Sociedad

6/12/2022

Subas de tres dígitos en los productos navideños pesan sobre salarios derrumbados

Un fin de año marcado por la caída del consumo.

Góndola navideña con aumentos de 130%.

Se avecinan las fiestas en un año donde el encuentro familiar se verá opacado por las profundas dificultades económicas que atraviesa la población trabajadora, como resultado de la estampida inflacionaria y la miseria salarial reinante.

La caída real del salario, que destruye el poder adquisitivo de los trabajadores no registrados, también actúa sobre el sector privado formal, producto de incontables paritarias que han cerrado a la baja con el concurso de las patronales, la burocracia sindical y el gobierno. Sin ir más lejos, el promedio salarial de los trabajadores bajo registración del ámbito privado (Ripte) en el mes de octubre fue el más bajo de los últimos 15 años, con una capacidad de compra 5% inferior que hace un año atrás. Escenario que se agrava si nos detenemos en lo que ocurre con el trabajo precarizado.

Lo anterior explica el retroceso del consumo en comercios minoristas ocurrido en noviembre, del 3,1%  en términos interanuales según un informe elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came). Las ventas en el rubro textil cayeron 18,2%; 5,3% en calzado y marroquinería; 2,7% en bazar y decoración; 1,3% en alimentos y bebidas y 0,7% en ferretería y materiales eléctricos.

Esos ingresos en declinación son los que deben afrontar compras navideñas a precios cada vez más elevados. Según la consultora Focus Market, los artículos típicos de las fiestas tuvieron un aumento promedio del 129% en los últimos doce meses, y algunos, como la garrapiñada de maní y el ananá fizz, presentaron subas superiores al 150%.

En cuanto a los alimentos, desplegar una mesa que cuente con un pan dulce, un paquete de garrapiñada de maní, una botella de ananá fizz, una botella de sidra, un budín sin frutas y un turrón semiblando, eligiendo los productos más económicos de las góndolas, este año costará $2.689, cuando en 2021 salía $1.175.

Así las cosas, con un salario mínimo de noviembre 2021 podías adquirir 27 canastas navideñas, mientras que hoy en día solo alcanza para comprar 21 canastas. A su vez, la jubilación mínima de hace un año atrás equivalía a 24 canastas navideñas de ese entonces; y, en la actualidad, el haber mínimo solo cubre 16 canastas. Como vemos, la política de ajuste del gobierno golpea profundamente a los sectores más vulnerables, al punto de degradar sus festejos estivales.

Decorar la casa con temática navideña, pasatiempo de muchas familias trabajadoras en esta época del año, también se ha vuelto sumamente dificultoso para el bolsillo popular. Los objetos para armar el “arbolito” sufrieron un aumento interanual del 91% promedio, llegando al 131% en el caso del árbol propiamente dicho, al 127% la corona que se cuelga en la puerta y al 112% la bota de navidad.

Ni hablar de los precios prohibitivos de los juguetes o las prendas de vestir que están mencionadas en las cartas a Papá Noel que redactan año tras año los niños argentinos, inspirados en los estímulos de consumo que ofrece la publicidad dentro del capitalismo. Lo cierto es que en los hogares pobres se verán millones de ilusiones deshechas al momento de abrir los regalos y habrá sido culpa de un gobierno empeñado en hundir los ingresos populares.

Finalmente, millones de trabajadoras y trabajadores que se han deslomado todo el año para llevar el pan a su mesa se encuentran impedidos de celebrar a gusto junto a sus seres queridos, obligados a paladear una vez más el sabor amargo de la frustración. Otra dentro de las miles de privaciones que comprende el sendero fondomonetarista, al cual suscribe todo el arco político patronal. Solo la lucha en las calles contra los que estropean los festejos del pueblo podrá conquistar algún día el brindis merecido.

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