Universidad

11/4/2022|1642

Elecciones UBA

Avanza el Rectorado, el kirchnerismo imita a la Franja y la izquierda da pelea

Lo que los comicios en las 13 facultades nos dejaron.

La UJS luego de finalizarse los escrutinios.

El viernes pasado culminaron las elecciones de centros de estudiantes y de representantes del claustro estudiantil en los consejos directivos de las facultades de la UBA. Las mismas estuvieron atravesadas por el período pospandemia (fueron las primeras en realizarse en dos años y medio) y la vuelta de las clases presenciales que el mes pasado se extendió a la mayoría de las instituciones del país.

Avance del “reformismo”

El primer dato que surge, si uno ve los resultados, es la primacía de las fuerzas vinculadas al Rectorado en general, y en particular a Nuevo Espacio. No es casualidad que hayan convocado a elecciones de un día para el otro. Este bloque realizó elecciones muy importantes en Odontología (pasó del 91,86% al 95,2%), en Medicina (avanzó del 71,74% al 74,58%), en Económicas (si bien bajó dos puntos, lo cierto es que sacó 72%), en Fadu (pasó del 44,20% al 60,03%), en Psicología (sacó 42,02% en 2019 y 59,2% ahora) y en Ingeniería (el MLI pasó del 54,36% al 64,8%). Además, logró de la mano del LAI ganar Agronomía, y juntó a las dos fuerzas de Derecho (Nuevo Derecho y Franja Morada). La excepción al avance sería la UES de Sociales (PJ), que decreció en votos (avanzó en Centro del 43,73% al 44,27%, pero estuvo a 0,7% de perder la mayoría estudiantil), aunque igualmente se hizo del Cecso con claridad.

La fecha elegida por el Rectorado para los comicios no fue casual. En un cuadro de falta de lucha y de atomización estudiantil, con dos años de pandemia y sin clases presenciales, sus agrupaciones se hicieron fuertes y lograron plasmar en la elección la ventaja de haber tenido en las carreras y el CBC el contacto y las vías de comunicación preponderantes con los estudiantes en el marco de la cursada “virtualizada”. Además, estas agrupaciones, al estar con las gestiones, logran “resolver” problemas cotidianos de la cursada desde su mesa. De esta forma, camuflan que son los responsables de los problemas cotidianos de la facultad, y se venden como personas que “están para ayudarte”. En Sociales, en donde la UES no tiene ese poder, dado que no integran la gestión, fue el único lugar en donde no crecieron.

A su vez, no hay dudas que el hecho de no ser oficialismo a nivel nacional les jugó a favor, dado que no pagan el costo político de manera tan directa del ajuste sobre la educación. Cuando Macri gobernaba, la Franja y Nuevo Espacio perdieron muchos centros de estudiantes a nivel nacional.

En Farmacia y Bioquímica aumentaron su caudal electoral, aunque hicieron una maniobra fraudulenta en el Consejo Directivo agregando 150 personas al padrón un día jueves. Es probable, en ese cuadro, que la elección que acaba de concluir hable más de lo que pasó que de lo que pasará.

Camporismo morado y naranja

El bloque kirchnerista, hegemonizado por La Cámpora, hizo una campaña que se limitó a ser un refrito de Nuevo Espacio. El eslogan “estudiantes como vos” (históricamente de la Franja Morada), “avanzar para transformar” (en Filosofía y Letras) y demás eslóganes vacíos de contenido mostraron a estas agrupaciones como una segunda versión de la Franja. Este robo a los eslóganes morados históricos tiene una explicación política: su manera de intentar que no se exprese el retroceso del gobierno en la elección fue apalancarse de la mano de las gestiones “progres” como ocurrió en Sociales, Vete, Exactas y Filo. Este último fue el más claro, dado que funcionarios de la Facultad como el vicedecano llamaron a votar a la lista de los K.

En Exactas, los ayudines de la gestión vinieron de dos lados: los que salen apoyan a Identidad (Cámpora, primera fuerza), mientras que el próximo decano (Willy Durán) muestra su respaldo al FEM (Mella). Sin embargo, esta estrategia no sirvió de conjunto, dado que el kirchnerismo retrocedió en Filo (del 41,36% al 33,11%), Psicología (del 39,5% al 24%), Farmacia (33,88% al 28,8%), Veterinarias (del 40,05% al 29%), FADU (del 35,36% al 26,50%) y perdieron Agronomía. Ni con los recursos del gobierno ni de las gestiones lograron frenar el descontento hacia el gobierno.

El único lugar en donde el kirchnerismo logró una buena elección fue en Derecho (37%), en donde se expresó de alguna manera una miniatura de la elección nacional en los marcos de la Facultad. Aún así, el frente de la Franja Morada y Nuevo Derecho le ganó con el 52%.

De los cuatro centros de estudiantes que no están en manos del Rectorado, dos son de la izquierda y dos del kirchnerismo; uno de ellos ganado apenas por 85 votos (Filosofía). Este bloque paga el costo político de un gobierno que suscita un descontento fuerte entre les estudiantes. Su razón de ser en la UBA pasa por la integración a gestiones cuya capacidad de maniobra será puesta a prueba por las idas y vueltas de la situación política y económica.

La elección de la UJS y la izquierda, con claros y oscuros

La izquierda da pelea. En un cuadro de avance del Rectorado y de los radicales, con un kirchnerismo con los recursos propios de su gobierno y sus gestiones, la izquierda plantó bandera. En primer lugar, con Evet-UJS y Antídoto (UJS) enfrentamos al gobierno en Veterinaria, Farmacia y logramos vencerlo (en los dos primeros casos). En Filosofía y Letras logramos achicar mucho la distancia con un planteo de independencia política y de oposición al gobierno nacional y el decanato de Puan 480. En Veterinarias ganamos con el 44% en una elección con 5 listas, y le sacamos un 15% de diferencia a La Cámpora, quien contaba con el apoyo de la gestión de la Facultad. En Farmacia y Bioquímica le ganamos por 10 puntos tanto a la lista de la decana Arranz, Nuevo Espacio, como a Sinapsis, vinculada al PJ de la Capital. En ambos casos nuestras campañas marcaron la importancia de la independencia política de nuestros centros de estudiantes por sobre los gobiernos y gestiones que ajustan la educación. Las enormes elecciones en estas facultades sirven como impulso para dos centros de estudiantes que combaten las políticas de exclusión de las autoridades que dejan libres a cientos de estudiantes.

En Agronomía hicimos una elección histórica, y sacamos más del 16%, luego de romper el frente de conducción que se había armado en 2018 al calor de la lucha educativa y por el aborto legal. Allí marcamos que los límites de ese frente se habían profundizado frente a la integración del Fana y Cambium al gobierno nacional. Es, en ese sentido, un pronunciamiento político importante para que la Fauba salga a luchar en defensa del ambiente y la educación. En Filosofía y Letras quedamos a solos 85 votos de recuperar el CEFyL, pese a la ruptura del MAS, y además logramos presentarnos en las trece facultades de la UBA. En Exactas hicimos una gran campaña que nos mostró como la única oposición dinámica a La Cámpora, aunque no logramos expresarlo en un ascenso electoral. En Derecho nos posicionamos como tercera fuerza de la Facultad, lo cual nos abre un canal de intervención importante.

En Medicina, Económicas, Psicología, Sociales, Ingeniería y Odontología retrocedimos electoralmente. Si bien los resultados en estas facultades fueron malos, confiamos en que la referencia y conocimiento de nuestras agrupaciones sumado a una militancia que organice la lucha contra el ajuste en la universidad nos volverán a colocar en un lugar más relevante en términos electorales.

Debates en la izquierda sobre la elección

Nuestra campaña giró en torno a la denuncia del ajuste del gobierno de Alberto Fernández y el FMI, y cómo este afectaba a la universidad y a su cursada, que veía la novedad de la vuelta a clases presenciales. Esta caracterización nos permitió poner el foco en que la única forma consecuente de pelear en esa orientación es sacando al gobierno y al régimen universitario (cómplice del primero) de los centros de estudiantes, para transformarlos en herramientas de lucha del movimiento estudiantil.

Esta orientación no fue acompañada por el resto de la izquierda, que en varias facultades eligió otros caminos de intervención. El PTS puse en pie una campaña sumamente electoralista, en la que priorizó un desfile de sus figuras políticas nacionales por las casas de estudio antes que una campaña de lucha por la recuperación de las organizaciones estudiantiles.

El Nuevo MAS llevó adelante esta impronta de manera más verborrágica. En Sociales llegaron a militar “la lista de Manuela Castañeira”. Lo de este grupo, en ese sentido, es significativo: es electoralista sin votos y personalista sin figuras significativas. Su acto más criminal se vio en Filosofía, donde rompieron la lista con el argumento de que su organización “merecía más en el frente”, y terminó no solamente viéndose triplicado en votos con la Lista 4, sino además terminando como cuarta fuerza detrás de una organización que pertenece a la carrera de Edición. Pero esa política, criminal por sus implicancias en Filosofía, la replicaron en toda la UBA; en una línea faccional y autoproclamatoria aunque en ninguna elección se hayan justificado sus argumentos para las rupturas. Esperemos que los compañeros reflexionen luego de, literalmente, entregarle el CEFyL a las fuerzas del gobierno.

Lo que viene

Con esta elección el rector Barbieri buscará su rereelección para seguir consolidando una universidad atada a los intereses capitalistas. Si bien la elección es muy favorable para el Rectorado no hay dudas de que las consecuencias del acuerdo con el Fondo se vieron en la vuelta a las aulas y se profundizarán a medida de que transcurra el año. Un dato no menor es que mientras la UBA votaba masivamente, lxs estudiantes de la UNA tomaban el decanato frente a falta de cupos en Visuales. La UJS dará pelea para organizar la lucha en defensa de la educación pública junto a lxs docentes, no docentes y el resto de lxs estudiantes. Tenemos que canalizar el descontento que prima en la juventud para poner en pie al movimiento estudiantil. Esa es la tarea.