Universidad

30/10/2008|1061

Caperucita y el lobo

dirigente de la Unión de Juventudes por el Socialismo-Partido Obrero

Esta columna de opinión fue escrita para su publicación en Página/12, en respuesta a la publicada por el presidente del centro de estudiantes de Ciencias Económicas en la edición del viernes 24 de octubre en el mismo diario (ver “Hechos no palabras”, Página/12, 24/10).

No deja de llamar la atención que el presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas, el franjista Juan Manuel Oro, dedique una columna en Página/12 a expresar su disgusto por el desarrollo del Partido Obrero en la Universidad, y hasta se atreve a caracterizarlo como “un peligro”. Sin advertir las iras que podría desatar entre los “observatorios de medios”, los emplaza a que no cubran las acciones de lucha de la Fuba y los centros de estudiantes en manos de la izquierda.

Según Oro, los estudiantes de Económicas nos votaron porque ignoraban que en la lista Movimiento por Económicas (MxE) se encontraba el PO. La afirmación es curiosa, porque la Franja desenvolvió una campaña de características macartistas y policiales para que los estudiantes no se olvidaran de nuestra presencia al depositar el voto. Pero Oro no solamente escamotea la utilización de métodos políticos infames por parte de su agrupación; también evita informar que la Franja Morada de Shuberoff se presentó a las elecciones con la rúbrica de Nuevo Espacio, lo cual constituye claramente un fraude. El MxE, en cambio, es un frente integrado por La Mella, El Base, La Corriente, El Germen y el PO. Si hubiéramos pretendido encuadrarlo como PO habríamos cometido un desatino de leso sectarismo.

La Franja le ocultó a los estudiantes que fue la fuerza de choque de la patronal sojera. En la facultad, estos adalides del ‘voto no positivo’ apoyan a un decano kirchnerista. Mientras los jefes de Oro despotrican contra el ministro Julio De Vido, en la facultad apoyaron el acuerdo de éste con el decano para construir un edificio reservado a los posgrados pagos y a los eventos de los grandes bancos (y sus difuntas AFJPs). Los que han sido inducidos a la confusión han sido los votantes de Nuevo Espacio-Franja Morada, no los que lo hicieron por nosotros.

Oro se coloca en el campo de las ‘soluciones racionales’; o sea, las que se identifican con el ‘mercado’. A la luz de la bancarrota capitalista mundial, es claro que a los Oro habría que buscarles un hospicio, aunque lo más racional sería que una revolución socialista, en especial en los países más avanzados, sepulte al capitalismo. En Económicas, el ‘racionalismo’ de Oro y de su decano no es otra cosa que la privatización de la universidad y de la educación. El mundo ‘racional’ de  nuestro crítico se cae a pedazos.

Oro nos acusa de ocultarnos detrás de “reivindicaciones”, o sea de nuestro programa. De una manera desviada reconoce el poder convocatorio que han tenido esas “reivindicaciones”. Pero se trata de las reivindicaciones que la gestión de la Facultad y Oro combaten todos los días. Al votar por un programa, la masa del estudiantado que ha apoyado a MxE ha demostrado una elevada politización. Nunca es suficiente remarcar este hecho, porque la Facultad de Ciencias Económicas ha sido el conejillo de Indias del neo-liberalismo durante las últimas tres décadas.

Las elecciones universitarias han otorgado un nuevo impulso a nuestro partido en las urnas; el mismo ascenso se manifiesta en el movimiento secundario, como lo demuestra, por ejemplo, nuestro aplastante triunfo en el Carlos Pellegrini. Las razones son políticas. Oro representa a un mundo de fracasos, que se derrumba. Nosotros recogemos los resultados de un largo y sacrificado trabajo político. Los sucesos corrientes muestran, finalmente, que siempre hemos sido más realistas que nuestros adversarios.