Sociedad

23/10/2020

Toma de Magaldi en Rosario: la tierra recuperada debe ser de los vecinos

Las tomas de tierras crecen en todo el país y también en Rosario. Hoy, el cuerpo de delegadas y delegados de los vecinos de la toma de Magaldi, en el oeste rosarino, realizaron una conferencia de prensa desde el barrio que recuperaron de un basural.

Son 82 familias y 46 niñxs que viven en este asentamiento precario, donde conviven nuevas generaciones que generaron la toma reciente y familias que habitan allí desde hace 15 años. La zona hoy ocupada estaba sobre un basural a cielo abierto que los trabajadores de la zona, en su mayoría changarines, fueron limpiando para ganar terrenos e instalar ahí de a poquito sus casas. En el paisaje se ven así casitas de material con ranchos hechos de nylon y palos, que el gobierno municipal no reconoce como parte del barrio porque “allí no hay una casa”.

Según el último relevamiento de barrios populares, un emprendimiento que realizó el gobierno tercerizando el censo en organizaciones barriales y partidos semiestatizados, se calculó que son 110.000 las personas sin techo en Rosario. Un número que parece quedarse corto, como lo muestran el crecimiento de las tomas de tierras que, según se sabe, se sumaron siete nuevas durante la pandemia.

Participaron de la conferencia el Partido Obrero y el Polo Obrero, PTS, MST, miembros de la comisión directiva de Amsafe Rosario referenciados en el Plenario del Sindicalismo Combativo, entre ellos, Luciano Cáceres, la secretaria General de ATE Rosario, miembros de La Sexta y de la FOL.

¿De quién son las tierras?

Antes de que vecinas y vecinos limpiaran el basural las tierras ocupadas no habían sido reclamadas por nadie. Ahora que limpiaron buena parte de la basura, desmalezaron y ganaron terrenos, se presentaron supuestos dueños que sin embargo no han podido demostrar tener título de propiedad. La policía en su primer intento de desalojo no pudo mostrar ninguna denuncia concreta ni escritura, por lo que solo lograron amedrentar sin dar ninguna solución al reclamo.

 

Los terrenos son un enclave cercano al Mercado de Fisherton, que linda con el Jockey Club y una zona de barrios obreros (Bº Gráfico) y altos. Con la urbanización integral de esta barriada se respondería primero a una necesidad social imperiosa, como es vivir con un techo en la cabeza, dando fuentes de trabajo, y se colaboraría con la integración de ese asentamiento precario al tejido urbano de la zona oeste de Rosario.

Otra parte de los terrenos es de la iglesia católica (Cristo Rey) sobre la que se dice los habría cedido.

En el lugar funciona un cuerpo de delegados electos por sector, que ya puso en pie un comedor popular donde comen quienes viven en la toma pero también vecinos de los barrios lindantes golpeados por el desempleo. En Rosario, el 41,8% de la población se encuentra en situación de pobreza (552 mil personas) y el 13,1% en situación de indigencia. Se trata de 176 mil personas que no alcanzan a cubrir los gastos alimentarios básicos según el Indec.

Vivienda popular. Otra promesa incumplida

Se sabe que la obra pública es dinamizadora de la economía, trabajo intensiva y que se puede fabricar con material nacional (cemento, ladrillo, etc). La carencia de vivienda es enorme mientras que en el otro polo casi 90 mil viviendas están deshabitadas, vacías, en Rosario según los datos desactualizados del Censo 2010. Son la reserva de valor de las cerealeras, de quienes especulan en la Bolsa, del lavado del narco.

Las tomas de tierra que se están multiplicando son la única salida que tiene una familia para acceder a un techo. En Rosario existen en la actualidad 8 tomas de tierras, entre ellas, el barrio Tango, Nuevo Alberdi, Tío Rolo que se extienden por distintas zonas oeste, norte y sur de la Ciudad.

Esto mientras crece la especulación inmobiliaria. Según las propias de Obras Particulares de la Municipalidad, entre los años 2005 y 2018 se autorizó la construcción de más de 65 mil viviendas que en un 90% se concentran en la zona céntrica y de la Costanera.

La Ministra Bielsa asumió prometiendo vivienda popular. Sin favoritismos, no avanzó en su ciudad como tampoco lo hace en el resto del país. Los gobiernos municipales y provinciales no han dado respuesta y la amenaza de desalojo está latente, como sucedió con la feroz represión en Barrio Toba o en Santa Fe Capital cuando había cuarentena.

Un programa para la vivienda

Luchemos por el derecho a la tierra y la vivienda, apoyando las ocupaciones que se desarrollan en la provincia. La entrega de terrenos y viviendas debe partir de un censo bajo control de los cuerpos de delegados de los barrios, que establezca las necesidades reales y sea la base de un pliego para una urbanización de conjunto.

Un plan de vivienda popular en base a un impuesto progresivo a los capitalistas de todas las grandes cerealeras, de las grandes inmobiliarias, bajo el control de los cuerpos de delegados electos en los barrios.

Profundicemos la pelea por la tierra y enfrentando los desalojos que promueve el poder político, que unifique al conjunto de las tomas existentes y a las organizaciones de lucha del movimiento piquetero, para reclamar una urgente solución a la catástrofe habitacional con una marcha el centro político de la ciudad.