Sociedad
10/1/2025
Vacaciones con Milei, la Costa bonaerense a media máquina
En Mar del Plata, la ocupación es de apenas el 65%.
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Mar del Plata.
Con Milei, no se salvaron ni las vacaciones. Según las principales cámaras del sector, los datos de enero, mes pico de afluencia de gente a los principales centros turísticos del país, vienen por debajo de lo previsto.
Acorde a un informe de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), el promedio entre la Costa Atlántica, las Sierras y el turismo rural, ubican a las cifras de ocupación hotelera en torno al 75% en los primeros días del mes. En Mar del Plata, uno de los principales destinos turístico de los trabajadores durante el verano, la ocupación es del 65%, apenas por encima de la mitad, cuando ha sabido ser del 100% en años anteriores.
«Períodos de estadía más cortos y consumos más gasoleros son dos de las tendencias que describen la temporada. La tercera es una marcada diferencia de ocupación y gasto entre los destinos más costosos, donde suelen vacacionar los sectores de mayores ingresos, y aquellos que suelen frecuentar las clases medias y las más populares cuando van a la costa. Los primeros registran una actividad notoriamente superior a los segundos» (El Cronista, 9/01/2025).
Para explicar esto debemos tener en cuenta dos aspectos, el primero es que la nota de color de este verano fueron los precios siderales que hay que pagar para veranear en Argentina, donde por ejemplo la canasta básica de productos sale el doble de lo que sale en Brasil, ni hablar del precio de los alojamientos, las carpas, etc. Esto es atizado principalmente por la inflación en dólares que posee Argentina gracias a la política económica oficial.
El otro aspecto a tener en cuenta es la destrucción del poder adquisitivo de los salarios mediante paritarias a la baja (licuación) e incremento permanente del costo de vida, lo que deja un menor margen de consumo y de ahorro para poder vacacionar. Según datos de la Dirección de Estadística porteña, la inflación en la Ciudad de Buenos Aires se aceleró en diciembre a 3,3%, como consecuencia principalmente del aumento en los servicios, que se incrementaron en un 4,2%, por encima de la inflación general.
En tanto, el mantenimiento de la vivienda registró un alza de 3,9%, contribuyendo en 0,75 puntos al nivel general, lo que incluye también los incrementos en los alquileres, los que tienen vía libre gracias a la liberalización del mercado aplicada por el Ejecutivo, que hoy afectan a miles de inquilinos y ponen en riesgo su vivienda. A su vez los gastos en salud se elevaron 3,7%, debido a los ajustes en las cuotas de la medicina prepaga, otro mercado liberalizado por el gobierno.
En este cuadro resulta lógico que los trabajadores no tengan capacidad económica para vacacionar, y no parece que la cosa vaya a mejorar (que es lo que vaticina el gobierno y a lo que aspiran las principales cámaras de turismo). Recordemos que los principales grupos capitalistas están presionando para que la crisis la continúen pagando los laburantes con sus condiciones de vida y de trabajo, de manera tal de garantizar sus dividendos.
Tal es así que incluso el derecho a vacaciones pagas busca ser barrido. Es parte de los blancos de la ofensiva patronal contra lo que llaman «costo laboral no salarial», que quieren liquidar para seguir abaratando la fuerza de trabajo cuando ya no hay margen para seguir hundiendo los sueldos. Esta presión de los capitalistas sobre las condiciones de trabajo se redobla ante la pérdida de competitividad por la política de encarecimiento del peso, que en el caso del turismo impacta fuerte por el crecimiento de los viajes a Brasil.
Mauro Moyano, vicepresidente de la Cámara de Turismo, ya anticipó que si la tendencia no se revierte habrá despidos: «Achicar es empeorar la cantidad y calidad de la mano de obra. Tenemos esperanza que se puede revertir pero estamos a 10 de enero y no varía la ocupación». Es la muestra de que las patronales del turismo y la gastronomía van a descargar esta crisis sobre los laburantes de dichos gremios, que por cierto además ya se caracterizan por la enorme precariedad de sus regímenes laborales.
Nos quieren sacar hasta el derecho a vacacionar, no lo podemos permitir.