Universidad

22/11/2021

“Asamblea” Universitaria de la UBA: una puesta en escena para que no cambie nada

Rechacemos la farsa, vamos por la democratización de la universidad y presupuesto para lo que se viene.

El martes 23 sesionará una Asamblea Universitaria en la UBA de carácter extraordinario para extender el mandato del Rector Barbieri. Esta extensión del mandato, que se justifica con que todavía no se pudieron renovar los consejeros estudiantiles, oculta que se convoca esta “asamblea” antidemocrática -por su forma y contenido- pero que en dos años no se ha convocado una sola instancia de participación para discutir los miles de problemas que surgieron en la UBA a raíz de la pandemia. Muchos Consejos Directivos incluso no funcionaron durante meses (como en Veterinaria o el CNBA).

¿Qué es y cómo funciona una asamblea universitaria?

Cada una de las trece facultades elige 16 consejeros directivos de los cuales 8 son del claustro de “profesores”, 4 de graduados y 4 estudiantes, esos consejeros luego eligen los consejeros superiores (5 por claustro), que, junto a los decanos de las trece facultades, conforman el Consejo Superior. Esto significa que los estudiantes que somos la inmensa mayoría de la universidad solo tenemos 57 de 226 representantes. Los docentes, por su parte, se ven privados de votar en su claustro ya que en “profesores” solo pueden votar los profesores regulares que constituyen una ínfima minoría (y que son y representan a las camarillas que rigen en la UBA). Por otra parte, los no docentes no tienen representación.

En resumen, más del 50% de los votos en la Asamblea Universitaria proviene de una minoría de profesores que defiende sus propios intereses y no los de la educación pública, gratuita y de calidad.

La extensión de un mandato ajustador y antidemocrático

La farsa montada a través de esta “asamblea” no va a discutir ninguno de los problemas de fondo de la universidad sino que solo pretende legitimar al régimen universitario que año a año, y especialmente durante la pandemia, ha vaciado nuestra casa de estudios.

Es en la UBA justamente donde se cierra la “grieta”: kirchneristas, peronistas, radicales y macristas Todos Juntos co-gobiernan la universidad y votan año tras año el vaciamiento presupuestario con “aumentos” que nunca superan la inflación. Para el 2022 se votó un aumento de 26,5% para las universidades nacionales mientras que la inflación proyectada de mínima es del 33%. Aunque Yacobitti y compañía se quejen de esta situación, en la UBA aplican un ajuste similar y avanzan en su privatización, ni que hablar que cuando gobernaron bajo el macrismo hicieron lo mismo.

Son estas mismas camarillas las que no pusieron un solo peso para adecuar la universidad a la virtualidad y que tampoco van a poner para mejorar las condiciones en la nueva presencialidad. ¿Acaso la asfixia presupuestaria, la deserción en el CBC, los miles de docentes sin cobrar o las pésimas condiciones edilicias se van a discutir en esta “asamblea”? Por supuesto que no.

Frente a lo que se viene: más que nunca la democratización

No podemos ignorar el debate que se está dando en las facultades y CBCs sobre la cursada el próximo año y una posible bimodalidad. El debate encierra algo de lo cual las camarillas de la UBA no pueden ni quieren hacerse cargo: la virtualidad obligada fue un fracaso por la falta de presupuesto, dando como resultado un aumento de la deserción y muchísimos problemas a la hora de, por ejemplo, rendir exámenes. Al mismo tiempo, la virtualidad tapó los agujeros de una presencialidad también expulsiva por falta de condiciones edilicias, comisiones y planta docente suficiente.

La democratización, es decir, que seamos quienes estudiamos y trabajamos (docentes, no-docentes, investigadores) en la universidad quienes decidamos los hilos de la misma y no un pequeño grupo dentro de cuatro paredes que poco y nada sabe (y tampoco le importa) qué sucede en los pasillos y Zooms de nuestra universidad.

Para democratizar la universidad el movimiento estudiantil debe ponerse a la cabeza

Al principio de la nota decíamos que solo 57 representantes son estudiantes, sin embargo muchos de ellos pertenecen a agrupaciones que son la “pata estudiantil” de las gestiones de la universidad (Nuevo Espacio – Franja Morada – UES) por un lado, y de facultades como Filo o Exactas por el otro (La Cámpora – La Mella) por otro. Esto constituye también un problema, ninguno de estos bloques denuncia, por ejemplo, el vaciamiento presupuestario de la UBA ya que son parte de los mismos espacios políticos que lo aplican. No se puede estar de los dos lados del mostrador, o se está con los estudiantes o con los ajustadores.

Desde la UJS rechazamos esta farsa de Asamblea Universitaria que no va a cambiar nada mientras se profundizan los problemas de la universidad. Solo el movimiento estudiantil movilizado con los trabajadores de la universidad puede arrancar una verdadera democratización para discutir lo que se viene.

¡Democratización de la UBA ya! Mayor representación estudiantil. Claustro único docente. Voz y voto para los no docentes.