Sociedad

10/4/2024

Sociedades Mixtas: el planteo alternativo de los privatizadores del fútbol

Crecen las presiones capitalistas por adueñarse definitivamente del fútbol nacional.

Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes de La Plata.

La reciente consagración de Juan Sebastián Verón al frente de la presidencia de Estudiantes de La Plata –el tercer mandato del espacio que integra- trajo a colación una nueva embestida de los privatizadores del fútbol argentino, esta vez con el planteo de Sociedades Mixtas entre socios y capitalistas. Un camino en dirección hacia la privatización definitiva del fútbol y las Sociedades Anónimas Deportivas.

En el discurso de Verón ante los socios, luego de conquistar la presidencia del club, este señaló: “Está de moda el tema SAD, yo hablé de algo mixto. No nos pongamos límites. Sin preconceptos”. Cabe señalar que el ingreso al Estadio Uno del club ya cuenta con un sistema de puntos donde se prioriza el capital individual, ya que se suma puntaje con el consumo en las instalaciones del club.

En una reunión previa con varios socios, Verón reivindicó el “modelo alemán” del 50% + 1, donde los socios controlan la mayoría societaria y los capitales privados las acciones restantes, incluso pudiendo llegar a adquirir el 100% del club en caso de una participación económica sustancial durante más de 20 años.

En Alemania, recientemente, se tuvo que dar marcha atrás a un avance de los capitales privados sobre la Liga de Fútbol Alemán (DFL), debido a las crecientes manifestaciones y acciones de socios y aficionados contra los negocios privados en el fútbol.

Todos planteos privatistas

El planteo de Verón resuena el entorno futbolístico por la trascendencia del club implicado. Hasta la fecha la otra entidad conducida bajo ideas similares es la de Talleres de Córdoba, cuya directiva ha reorganizado al club en base a la producción e inversión en jugadores –con la injerencia de capitales privados y ocultos- para su posterior venta y/o exportación.

A estas dos referencias del mundo del fútbol se suman otras como la de Sergio “el Kun” Agüero, quien en uno de sus programas manifestó que el modelo las SAD “podría potenciar a los clubes argentinos que sean privatizados”, algo que fue reposteado por el presidente Javier Milei, quien incorporó el tema en el mega DNU limitado por diversos amparos.

El que “sorprendió” por la voltereta operada es el actual secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, quien públicamente salió a respaldar el modelo de las SAD bajo la falsa premisa de que se trataría de un proceso “voluntario”.

No existe la “optatividad”

La voluntariedad y optatividad que remarcan los principales impulsores de este cambio de régimen es solo una ficción: el propio Scioli cuantizó la eventualidad de las primeras inversiones en “más de mil millones de dólares”. El ingreso de capitales privados al fútbol argentino obligaría a los clubes intransigentes a ceder para no perder competitividad y desaparecer del mapa.

La preservación de los clubes de socios sería un patrimonio exclusivo de un puñado de instituciones deportivas, quizás reducida a los cinco grandes o menos, como ocurre en España con el Real Madrid, el FC Barcelona y Athletic de Bilbao.

Los planteos privatistas en el fútbol ganan terreno sobre la base del desprestigio del modelo de fútbol actual, donde priman las gestiones turbias, los arbitrajes amañados, las apuestas y los negociados de directivos y empresarios a espaldas de los socios y aficionados. El problema no son los clubes de los socios sino los sectores que se han apoderado de los mismos en función de sus propios intereses.

Estas gestiones realizan muchos de los negocios y transacciones ocultas que pretenden legalizar los privados por medio de las SAD o las Sociedades Mixtas. Su oposición a los modelos privatistas tiene por base preservar el control personal y/o de camarillas sobre los clubes e instituciones deportivas.

Cada vez es más frecuente ver la salida de “jóvenes promesas” del fútbol a temprana edad, apenas habiendo pasado por el fútbol profesional argentino. O el rearme permanente de equipos de fútbol cuyas principales figuras son vendidas, principalmente, al exterior en cada mercado de pase. El fútbol profesional argentino es un trampolín de acceso a una salida económica en el exterior para muchos jugadores, y un negocio para inversionistas privados y “gerentes” del fútbol.

La defensa del fútbol argentino solo podrá darse con la recuperación de los clubes en manos de los socios, lo que requiere de la organización independiente de los trabajadores, socios y aficionados para plantarse contra los caciques de los negocios actuales y los privatizadores disfrazados de “emprendedores” y “modernizadores” del fútbol.

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