Sociedad

1/11/2022

Mar del Plata

Testimonios desde la ocupación en el barrio Las Heras en Mar del Plata

"No tengo dinero ni la oportunidad de que me den a pagar un terreno. Esta es la única esperanza para hacerme mi casa y recuperar a mis hijos”.

Las Heras.

Luego de que el pasado sábado 29 las 45 familias que luchan por tierra y vivienda en el barrio de Las Heras (Mar del Plata) se enterasen por los medios del pedido de desalojo que el Tribunal Superior elevó al juez Saúl Erran, avalando la apelación del intendente Guillermo Montenegro, desde el Partido Obrero y el Polo Obrero estuvimos este domingo 30 llevándoles nuestro apoyo a las familias.

Cabe destacar que, habiendo pasado más de 48 horas del pedido del Tribunal Superior, nadie se ha acercado al predio a notificar a las familias del posible desalojo. Conversamos con algunos de los habitantes, en medio de una campaña de ataque y criminalización liderada por Montenegro tratando a las familias de “delincuentes”.

“Mi nombre es Maira. Yo estoy acá porque en la casa de mi mamá vivimos más de quince personas. Cobro solo un plan social, es mi único ingreso, pero no soy vaga. Yo trabajo, salgo a las 18 horas todos los días. Trabajo en el pescado, todo el día. No es como dice el intendente, todos los que estamos acá trabajamos. No estamos pidiendo una casa construida, es solamente un pedazo de tierra. Cada familia va a trabajar el tiempo que sea para construir su casa. Vine acá para construir mi futuro, no siempre voy a poder vivir en el lugar donde estoy ahora”, manifestó Maira.

Daniela, por su parte, nos contó: “No tengo dinero ni oportunidad de que me den a pagar un terreno. No me queda otra que ocuparlo. Traje chapa y tirantes. Es todo lo que tengo. Hago changas en el pescado y solo cobro un plan social. Tengo una hija de 7 años, no me alcanza. En mi trabajo estoy en negro. Estoy dejando de trabajar para cuidar este pedazo de tierra. Y en ningún trabajo en esta ciudad te toman en blanco ¿Cómo voy a acceder a un terreno?”.

Ana señaló: “Estoy acá porque necesito hacerles la casa a mis hijos. Sufrí violencia de género junto a mis hijos por parte de su padre, y la Justicia se llevó a mis hijos a un hogar de menores para garantizar su cuidado luego de la violencia de su padre. Para volver a tenerlos conmigo me exigen tener una vivienda con las habitaciones adecuadas, un trabajo en blanco e ingresos. Yo vengo recién de estar trabajando en el pescado, en negro. Lo único que tengo es este pedazo de tierra en este terreno, es la única esperanza para hacerme mi casa y recuperar a mis hijos”.

Por último, Darío, de 36 años, nos brindó su testimonio: “Soy padre de familia, tengo tres hijas. Hace 14 años soy vendedor ambulante y trabajo en la calle. Con eso vivo. Lo hago desde que me echaron de una fábrica en el puerto. Laburo todos los días y alquilo. Nunca llego a fin de mes, mis mejores meses son durante la temporada, cuando trabajo sin parar. La única forma de tener un pedazo de tierra es así para mí. Nosotros acá limpiamos el terreno que era un desastre, lo pusimos en condiciones. Acá había mugre, esto era un pastizal lleno de basura. Al gobierno no le pedimos plata, ni nada gratis. Solo necesitamos tener acceso a un pedazo de tierra, cada uno de los ladrillos para nuestras casas los vamos a pagar trabajando”.

Luego del pedido de desalojo, distintas organizaciones sociales, políticas, sindicales y de derechos humanos de la ciudad sacamos un comunicado solidarizándonos con quienes pelean por un pedazo de tierra para vivir y rechazando el desalojo. Cabe señalar que, desde el Frente de Todos, oposición en el Concejo Deliberante, no se ha escuchado más que silencio y nadie se ha acercado al predio. Lo único que han puesto a disposición son los patrulleros de Sergio Berni, que hostiga permanentemente a las familias día y noche.

Es categórico e ilustrativo: al cumplirse dos años del desalojo en Guernica, con Kicillof y Berni a la cabeza, no existe solución habitacional en la provincia de Buenos Aires.

Toda nuestra solidaridad y apoyo a las familias de Las Heras. Tierra para vivir.