Sociedad

7/8/2023

Por la caída salarial, en un año el consumo de alimentos cayó 4,3% en los pequeños y medianos comercios

En ocho años, el salario bruto perdió $7,1 millones de su poder adquisitivo.

La caída del consumo es palpable en los comercios de cercanía.

La caída real de los ingresos populares, fruto de la inflación sin tregua y los aumentos salariales a la baja, se traduce directamente en que las familias trabajadoras deben privarse de comprar artículos de primera necesidad. Tal es así, que en julio, las ventas minoristas pyme retrocedieron 3,6% respecto al mismo mes del año pasado.

El dato surge del relevamiento elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came). Dicho informe arroja que, en términos interanuales, se dieron bajas del 4,3% en el consumo de alimentos y bebidas; del 2,4% en el rubro bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles; del 1,7% en las ventas de calzado y marroquinería; del 4,6% en artículos de perfumería; del 4,2% en ferretería, materiales eléctricos y materiales de la construcción y del 7% en productos textiles y de indumentaria. Estamos hablando de los pequeños y medianos comercios, a los que acuden los sectores de menos ingresos, los cuales no suelen realizar sus compras en grandes cadenas de supermercados y shoppings.

Lo anterior tiene un impacto muy concreto en la vida cotidiana de la población trabajadora. Significa menos comida en la heladera, no haber podido comprar el par de zapatillas ni la campera de abrigo que necesitaban los pibes, seguir posponiendo arreglos en la casa, entre otras privaciones. Todo a causa el retroceso salarial consagrado en beneficio de las patronales, que convalidaron los sucesivos gobiernos en alianza con las conducciones burocráticas de los sindicatos. Sin ir más lejos, el salario bruto de cada trabajador perdió contra la inflación el equivalente a $7.144.000 millones entre inicios del 2016 y junio 2023, según el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía.

Ese dato desmiente el discurso de Larreta y Bullrich de que sería necesario reducir el “costo laboral” como condición para aumentar salarios. El mismo se redujo de manera abrupta en los últimos ocho años, no obstante, los sueldos continúan en caída libre. La pérdida salarial durante las gestiones de Cambiemos y del Frente de Todos ilustra la confluencia de intereses entre la derecha y el peronismo a la hora de hundir el bolsillo popular y demuestra que sus candidatos seguirán por ese camino caso de ganar las elecciones. Ni qué decir de Massa, que anunció un tope del 60% para las paritarias del 2023 cuando la inflación se proyecta en el 150% hasta fin de año.

Solo el Frente de Izquierda está dispuesto a recomponer los salarios, afectando las ganancias de los capitalistas. Particularmente, la lista encabezada por Gabriel Solano y Vilma Ripoll tiene entre sus candidatos a quienes por medio de la lucha conquistaron aumentos salariales superiores a la inflación, como los residentes de CABA y los obreros del Sutna. Por su perfil combativo es el voto que les duele a los dueños del poder.

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