Sociedad
6/12/2024
Mundial de Clubes, otro negocio antideportivo de la Fifa y Estados Unidos
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Gianni Infantino.
Este jueves 5 de diciembre tuvo lugar el sorteo de los grupos para el Mundial de Clubes 2025 que, por primera vez, se organiza con una dinámica similar a la Copa del Mundo y tendrá lugar en los Estados Unidos. El evento se da en medio de presiones de la Fifa y grupos capitalistas por hacer nuevos negocios, los gigantes europeos que reclaman por una mayor porción de la torta y un calendario futbolístico y condiciones de juego totalmente antideportivas.
Auspiciado por la Fifa conducida por Gianni Infantino y resistido por los grandes clubes europeos, el Mundial de Clubes que se disputará entre junio y julio del 2025, en 12 estadios de 11 ciudades diferentes de los Estados Unidos, contará con la participación de 32 equipos de todo el mundo, con predominancia europea (20 clubes) y volverá a reproducir las deficiencias estructurales de la reciente Copa América 2024 en la antesala del Mundial 2026 a disputarse en los EE.UU, México y Canadá.
El nuevo producto de la Fifa de Infantino busca escalar en los negocios del fútbol proyectando mundialmente una competencia entre los principales clubes del planeta: una dinámica inexistente hasta el momento, solo cubierta parcialmente por disputas y reducidos internacionales entre los campeones continentales, en diferentes formatos a lo largo de los años.
Los propósitos comerciales de la Fifa quedan al descubierto por varios indicadores. La elección de los Estados Unidos –últimamente privilegiada para las competencias futbolísticas- como sede para el evento, incluso luego del decepcionante marco ofrecido en la Copa América y con una liga local menos competitiva que otras, es una primera señal. Otra de ellas es la antojadiza incorporación del Inter de Miami a la competencia, que fue eliminado prematuramente de los play off de la MLS, al solo propósito de vender una copa con la participación del actual campeón del mundo y galardonado jugador, Lionel Messi.
La incorporación de esta Copa del Mundo de Clubes también ha despertado una disputa entre los participantes por el reparto y la cuantía de los premios. Mientras que aún no están claros los premios a pagarse por participar y por avanzar en el torneo –se habla de alrededor de 40 millones de euros solo por participar y 100 millones para el ganador- los clubes europeos reclaman una mayor participación en los premios, del orden del 70%, amenazando con vaciar la competencia con el envío de equipos alternativos, lo que afectaría al “producto” que la Fifa intenta vender: una disputa de alto nivel, con la participación de las mayores estrellas del fútbol mundial.
En el tire y afloje por la caja se viene colando otra situación perjudicial, particularmente para los jugadores y los intereses de los clubes dueños de sus contratos: el calendario anual se está volviendo una pesadilla, aumentando los riesgos de lesiones deportivas, fatiga y bajo rendimiento de los jugadores.
Esto fue denunciado por el último ganador del Balón de Oro, el español Rodri, quien señaló que “un jugador quizá pueda estar al máximo nivel si disputa entre 40 y 50 partidos, luego bajará el rendimiento. Este año quizá lleguemos a los 80, y en mi humilde opinión esto es demasiado”.
Los derechos televisivos del evento fueron pactados con la plataforma DAZN, por una cifra que se comenta de 1.000 millones de euros –contra una pretensión inicial mayor de la Fifa de 4.000 millones- y será de acceso gratuito para todo el mundo. A esto hay que añadirles los patrocinios de Hisense, Bank of America, Budweiser, Rock-it Cargo, Landmarkc y la cervecera Ab InBev, entre otros, por los que estamos ante un evento multimillonario.
Tampoco existen detalles del valor de las entradas para asistir a los partidos, pero se descarta que los precios serán excluyentes para los trabajadores, más aún si se tiene en cuenta que se requiere viajar a los Estados Unidos y movilizarse de ciudad en ciudad, dependiendo de cada partido.
El Mundial de Clubes de la Fifa e Infantino está lejos de ser lo que debería ser una competencia internacional donde se priorice el deporte y sus protagonistas, poniendo en pie otro negocio que sigue extendiendo la injerencia privada en el deporte más popular del mundo.