Sociedad
26/1/2022
Pasan las semanas y no hay solución a los destrozos tras la tormenta en San Lorenzo
La lucha de vecinos y vecinas, clave frente a la desidia de los gobiernos.
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El intendente de San Lorenzo, Leonardo Raimundo, realizó una conferencia de prensa donde manifestó que comenzarían los trabajos para que la ciudad vuelva a la normalidad luego de la tormenta del domingo 16 de enero. Con vientos de más de 100 km/h, la misma dejó la zona del cordón industrial arrasada, con viviendas voladas, casas sin techo, postes y cables de la luz caídos, y sin luz ni agua en la zona.
Los días iban trascurriendo y los barrios periféricos de la ciudad seguían sin luz, sin el auxilio de las cuadrillas municipales, sin la asistencia de agua potable para los niños. Solamente la solidaridad entre los vecinos, familiares y amigos de quienes habían sufrido diversos daños era la ayuda que se recibía.
El gobierno municipal no solamente no tomó ningún recaudo preventivo para lo que se avecinaba, sino que luego de la catástrofe no articuló ninguna medida para que prontamente se solucione el suministro de agua y luz.
Las medidas de acción directa ejercieron presión sobre el gobierno
Los vecinos de los barrios Las Quintas, Mitre, Capitán Bermúdez, Barrio Norte y otros más comenzaron con los cortes de calles, quema de ramas y cubiertas exigiendo la respuesta a sus pedidos, lo que consiguió que fueran apareciendo las soluciones del suministro de luz, tan necesaria para las familias donde hay niños y personas mayores con enfermedades que no podían resguardar la medicación.
El temporal vivido el domingo ha vuelto a poner de relieve la precariedad y la falta de obras que redundan en que cientos de familias de la ciudad vivan estas situaciones. El intendente Raimundo, que gobierna la ciudad desde hace 15 años, es responsable directo de los daños ocasionados y la falta de soluciones a las familias de los barrios periféricos, que en algunos casos aún permanecen sin aguan y luz, llegando a perder lo poco o mucho que tenían en sus heladeras, al turno en que siguen sin techo y perdieron algunas de sus pertenencias.
En tanto, el gobierno tiene superávit. Atesora $600 millones en plazos fijos y no resuelve los problemas elementales para evitar lo que viven las familias obreras luego de cada temporal. La inclemencia ha puesto nuevamente en jaque la orientación de los partidos patronales. A meses de la demagogia electoral, ha quedado de manifiesto que no tienen interés político de resolver las necesidades elementales de los trabajadores. Y los trabajadores han demostrado que el corte y el piquete ejercen presión real para la resolución de los problemas.
Reforcemos la organización independiente de los barrios con asambleas para exigir al gobierno municipal la urbanización y mejoras necesarias, con el relevamiento de las obras que hacen falta.
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