Ubicada al borde de la Cuenca Matanza-Riachuelo, más de setenta familias sobreviven en paupérrimas condiciones habitacionales y ambientales. El Estado viene incumpliendo fallos judiciales y legislaciones locales.

“Es el abandono total. Hay lotes, como la llamada Casa 15, donde el propio gobierno dice que hay fuertes problemas de habitabilidad, de hacinamiento y de acceso a infraestructura, pero no se establecen condiciones de seguridad ni para mejoramientos” (Sur Capitalino, 21/9).

En 2012 se efectuó la relocalización de 130 familias, mudadas al barrio San Francisco de Bajo Flores. Quedando cuarenta grupos familiares, que en una década se duplicó, causal del incremento de la pobreza, crisis habitacional y la expulsión de las familias trabajadoras, por parte del propio Estado, jugando el juego de los especuladores inmobiliarios, en todo el territorio de la Ciudad. Según informes inmobiliarios, el metro cuadrado en Pompeya no baja, desde hace largos meses, de los 1.400 dólares ($1.043.000).

Las precarias condiciones de supervivencia de los más de 300 habitantes demuestra la falta de cumplimiento, por parte de los gobiernos (pasados y presente) de la Ciudad de Buenos Aires. Hace más de 15 años la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó sentencia por la causa Mendoza, definiendo a la zona de El Pueblito como inhabitable e instando al Estado a definir planes de relocalización, ala par de tomar las medidas correspondientes para terminar con la contaminación ambiental.

A partir de la Evaluación Integral de Salud Ambiental en Áreas de Riesgo (EISAAR) se contabilizan 59 viviendas, de las cuales fueron censadas treinta y ocho. “Se observó que 13 hogares tenían hacinamiento critico. Lo que representó el 28,8%”.

En ese sentido, los ejecutivos nacionales y del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) acordaron fundar la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar). Ente a cargo del saneamiento y cumplimiento de las medidas anteriormente nombrado. Sumado a la aprobación de la ley 5486, en 2015, por parte de la Legislatura porteña, que definía la expropiación de terrenos por parte del gobierno de la Ciudad con el fin de urbanizar y mudar allí a vecinos de El Pueblito y Villa Magaldi, asentamiento vecino.

Las condiciones ambientales en la zona próxima al Puente Alsina, que comunica el barrio de Pompeya con Valentín Alsina (Lanús) son críticas. Según un informe presentado por Acumar en 2018 “en un radio de 1000 mtrs de encuentran 39 establecimientos declarados Agentes Contaminantes. (…) Los datos de la estación 24-PteUribu muestran cierta peligrosidad del barrio, debido a que Nitrógeno Amoniacal, Hidrocarburos totales y Coliformes Fecales superan el valor de referencia. Por contacto directo con el agua, el Nitrógeno Amoniacal tiene un leve efecto irritante, los Hidrocarburos tienen un efecto agudo, y la elevada presencia de bacterias implica un riesgo de infección por contacto directo o por ingesta accidental de agua”.

Agua potable que de las canillas de la barriada sale a cuentagotas. Nos aproximamos a épocas veraniegas, donde los años pasados mostraron altísimos calores, y los vecinos no tienen ni siquiera como hidratarse. Sucede que los caños puestos en la villa son demasiado finos, provocando que sea bajo el caudal de agua que puedan pasar por allí.

A este panorama se le suma la existencia de basurales a cielo abierto, y un cementerio de autos y chatarras, donde decenas de pibes y pibas, que no logran comer las cuatro comidas diarias, juegan amenazados de infecciones serias.

Misma entidad, mediante un censo de hogares, obtuvo como resultado que más del 70% de los habitantes de El Pueblito no posee cobertura de salud por obra social o prepaga. Y salitas sanitarias ausentes de elementos básicos, y personal, para la atención temprana (urgencias).

“Cuando llueve se tapa la cloaca y se inunda todo. Es siempre el mismo problema, pero la mayoría de las veces llamamos y ni siquiera vienen a verlo. Y además está el riesgo de electrocutarnos” afirma Ana, vecina de El Pueblito, para diario Sur Capitalino. Quien agrega su preocupación por la amenaza de derrumbe y ausencia de escapatoria. Demostrando la vigencia de la Ciudad Cromañón, que pone en serio peligro la seguridad edilicia de los hogares más humildes.

Una salida obrera y socialista

A más de quince años, la ausencia del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires revela a un Estado socio de los pulpos inmobiliarios y el gran capital, expulsando a las familias trabajadoras, y dando vía libre a la depredación ambiental.

El oficialismo macrista y larretista (Juntos Por el Cambio), con la falsa oposición peronista en la Legislatura (Unión por la Patria-PJ), aprobando leyes o sin pedir informes o explicaciones por la falta de acciones, son responsables de las precarias condiciones de vida del pueblo trabajador.

La salida a esta barbarie está en manos de la izquierda y los trabajadores. Ganando las calles en reclamo por el cumplimiento de la sentencia judicial de la Corte Suprema, y el cumplimiento de la ley 5486. Mudando a todos los vecinos próximos a la rivera del Riachuelo. A la par, el diseño y desarrollo de un serio plan de obras públicas, comenzando por la infraestructura básica (agua potable, redes pluviales y eléctricas seguras) bajo control de sus habitantes. Triplicación del presupuesto en sanidad.

Desde el Partido Obrero y el Polo Obrero, en el Frente de Izquierda Unidad, vamos por ello. Por legisladores de la clase obrera, que ponga en pie una tribuna de denuncia y organización para terminar con el régimen de barbarie reinante.

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