Desde el lunes 12 de marzo está en curso la asamblea universitaria luego de once años sin realizarse. La convocatoria fue cerrada el año pasado y se ponen a debate 19 proyectos dentro los cuales está ausente el aspecto central de la universidad en este momento crucial: el presupuesto universitario. Es que el cuadro es absolutamente crítico, ya que se está funcionando con presupuesto congelado -del año 2023- y un déficit superior de 100 millones de pesos. Según distintos funcionarios, en pocos días se acaba el remanente de partidas y no habrá fondos para becas, tarifas y funcionamiento.

En el primer día de funcionamiento, la votación central giro en torno a convertir a la universidad de una institución “intercultural”. La rectora Beatriz Gentille realizó un discurso contra el recorte de Milei, ocultando su propio plan de ajuste votado desde el Consejo Superior. Sucede que además del recorte nación se agrega que el propio Consejo Superior de la UNCO votó un presupuesto de casi 35 mil millones de pesos, muy por debajo de la inflación, y que no contempla los ajustes de los últimos años.

Lo que sí plantea la asamblea universitaria es la conformación de un Consejo Social, el cual se adapta a las formulaciones de la ley menemista de educación superior. Este, representa la tentativa de un copamiento de sectores empresariales de la universidad. Por este Consejo Social diferentes “actores” podría intervenir en nuestra UNCo sabiendo que es un paso fuerte hacia la mercantilización de la educación superior. La asfixia presupuestaria y la oportunidad de profundizar un gran lucro capitalista con la educación son las bases para proceder con esta injerencia.

Asimismo, la asamblea universitaria se realiza para votar proyectos como la interculturalidad, una lucha que vienen dando las organizaciones mapuches y que ninguna manera nos oponemos, pero que son el barniz para que continúe un régimen antidemocrático y reaccionario. Es que los órganos de cogobierno no representan a la mayoría de la universidad con docentes precarizados, salarios empobrecidos y una mayoría estudiantil golpeada con la enorme crisis nacional. La democratización de la universidad no está presente en esta asamblea.

Otro aspecto importante que incorpora la asamblea universitaria es avanzar en lo que se denomina la “bimodalidad”, es decir, un esquema presencial y virtual sin que se tengan las condiciones materiales para ello, constituyendo una degradación de la calidad educativa y una reforma laboral encubierta para las y los trabajadores universitarios y preuniversitarios. Sucede que, por un lado, no hay aulas, dispositivos ni proyectores que permitan dicha modalidad, y, por el otro, en carreras con fuertes componentes de formación vinculados a la práctica -como por ejemplo: trabajo social, ingenierías, agronomías- la virtualidad implica una reforma educativa importante.

Por ello, desde la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS) y la Naranja Universitaria levantamos un programa y una propuesta de acción ante el curso de la asamblea. Discutir un pliego de reclamos que impulse el aumento ya del presupuesto universitario, de salarios a trabajadores docentes y no docentes, fondos para becas, infraestructura, comedor universitario y material de estudio.

Junto a ello, las defensa de la carrera de grado y el fin de los posgrados arancelados que se convierten en una gran caja de negocios de las camarillas universitarias. Todo este pliego lo necesitamos defender poniendo en pie a la universidad con independencia del rectorado y decanos que trasladan el ajuste nacional a la casas de estudios. Vamos por un plan de lucha en regla en unidad de docentes, estudiantes y no docentes.

https://prensaobrera.com/universidad/milei-pone-en-peligro-la-educacion-universitaria