Vecinos de distintos puntos de la ciudad de Rosario se sumaron al cacerolazo y apagón que tuvo lugar el pasado domingo durante la noche, para exigir respuestas frente a la escalada criminal de las mafias narco, que en la última se cobró la vida de cuatro trabajadores. Bajo el lema de “Rosario sangra”, algunos manifestantes expresaron su reclamo desde las ventanas de las casas, tocando bocina desde sus autos, o bien, otros se congregaron en el Monumento a la Bandera.

Los asesinatos de los taxistas Héctor Raúl Figueroa y Diego Alejando Celentano, del chofer de trolebuses Marcos Daloia y del playero Bruno Bussanich, a manos del crimen organizado, envolvieron a Rosario en un clima de absoluta conmoción. Se sucedieron los paros de taxis, de transporte público y del gremio docente Amsafé, en reclamo de medidas urgentes ante el avance del narcotráfico.

Se suman los docentes universitarios de Coad al paro de mañana. Y crecen los cacerolazos en Rosario.

— Carla Deiana (@DeianaCarla) March 11, 2024

Lo cierto es que los gobiernos provincial y nacional ofrecen como supuesta solución el envío de las fuerzas federales a Rosario. Ahora bien, estas, lejos de combatir el narcotráfico, son las encargadas de liberar el territorio para que prospere la venta de drogas. La intervención por parte de las mismas, que proponen Pullaro y Bullrich, solo redundará en más represión contra los trabajadores y jóvenes de los barrios, manteniendo inalterable la impunidad del negocio narco.

A su vez, el ajuste que descargan los gobernantes contra al pueblo trabajador acentúa la vulnerabilidad social, la cual es explotada por las bandas narco para captar soldaditos entre los sectores más empobrecidos, sometiéndolos a una relación de dependencia.

Para terminar con el narcoestado es necesaria una acción independiente de la clase trabajadora, cuyo programa sea la nacionalización bajo control obrero de los puertos y la Hidrovía (por donde se cuela el tráfico de drogas) y de la banca (que hoy en día se dedica a blanquear el dinero proveniente de negocios ilegales). Además de garantizar el derecho a la vivienda, al trabajo genuino, al salario igual a la canasta familiar, a acceder a centros gratuitos de rehabilitación de adicciones, como única vía para rescatar a la juventud de la narcocriminalidad.

Es necesario organizar un paro general en la perspectiva de poner en pie un congreso de trabajadores para discutir una salida de fondo a este flagelo.

https://prensaobrera.com/politicas/rosario-por-un-paro-general-contra-el-narco-estado