Ya no es ninguna novedad ver en los mercados de fichajes números totalmente exorbitantes cuando hablamos de fútbol europeo. La llegada de los jeques de Medio Oriente, de los fondos de inversión y de los capitalistas yanquis están a la orden del día. Tal es así que, actualmente, los clubes más grandes de la Premier League (EPL), Liverpool y Manchester United, están puestos a la venta a la espera de seguir compitiendo con una nueva inyección de euros.

¿Manchester City abrirá la lata?

La noticia que nuevamente puso el tema sobre la mesa fue la que ocurrió hace unos días con una nueva acusación de la Premier League sobre irregularidades en los traspasos en los últimos 10 años por parte de Los Citizens. Según información de Martyn Ziegler, jefe de reportes del periódico The Times, son más de 100 acusaciones a la directiva liderada por el City Group, que hoy es dueño de 13 clubes alrededor del mundo.

Por lo pronto, lo único que se sabe es que las sanciones podrían ir desde quita de puntos hasta la desafiliación total del organismo supremo del fútbol inglés. Sin embargo, no se espera que esto realmente ocurra. Solo el “big six” (el grupo de los seis equipos más grandes) está presionando con el tema, pero desde la EPL optaron directamente por delegar el tema a una consultora externa, que ni siquiera ha empezado los trabajos.

La pregunta que surge es: ¿por qué no ir a fondo con la investigación? Y la respuesta se contesta rápidamente. El precedente del City podría ser un golpe sobre la mesa para los grandes jerarcas del fútbol del Reino Unido. Citemos dos ejemplos que nos servirán para darnos cuenta de que estamos hablando. El Chelsea, que recientemente fichó a Enzo Fernández, lleva gastados 611 millones de euros en refuerzos, mientras que los 18 clubes que componen la Bundesliga alemana solo gastaron 555 millones de euros.

En esa misma sintonía podemos citar el segundo ejemplo, con respecto a los ascendidos. En esta temporada de la Premier League ha vuelto el histórico Nottingham Forest, bicampeón europeo, que invirtió 177 millones de euros en jugadores. Mientras que Schalke 04, otro histórico alemán que retornó a la máxima división, lleva un gasto de 8,6 millones de euros.

Si uno revisa los ingresos y los egresos en materia de fichajes en los clubes de la Premier League se entera que todos dan déficit, que en algunos casos superan los 150 millones de euros. Es justamente por esta razón que el famoso FairPlay financiero que intentaron aplicar la FIFA y la UEFA ha quedado como un chiste.

En Italia, España y Francia la ecuación no cambia

Comenzando por la Serie A del fútbol italiano, todo parece indicar que la historia se vuelve a repetir, en este caso con la Juventus. Hace unos años ante el escándalo del CalcioPoly, en que la Vecchia Signora pagó sus irregularidades financieras con un descenso a la Serie B, la familia Agnelli -dueña de gran parte de la automotriz FIAT- volvió a accionar de la misma manera. Ahora Andrea Agnelli logró abandonar su cargo como presidente del club antes de ser sancionado con la quita de 15 puntos, que sucedió hace unas semanas, porque la Federación Italiana reportó fraudes contables en los traspasos de futbolistas.

Por otra parte, en Francia hallamos el ejemplo del PSG, que mercado tras mercado presenta balances en negativo pero siempre que va a ser sancionado por la UEFA las investigaciones quedan cajoneadas. Tengamos en cuenta que Emmanuel Macron es el gran promotor de la imposición del equipo parisino como marca, con capitales qataries de fondo. Claro, no es casualidad que en la final del Mundial el mandatario galo estuviera sentado a unos metros no más del presidente del país del Medio Oriente, con quién cultiva gran relación junto a Nasser Al-Khelaïfi, dueño de la institución del Parque de Los Príncipes.

En España las cosas no cambian mucho, pero la puja de poder en este sentido es mayor. Por un lado, Javier Tebas con su fairplay nacional termina trabando los negociados de Real Madrid, que no se da por vencido para salirse con la suya y lo ha denunciado a él personalmente por la participación en el control de la gestión de los derechos audiovisuales de La Liga. Ahora bien, lejos de que Tebas sea un santo es más bien un funcionario del Estado español para que la deuda con hacienda baje considerablemente, pero que no se deje de pagar. Es decir, el dinero que actualmente se maneja en el fútbol español que llega desde Medio Oriente y desde China, pasa de manos de unos capitalistas a otros.

La necesidad de organizarse desde las tribunas

Progresivamente, el fútbol europeo ha cambiado y sigue cambiando para ya dejar de ser un deporte popular como fue en sus inicios para ser un negocio de los grandes capitales. Tengamos en cuenta que el lavado de activos es un tema presente en la mayoría de los grandes clubes que hoy componen la UEFA.

Y como si ello fuera poco, la idea de crear una Superliga donde jugarían solo los clubes que “venden” más, es estirar aún más la brecha entre grandes y pequeños. La decisión del hincha con respecto al futuro de su club solo se encuentra en Alemania donde la regla del 50+1 cada vez sufre más ataques. Y no solo ha sido atacada sino que ha sido superada, como lo que ha hecho Red Bull para tener a su RB Leipzig, un club que tiene como socios solo a los miembros del directorio de la bebida energética; es decir, el club legalmente cumple con la regla pero ha ultrajado el espíritu de la norma como nunca.

Sin dudas que el camino para los hinchas está claro. La organización desde las tribunas de manera independiente de los grandes capitalistas se hace cada vez más necesaria. Los clubes deben ser de sus socios. La necesidad de enfrentar a quienes nos quieren expropiar la pelota es una necesidad, no una opción.

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