Sociedad

15/4/2021

Una masiva “vacunación VIP” para que siga el negocio del fútbol

Las 50 mil dosis para la Conmebol.

La noticia de la donación de 50 mil vacunas contra el coronavirus por parte de la fabricante china Sinovac a la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), para que se inmunicen todos los planteles de primera división y las selecciones de los 10 países que la integran, no recibió ningún comentario crítico por parte de los medios ni del gobierno o la oposición como un masivo “vacunatorio VIP”, pese a que la edad de los aproximadamente 15 a 20 mil futbolistas e integrantes de equipos técnicos a ser inoculados no supera, en la inmensa mayoría de los casos, los 30 años.

Es más, el acuerdo, claramente comercial y de negocios aunque, claro, fue presentado como parte de la campaña contra la pandemia, fue expuesto con simpatía incluso por medios como Clarín, La Nación o Infobae, que habían realizado una gran campaña contra el escandaloso vacunatorio VIP del oficialismo, que involucró a muchos menos “beneficiarios”.

Además, según declararon los máximos directivos de la Conmebol, jugó un papel muy importante para que se lograra el donativo, el gobierno del Uruguay casi en pleno. Esto, cuando el país vecino se acaba de convertir, por el avance meteórico de los casos positivos en su territorio, en el primero del mundo medido en cantidad de muertes por coronavirus en relación a la cantidad de población y cuando, a mediados de la semana pasada, recién el 22% de su población había recibido la primera dosis de la vacuna.

El carácter comercial y para nada caritativo del acuerdo fue admitido por la propia Conmebol que reconoció la contrapartida pedida por Sinovac para entregar las vacunas: “las ofreció sin costo a cambio de acciones publicitarias y convenios de colaboración” (Clarín, 13/4), que incluyeron al propio Messi, a pedido de la empresa fabricante.

Esto se da en el marco de la pelea de los productores de vacunas por copar mercados y cuando esta vacuna china, en particular, recibió un fuerte ataque cuestionatorio por el nivel de inmunidad que ofrecería frente a la enfermedad. El acuerdo nada tiene que ver con una campaña antiviral ni es una muestra de altruismo.

La Conmebol, que saludó con globos y papel picado la cesión de las 50 mil dosis, dijo que “la vacunación es un avance enorme hacia aquello que todos anhelamos: el regreso total del fútbol sudamericano, con su explosión de color, alegría y pasión, en la cancha y en las tribunas” (Infobae, 14/4). Por eso, adelantaron los máximos directivos de la entidad, se preparan para comprar más vacunas si resultan necesarias para garantizar el desarrollo sin trabas de todas las competencias nacionales y regionales.

Es que el show debe seguir y la Conmebol, un nido de corrupción y grandes negocios con el fútbol, que hace pocos años vio saltar por los aires a la directiva de entonces y el encarcelamiento de varios de sus integrantes por las manos metidas en la enorme lata con dinero que recauda la entidad, tiene por delante la realización de la Copa América de selecciones -a disputarse en la Argentina y en Colombia entre junio y julio próximos- y la Libertadores y la Sudamericana -están en marcha las preliminares-, como los torneos más resonantes y cercanos y que mueven cifras multimillonarias en toda la gama de los negocios que se desarrollan alrededor de los mismos.

Ningún comentario cuestionador partió tampoco de funcionarios o dirigentes del oficialismo ni de la oposición. Es que, como explicó el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, al comentar el acuerdo, la empresa china “comprendió que el fútbol es una actividad fundamental para la economía, la cultura y la salud física y mental de los sudamericanos” y, le faltó decir, para los bolsillos de los capitalistas que lucran con el negocio y para las clases dirigentes que intentan utilizarlo para desviar la presión explosiva que generan las políticas de ajuste y de superexplotación de los trabajadores.

Mientras tanto, la población de todos los países de la región pena por la escasez de vacunas para cubrir siquiera a la franja de mayor riesgo.

El regreso pleno del fútbol y de los hinchas a las canchas está también, sin duda, en el interés de todos los simpatizantes de este deporte. Y es el mismo que comparten los jugadores y seguidores de todos los demás deportes, muchos de ellos no tan rentables o no tan masivos y de aquellos que esperan por el avance del combate a la pandemia para volver a desarrollar todo tipo de actividades recreativas o culturales, frente a las cuales no se ha sensibilizado ningún gobierno ni fabricante de vacunas.

Solo se trata aquí de diferenciar las genuinas ganas de los que disfrutan de la actividad, de los intereses espurios de las mafias del fútbol y de los gobiernos. Está claro que las 50 mil vacunas van a garantizar el negocio. De unos y de otros.

Aunque la cifra es menor, este manejo muestra el carácter discrecional con el que actúan los integrantes del oligopolio de fabricantes de vacunas contra el coronavirus. Y plantea también la necesidad de que cese el secreto sobre las fórmulas y que se produzcan libremente las vacunas en todo el mundo para que se pueda inocular a toda la población y terminar con la pandemia.