Universidad
7/6/2022
Balance de las elecciones en la UNC
Pongamos en pie un movimiento estudiantil que enfrente a los ajustadores.
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Universidad Nacional de Córdoba.
En la Universidad Nacional de Córdoba, este jueves último finalizaron las elecciones estudiantiles y de autoridades al rectorado. El saldo fue el triunfo del oficialismo de Somos (radicalismo, PJ y aliados) al gobierno universitario con el 63% contra el candidato K de la lista Vamos. Así, Jhon Boretto-Mariela Marchisio compondrán formalmente la nueva fórmula de gestión hasta 2025, mientras que la composición del claustro estudiantil en el Consejo Superior se mantendrá inalterado, teniendo el espacio liderado por Franja Morada (Reforma) 6 bancas, 3 en manos del PJ y sus aliados (La Fuerza Estudiantil), y 1 de parte del espacio referenciado en la Bisagra.
Con el abierto apoyo de algunos de los figurones de la derecha de Cambiemos local, como los Mestre, de Loredo y Luis Juez, el referente morado y exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas, Jhon Boretto, se hace del cargo de rectorado como un hombre del establishment político que reviste poder en torno a la Casa de Trejo, y al que ni siquiera le falta en su historial haber sido funcionario del rectorado kirchnerista de Scotto hace algunos años. La victoria, siguiendo la tradición de la gestión Juri-Yanzi (UCR-PJ), se da en alianza con algunos de los sectores ubicados en el armado pejotista que se referencia en la actual gobernación de Córdoba, con campaña incluida de parte de sus elementos estudiantiles propios y otros asociados al espacio como el caso de Libres del Sur.
A su contrincante Alberto León, extracto de la burocracia gremial docente y de la Facultad de Agronomía, la suerte le fue ajena. El aparato de los decanatos K no se jugó a una campaña fuerte en función de un armado testimonial, y el apoyo de una fuerza estudiantil venida a menos como la Bisagra no resultó suficiente para torcer la balanza a su favor como tampoco el vinculo estrechado con organizaciones que, pese al derrotero de claudicaciones y traiciones que llevan encima como consecuencia de dejarse cooptar, gozan aún con algo de influencia entre la juventud universitaria como Jóvenes por el Clima.
En cuanto a representantes estudiantiles, como se dijo, el “poder legislativo” de la UNC permanecerá inalterado en lo tocante a las bancas del claustro. En materia de porcentajes, Reforma pasa del 50% a 54%. La Fuerza Estudiantil, con nuevo nombre, pasa a 27% retrocediendo solo un dígito. Mientras que Estudiantes por la Universidad Pública vuelve a llevarse un 11% de votación en tercer lugar. Ubicada tras las tres fuerzas patronales quedó el Frente de Izquierda Unidad que saco un 2%, un leve avance en relación al 1,7% que saco el espacio unitario de la izquierda el año pasado que congregaba a los partidos del FIT junto a otras organizaciones. La lista divisionista del “Ya Basta-Nuevo Mas” obtuvo el 0,7% en toda la universidad, demostrando una vez más el fracaso al cual lleva su política sectaria que se replica en todos los frentes.
Mientras que en los Consejos Directivos las situaciones fueron desiguales y se pudo sostener la banca del Frente de Izquierda en la Facultad de Artes, en Filosofía la izquierda perdió las posiciones que tenía, marcando el mayor retroceso. Ello se debió al divisionismo del Nuevo MAS y de la 29 de Mayo, como así también del “Frente Asambleario”, que presentó una lista corporativa de las asambleas de escuelas que no luchan y ello solo ayudó a dividir el voto que reclamaba independencia política y que así, Estudiantes al Frente (kirchnerismo), vuelva a ganar aún en su momento de mayor debilidad.
La UJS bregó por un Frente Único de la izquierda y los sectores independientes en toda la Universidad atendiendo especialmente a la complejidad del cuadro. El Frente de Izquierda Unidad fue la concreción de eso y logró ser la fuerza más representativa a nivel general de una alternativa independiente a los partidos que vienen gobernando y sus agrupaciones que, en conjunto, nos han llevado a la crisis educativa presente. Fuimos abanderados del planteo en defensa del comedor, contra la injerencia de iglesias y empresas, por el doble horario de cursada, mayor planta docente y presupuesto para aulas y edificios, además de denunciar los problemas específicos de cada facultad. Y de conjunto nos esforzamos por desenmascarar a las agrupaciones tradicionales que esconden sus vínculos con los partidos del sistema instalando que la disyuntiva sobre la que hay que posicionarse es la de UNC o FMI.
Estas elecciones en sí mismas hablan más del arrastre subjetivo de los efectos de la pandemia que del escenario que vendrá a darse con el correr del tiempo. En esto se encuadran los desafíos de la etapa para la Unión de Juventudes por el Socialismo. Poner en pie un movimiento estudiantil que enfrente a los ajustadores que degradan año tras año la educación superior y que son los representantes de un régimen universitario antidemocrático y descompuesto, antagónico a la universidad que debemos proyectar desde el campo del pueblo trabajador que se subleva contra la crisis que le hacen pagar todos los gobiernos.
Con ese objetivo la UJS, juventud del Partido Obrero, que viene de realizar una importante campaña en varias facultades, impulsará la puesta en pie de agrupaciones estudiantiles combativas y de izquierda, que apunten a la recomposición del movimiento estudiantil y al despliegue de la lucha por la universidad pública y junto a la clase obrera ocupada y desocupada y el movimiento de mujeres y diversidades.
https://prensaobrera.com/politicas/por-que-los-100-anos-de-ypf-partieron-a-todos