Sociedad

19/11/2021

Suben los costos de construcción en medio de la crisis habitacional

Los programas de créditos y estímulos oficiales son anulados por las ganancias de las patronales constructoras.

Los costos de construcción siguen su raid alcista, por arriba de la inflación, acumulando en lo que va del año una suba del 42,9% y un incremento interanual del 67,4%. Las escasas políticas del gobierno de estímulo a la construcción de viviendas se ven anuladas por los negocios de las patronales de la industria de la construcción.

Es lo que se desprende del informe del Índice del costo de la construcción en el Gran Buenos Aires (ICC), que elabora el Indec, que para el mes de octubre dejó un aumento del 3,9%, con una suba de materiales del 3,5% y de gastos generales del 3,6%.

En este mes impactó particularmente la incidencia de una nueva cuota del acuerdo paritario de la construcción, que elevó el costo de la mano de obra directa en un 4,4%. Aunque los subcontratos de mano de obra –por donde pasa parte del personal no registrado y precarizado- se ubicó en un 3,2%.

De todas formas los salarios de la construcción se encuentran entre los más bajos de la industria nacional, siendo incluso el convenio de referencia para la tercerización y el fraude laboral en empresas de diversos rubros. Para tener una idea, el inicial de la construcción correspondiente a un mes de trabajo para un Ayudante hoy ronda los $46.500.

Cabe agregar que durante lo que va del año (hasta octubre) los costos de los materiales se incrementaron en un 45,8% contra un 39,8% de la mano de obra.

Ni para construir

Con un mercado de vivienda prohibitivo, sin acceso al crédito hipotecario ni planes universales a tasa cero,  y con un profundo deterioro del poder adquisitivo de los salarios e ingresos populares en un mercado signado por las cotizaciones y valuaciones en dólares “no oficiales”, el gobierno a intentado aparentar que brinda soluciones habitacionales con programas de créditos para la construcción, como el Procrear, Casa Propia o el Mi Pieza.

Pero la escalada de los precios de la construcción, más que nada vinculada a la reactivación de los negocios inmobiliarios que poco sirven para satisfacer las necesidades habitacionales del conjunto de la población, orientados a complejos habitacionales suntuosos y exclusivos y/o servir de reserva de valor para los capitalistas, termina por licuar esos créditos, tornando inviable o excesivamente costosa la realización de viviendas y habitaciones de las familias obreras.

Esto se siente aún más en el encarecimiento de los materiales de obra y colocaciones, con saltos en griferías y llaves de paso (6,3%), pinturas y afines (6,2%), productos metálicos (6,1%) y áridos (5,7%), insumos necesarios para desenvolver un proyecto como el de Casa Propia, que implica la construcción de hasta 60 metros cuadrados de vivienda, o la línea del Procrear que consta de la adjudicación de lote con servicios y la construcción desde cero.

Programas más “humildes” como el Mi Pieza, que consisten en préstamos de entre $100 mil y $240 mil, solo son realizables en la medida que uno los realice con sus propias manos o que los deje a “medio hacer”, con terminaciones e instalaciones precarias.

El encarecimiento de los precios de la construcción sigue estrechando el cerco sobre la crisis habitacional, en un país donde gran parte de la población se ve obligada a edificar en el mismo terreno donde habitan sus padres y/o familiares. Algo que ha llevado al hacinamiento de barrios enteros, particularmente en las villas de CABA y barrios pobres del Conurbano Bonaerense.

Todo sube menos los salarios, que continúan pisados por la inflación, lo que también restringe toda posibilidad de ahorro e inversión habitacional. Es preciso partir de una recomposición general de los salarios, poniéndolos por encima de la canasta familiar, combinados por el acceso a créditos hipotecarios en pesos y a tasa cero para garantizar el acceso a la vivienda. Al tiempo que hay que terminar con la especulación inmobiliaria y el encarecimiento de los bienes  e insumos indispensables para la construcción de las viviendas familiares.