Sociedad

26/10/2021

CABA

Vecines de Villa Ortúzar le dicen no al negocio inmobiliario y sí a los espacios verdes

Este domingo 24 de octubre se realizó un festival en defensa de la plaza Antonio Malaver de Villa Ortúzar, donde el gobierno de la Ciudad habilitó la construcción de un emprendimiento inmobiliario ampliamente rechazado por el barrio. La actividad contó con una importante participación de vecines del barrio, con talleres recreativos, una feria y un escenario con música en vivo. Desde ahí las diferentes organizaciones barriales hicieron oír su voz en rechazo al avance de los negociados inmobiliarios en la ciudad.

El 2 de octubre pasado la desarrolladora inmobiliaria Ykonos hizo demoler la vivienda que ocupaba unos 190 m2 dentro de la plaza Malaver, en la esquina de Girardot y Heredia, construida en la década de 1930. El hecho de que los carteles de obra hubieran sido colocados poco menos que dos semanas antes demuestra que la empresa, en clara connivencia con el gobierno de la CABA, sabe perfectamente del valor patrimonial de la casa destruida y de la alta impopularidad del proyecto inmobiliario entre les vecines del barrio.

El proyecto “Ykonos Malaver Plaza” contempla la construcción de una torre de 25 m de altura (8 o 9 pisos), de treinta departamentos. Quienes utilizan la plaza en el cotidiano se verían inmediatamente afectados ya que el edificio requeriría de la destrucción de árboles y dejaría sin luz directa a la plaza buena parte del día. El confinamiento estricto del 2020 dejó en evidencia la enorme necesidad y el enorme déficit de espacios verdes que sufren las mayorías trabajadoras en la ciudad de Buenos Aires. La preocupación es evidente si se tiene en cuenta que Villa Ortúzar cuenta solamente con dos plazas (la Malaver y la 25 de Agosto).

Por eso les vecines rápidamente se autoconvocaron en el colectivo Somos la Malaver y, entre otras iniciativas, convocaron a la actividad del domingo. Ahora que la casona antigua ya fue destruida, lo que reclaman al gobierno es que los 190 m2 liberados por la demolición sean incorporados a la plaza para mejorar la calidad de vida y el espacio verde del barrio.

Pero lo de la plaza Malaver no es un caso aislado en el barrio ni en la ciudad. Desde ya que cambiar la fisonomía del barrio de casas bajas hacia uno construido en altura acarrea una infinidad de problemas: como la densidad poblacional no viene acompañada de inversiones se produce una creciente saturación de los servicios públicos (cortes de luz, baja presión de la red de agua, desborde de cloacas, etc.), a la par que el negocio inmobiliario atiza el incremento del valor del metro cuadrado, y presiona sobre el encarecimiento del costo de vida (y la consecuente gentrificación), etc.

Por eso desde el escenario del domingo se denunciaron otros negociados inmobiliarios que intentan desarrollarse en el barrio, como el de la calle Elcano, entre Rosetti y Charlone, en el predio donde funcionaba la sede de los Testigos de Jehová, donde el gobierno habilitó la construcción de 450 departamentos.

La cantidad de organizaciones barriales que participaron de la jornada del domingo, que expresaban luchas similares en todos los puntos de la ciudad (contra los negocios inmobiliarios en la isla de La Paternal, en Parque Chacabuco, en Colegiales, en los predios ferroviarios, etc.), demuestran que la lucha de les vecines de la Malaver no es una lucha aislada, y que estos ataques son consecuencia de una orientación política del gobierno de Larreta. Al igual que con la venta de la Costanera Norte, lo que define la política pública es el ánimo de lucro capitalista alrededor del negocio inmobiliario. La necesidad social de aumentar y mejorar los espacios verdes, que guarda una relación directa con la salud mental y física de la población, y la vivienda social, chocan directamente con el interés capitalista que extrae enormes ganancias sobre este bien escaso que es la tierra.

Para defender el acceso a los espacios verdes y a la vivienda de la especulación capitalista es necesario coordinar y organizar todas estas luchas en las calles. Los bloques políticos del PRO y del PJ-kirchnerismo que votaron repetidas veces en la legislatura la privatización de cientos de hectáreas de tierras públicas al servicio del beneficio capitalista no pueden ser un canal para desarrollar a fondo estas peleas. Desde el Partido Obrero y el Frente de Izquierda Unidad nos ponemos al servicio de todas estas luchas, por una ciudad para los trabajadores y no para los especuladores inmobiliarios.