bajo control de las organización piqueteras y vecinos; y la triplicación del presupuesto para salud.

Al los especulados y sus gobiernos le hacemos frente con la lucha popular.

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