Universidad

24/6/2020

Con la unidad de los centros, pongamos a la UNA de pie

UJS UNA

La idea de que con el fin del gobierno de Macri se terminaba el ajuste, la represión y la “Argentina de los vivos” contrasta con la realidad de los seis meses del gobierno de Alberto Fernandez: ajuste a los jubilados; subsidios a Techint y Clarín; pago de millones de dólares de deuda externa; falta de insumos en los Hospitales; recortes salariales acordados con la UIA y la CGT. Se trata de una orientación que, de conjunto, sigue apuntando a la defensa de los capitalistas mientras se profundiza la miseria y empeoran las condiciones de vida de les trabajadores.


Les artistas sufrimos las consecuencias de estas políticas y, al no poder salir a trabajar en cuarentena, estamos totalmente desamparados. La histórica precarización de nuestro sector se ve reflejado en los miles de monotributistas y trabajadores en negro, frente a los menos que trabajan en blanco. Esto hace que seamos de los sectores más afectados por la crisis. La situación en la educación va en el mismo sentido: el presupuesto para las universidades nacionales es el mismo que el del año pasado, por la política de no votar uno nuevo hasta que cierren las negociaciones con los bonistas. En la UNA, en un contexto de crisis edilicia, ajuste y la virtualización forzosa a causa del Covid-19, la rectora Sandra Torlucci gobierna la universidad a puertas cerradas. Fuimos les representantes estudiantiles de los centros de estudiantes y los consejos quienes reclamamos que sesione el Consejo Superior y se discutan nuestras necesidades.


¿De dónde venimos?


En noviembre del 2017 impulsamos la creación de la Funa (Federación estudiantil de la UNA), siendo la izquierda la conducción de los centros de Artes del Movimiento y Visuales, sumando a su vez a la Federación a los centros de Crítica de Artes y Audiovisuales. La creación de la Federación respondía a la necesidad de unificar los reclamos de les estudiantes y de esta forma poder potenciar al movimiento estudiantil.


A pocos días de su creación, la Funa salió a la calle contra la reforma previsional que aprobaron el macrismo y el PJ en el Congreso, y la posterior lucha por la liberación de les detenides por la represión. La Funa participó activamente en la lucha por el aborto legal con asambleas junto al resto de los niveles educativos y espacios de organización de mujeres y disidencias, y un plebiscito conjunto con las federaciones y coordinadoras que colocó a nuestra universidad como una de las más partidarias de la legalización. Al iniciar el estudiantazo nacional de 2018, la Funa tuvo un papel fundamental en el apoyo a les docentes, la organización de vigilias y tomas de facultades en defensa de la educación, y la organización estudiantil independiente del gobierno y las autoridades.


En la creación de nuestra Federación no participaron los centros de Artes Dramáticas y Formación Docente, debido a la expresa decisión de sus conducciones. Estas manifestaron su desacuerdo con la creación de una federación estudiantil por considerarla una herramienta de “aparato”. Una discusión similar se dio con les compañeres de Folklore, que no llegaron a integrarse. Más allá de esa concepción, la experiencia desarrollada demuestra con hechos concretos la importancia y el principal propósito de dicha conformación: unificar y potenciar la unidad del movimiento estudiantil para batallar en conjunto.


Si bien esta experiencia de la Funa fue sumamente positiva, hoy no podemos dejar de marcar las razones de su inactividad reciente. Por un lado, una de las corrientes políticas que le daban cuerpo (en ese entonces Nuevo Encuentro, actualmente “Puebla”) bloquea cualquier iniciativa que contraríe la política del gobierno y la gestión, dado que apoyan a ambos. A su vez, la decisión de les compañeres que conducen el centro estudiantes de Artes Visuales (Ceavi) de romper con la Unión de Juventudes por el Socialismo, que les llevó a un ensañamiento sectario, también influyó fuertemente en la situación que vemos hoy por la división de la conducción de la Federación.


¿A dónde vamos?


En este sentido, hoy la Funa sólo nuclearía a los centros de Movimiento, Visuales y Crítica de Artes, con el agravante de que existen posiciones divergentes en torno a la necesidad de enfrentar la política de las autoridades y el gobierno. A su vez, la convocatoria de reuniones de los centros de estudiantes en donde participaron representantes de Artes Dramáticas, Audiovisuales, Movimiento, Folklore, Formación Docente y Visuales, muestra también que de esta forma se desarrolla un mayor agrupamiento de estudiantes de la UNA. El espíritu de la formación de la Funa fue siempre ese, y no pretendemos que en este contexto la Federación se transforme en una traba para el desarrollo del movimiento estudiantil.


Por esto, entendemos la importancia de que las reuniones que se llevaron a cabo entre centros de estudiantes se sistematicen para poder estructurar mejor la unidad de los centros. A su vez, si bien las declaraciones de la última reunión son positivas y aportan al posicionamiento político, es fundamental que estos encuentros resuelvan acciones de lucha aun en el marco de la virtualidad. Ello no implica que desde la UJS abandonemos la perspectiva de seguir desarrollando una Federación, por el contrario entendemos la importancia de que en los tiempos que corren logremos su desarrollo en conjunto, con los debates e intercambios que correspondan.


En este sentido, proponemos que se lleven a cabo reuniones de los centros de estudiantes cada dos semanas, para resolver acciones contra el ajuste en la universidad e impulsar una campaña por la compensación mensual de 30.000 pesos a artistas, la exención del pago de monotributo y el establecimiento de un impuesto extraordinario a las plataformas virtuales, así como acompañar las luchas en curso de trabajadores.


Seguimos peleando por la organización independiente de les estudiantes de la UNA, más que nunca en este contexto.