Sociedad

26/9/2020

Mar del Plata registra un récord histórico de desocupación

Así lo determinó un informe del Indec.

El último informe del Indec pone a Mar del Plata en el récord histórico de desocupación con una tasa 26%, lo que representa 67.000 personas que buscan pero no tienen trabajo. Es el índice más elevado del país. La cifra implica un incremento descomunal respecto del primer trimestre, cuando registró el 13,1% (33.000 personas). En tres meses se perdieron 32.000 puestos de trabajo, y suman 87.000 en todo el año.

Pero si a esto se le suma el trabajo precario y en negro, y quienes trabajan menos de 30 horas semanales, la situación es mucho peor. El informe reconoce que 33.000 personas tienen trabajo sin registrar, 10.000 están ocupadas pero son demandantes de empleo, y 23.000 se encuentran subocupadas. Sumados, el porcentaje de quienes tienen problemas de empleo asciende al 50% sobre una población económicamente activa que asciende a 250.000.

Algo que no señala el informe del Indec es que el poder adquisitivo de los que tienen empleo disminuyó considerablemente, como consecuencia del congelamiento salarial y del aumento de los precios y la inflación.

La crisis y las medidas oficiales en el marco de la pandemia han agravado la situación de los trabajadores. En la ciudad se conocen despidos prácticamente todos los días. Los trabajadores del puerto, gastronómicos y de comercio son los más golpeados. La informalidad en la que históricamente se han manejado estas empresas impide siquiera la posibilidad de que obtengan algún beneficio como el ATP. La prohibición de despidos decretada por el gobierno nacional es letra muerta.

En los barrios, la desocupación llega a niveles intolerables. Las movilizaciones de organizaciones sociales que no han cesado reclamando alimentos para las barriadas, y la emergencia de múltiples conflictos ante rebajas salariales dan cuenta de una situación alarmante. Se torna imperiosa una acción de todo el movimiento obrero en defensa del trabajo y el salario, en el camino de las jornadas de lucha convocadas por el Plenario del Sindicalismo Combativo.

Es necesario, además, plantear un programa propio de salida a esta crisis. Por la prohibición efectiva de los despidos, y que se retrotraiga todo despido al 20 de marzo. Que se repartan las horas de trabajo sin afectar el salario, y se garantice con un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar entre todos los trabajadores, para terminar con la desocupación. Por un plan de viviendas a cargo del Estado, la urbanización de villas y barriadas. Por un plan de obras que incluya el pleno reacondicionamiento de los sistemas de salud y educación públicas. No al pago de la deuda externa. Por un impuesto progresivo al gran capital, como el que plantea el proyecto que presentó el Frente de Izquierda en el Congreso.