La operación de la empresa Hidden Lake, propietaria de las tierras de Lago Escondido, estaría viciada de nulidad al estar compuesta por extranjeros, violando la legislación que restringe a estas personas la tenencia de propiedades inmuebles en zonas de frontera.

El historiador Alejandro Olmos Gaona presentó un expediente en la Procuración del Tesoro de la Nación, cuerpo de abogados que representan y defienden al Estado en los juicios, para que anule la compra de tierras por parte del multimillonario Joseph Lewis de la zona circundante al Lago Escondido, en la provincia de Río Negro, a partir de una profunda investigación.

Según el trabajo de Olmos Gaona, HR Properties Buenos Aires SA solicitó el permiso de compra de estas tierras a la Comisión Nacional de Zonas de Seguridad, en junio de 1996. Con sorprendente celeridad la firma adquirió 8.063 ha, más de lo que había solicitado. Sin embargo, en el transcurso de los dos meses transcurridos entre que se pidió y se autorizó la operación, Properties Buenos Aires SA se convirtió en Hidden Lake SA, y pasó a ser controlada por la sociedad británica Lago Corp. Esto quiere decir que se autorizó a una sociedad y cuando se produjo la operación se inscribió a otra. Posteriormente, la empresa realizó otra adquisición de tierras, pasando a tener un total de 11.200 ha.

Esto viola la legislación vigente que prohíbe la compra de tierras cerca de la frontera a extranjeros. “Ninguno de los integrantes de la sociedad extranjera estaba casado con mujeres argentinas, ni tenían hijos argentinos, ni tampoco se establecen con una empresa o industria de importancia para la economía del país. Era solamente una sociedad británica que compraba tierras en zonas vedadas a los nativos de esa nacionalidad, como a otros de nacionalidad extranjera”, sostiene Olmos Gaona (Tiempo Argentino, 15/11/20).

Pese a estar judicializada desde 2012, la adquisición de tierras por parte de Lewis está prácticamente frenada en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Anteriormente, en el 2005, la empresa Hidden Lake, había sido denunciada por restringir el ingreso al Lago Escondido, a través del sendero Tacuifi, unos 14 kilómetros desde la RN 40. Recordemos que la legislación establece el acceso libre a los cursos de agua en todo el territorio argentino. Pese a que los reclamos están aún vigentes, el ingreso al lago está vedado al público.

De esta manera, Lewis se ha convertido en uno de los principales terratenientes del país, junto con reconocidos empresarios extranjeros, como la familia Benetton, e ignotas sociedad anónimas registradas fuera del país. El departamento de Bariloche, donde se halla el Lago Escondido, presenta un 21,5% de extranjerización de su territorio, cuando el tope máximo es de 15%, y se ubica en el puesto 26 de los departamentos con mayor porcentaje de su territorio en manos extranjeras de la Argentina. Esto lo convierte en el tercer departamento patagónico con menor cantidad de propietarios nacionales, luego de Magallanes, provincia de Santa Cruz, y Cushamen, lindero a Bariloche, en la provincia de Chubut (Chequeado, 11/05/2018).

Luego del arribo la explotación de los recursos

Amparado por el poder político de turno, el empresario Joseph Lewis ha logrado ir más allá con su paraíso terrenal y comenzó a explotarlo. La estrecha amistad que tiene con el expresidente Macri rindió frutos y su empresa, Patagonia Energía S.A., fue autorizada por el anterior gobierno a generar energía hidroeléctrica del río Escondido, que nace en el lago del mismo nombre, realizando una inversión de 10 millones de dólares. Con sucesivas prórrogas por incumplimientos de contratos y plazos establecidos, esquivando las multas que le cabían, Lewis se convirtió en proveedor de energía de El Bolsón.

Es preciso señalar que esta ciudad se encuentra con una interconexión deficiente a la red nacional desde la provincia de Chubut, y que aún genera gran parte de su energía por combustión térmica. De este modo, Lewis se hizo con un negocio millonario por varias décadas que le permitirá recuperar con creces su inversión.

El caso del empresario británico refleja el carácter de descomposición actual del sistema. Durante los casi 25 años desde su llegada a la Patagonia, se observa como la venta de tierras y explotación de los recursos naturales se ha puesto al servicio del capital. Las leyes vigentes, y los tribunales judiciales, no son obstáculo para las ambiciones del gran capital. Aquí reside una de las grandes paradojas del régimen, mientras el Estado reprime a quienes luchan por el acceso a la vivienda, el uso de tierra fiscal, o las recuperaciones territoriales indígenas, garantiza impunemente el extractivismo de las multinacionales.

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