Universidad

25/9/2019

Conclusiones de las elecciones estudiantiles de Medicina-UBA

A principios de este mes tuvieron lugar las elecciones estudiantiles de la Facultad de Medicina (Fmed) de la UBA. En un cuadro en que se pretende avanzar con nuevos ajustes sobre la universidad pública, se hace preciso trazar un balance para preparar al movimiento estudiantil para la etapa que se viene.


Las elecciones obligatorias de consejeros directivos y de centro de estudiantes (CECiM) arrojaron un triunfo de Nuevo Espacio, la agrupación de las autoridades de la Facultad de Medicina y de los popes de los negociados en la salud, que con un contundente 72% lograron recuperar el CECiM que habían perdido el año pasado con la Lista 8, conducida por la UJS. Los K, que este año fueron todos juntos, si bien salieron segundos retrocedieron un poco con relación al año pasado.


Esta victoria de la gestión en Medicina (del PJ, aliada a los radicales de la UBA) se enmarca en un avance general de las fuerzas del rectorado en la universidad, pero con la particularidad de que en esta facultad la estrategia que se dieron fue la de una ofensiva permanente, que en el marco de un reflujo más general no pudo ser derrotada pese a la iniciativa del Centro de Estudiantes. 


Un año de intensa lucha política  


Las elecciones por las que el año pasado llegó El Frente Lista 8 a la conducción del Cecim reflejaron las conclusiones de un sector del movimiento estudiantil luego de la rebelión universitaria y la lucha por el aborto legal. Una semana antes de los comicios, se había realizado una toma en apoyo a la lucha docente, que puso a un amplio sector de la facultad de pie en defensa de la universidad pública -y a Nuevo Espacio, claramente referenciado políticamente con el macrismo, del otro lado del mostrador. 


Luego de nuestra victoria, el cierre de la paritaria docente por parte de la burocracia kirchnerista le impuso un freno a un movimiento que venía desarrollándose con fuerza en toda la UBA. En ese cuadro, la gestión de Medicina tomó nota de su derrota y montó una brutal ofensiva sobre los estudiantes que habían votado mayoritariamente a la izquierda, golpeando reivindicaciones y derechos para imponer la idea de que si no votaban a Nuevo Espacio no se iban a poder recibir. Este operativo de extorsión empezó desde el primer día de la nueva conducción, con la baja de materias vespertinas y materias de verano, y continuó luego con el bloqueo de las inclusiones a la Unidad Docente Hospitalaria de los ingresantes al segundo ciclo de la carrera; pasando por el caos de asignaciones y la baja de fechas de finales, entre otras cosas que sumergieron a la facultad en un completo caos que tomaba a los estudiantes y sus cursadas de rehenes. 


Junto a ello, la gestión desarrolló un fuerte ataque contra todo el activismo de la facultad, injuriando (hasta mediáticamente) a los docentes que habían sido parte de la lucha salarial y montando al gremio Aduba, dirigido por una burocracia, para apropiarse de las reivindicaciones docentes conseguidas mediante la AGD y la lucha del 2018.


De nuestra parte, como conducción del CECiM, respondimos en defensa de nuestras cursadas movilizando al decanato, armando la comisión de materias vespertinas con estudiantes independientes que nos acompañaron a recorrer los hospitales, e incluso realizando una toma del tercer piso de la sede central del CBC por las materias de verano y yendo hasta Mar del Plata el 2 de enero a defender las inclusiones. 


Sin embargo, el cuadro más general de reflujo hizo que en una facultad masiva se impusiera la extorsión de las autoridades y que muchísimos estudiantes vieran que la vía más sencilla para recuperar su vespertina sea mediante la agrupación de las autoridades y no mediante la organización independiente.

Además de dar estas respuestas a la ofensiva de la gestión, nuestra conducción se caracterizó por la búsqueda de la unión con lxs trabajadores de la salud, participando en todas sus movilizaciones y organizando una campaña en la facultad a favor del pase a la carrera profesional. Organizamos junto a la AGD una comisión de docentes ad honorem y tomamos la iniciativa de un foro en defensa de la interdisciplinariedad de nuestra facultad, frente al intento de la gestión de expulsar a lxs docentes que no fueran graduados en Medicina.


A su vez, organizamos la Comisión de Géneros que expulsó a Rodolfo Rothlin, un acosador denunciado durante veinte años y encubierto por ser del riñón de la gestión. Desde el punto de vista gremial, mantuvimos un menú estudiantil a 85 pesos (sin gas para cocinar, porque la facultad bloqueó hasta eso) y digitalizamos los apuntes. Nuestro centro, con los límites propios y de la situación política nacional y de la universidad en donde primó la contención del peronismo, tuvo una orientación claramente distinta al de Nuevo Espacio: de unión con lxs trabajadores y el movimiento de mujeres y disidencias, y en defensa de la educación y la salud públicas.


Elecciones 2019


La gestión desenvolvió a su vez un operativo de regimentación de la facultad, que incluyó aprietes contra docentes, la instalación de molinetes (algo que fue tomado en el masivo de la facultad de manera positiva) y votaron la veda en el Consejo Directivo, asegurándose una elección sin debate. 


En este marco, Nuevo Espacio acordó con Sinapsis (ruptura de Nuevo Encuentro de Farmacia) y La Cámpora la unión de las urnas del centro con las del Consejo, en una acción que beneficiaba a Nuevo Espacio tanto en la facultad como en cuanto a delegados para la FUBA; y garantizó la usurpación del PTS del sello del Frente de Izquierda, pese a que tanto la UJS como el MST estábamos en la Lista 8, con la idea de derrotar a la agrupación del rectorado. 


Así, con el doble de votantes totales que el año pasado y habiéndose impuesto la idea de que la cursada solo iba a volver con Nuevo Espacio, la gestión logró sacar un resultado que no refleja el peso político y militante de cada agrupación. El fenómeno fue que incluso estudiantes que conocen a Nuevo Espacio y se enfrentaron a este el año pasado, por verlos como un bloqueo a la ola verde y a la rebelión universitaria, lo votaron “con la nariz tapada” para que vuelvan sus materias.


La perspectiva en Fmed y la nueva etapa en la universidad 


De la mano del próximo gobierno con Alberto Fernández y la continuidad de una política de dependencia del FMI, la universidad sufrirá nuevos ajustes, como ya se anunció con el presupuesto 2020. Tal como lo hizo durante los cuatro años de gobierno macrista, la gestión de Medicina prepara el realineamiento con el rectorado y gobierno en pos de la privatización, el recorte de nuestras carreras de grado y la devaluación de nuestro título. Esta avanzada tuvo su primera parada con la reforma del plan de estudios en Ingeniería y, en la carrera de Medicina, sacando el punto del Internado Anual Rotatorio (IAR) para devaluar el título frente a las universidades privadas. 


Esta orientación de las autoridades, que recibieron a Alberto Fernández en un acto en el Aula Magna, nos llevará a nuevos choques entre el movimiento estudiantil y un rectorado que contará con centros adictos, encarnados en agrupaciones como Nuevo Espacio. 


La Facultad de Ciencias Médicas, más allá de este resultado que muestra una conclusión determinada de una experiencia, se caracteriza por tener un sector activista que se le planta a los gobiernos que atacan a la salud pública, docentes que luchando les arrancaron mil rentas al rectorado, mujeres que participan de la ola verde y una cantidad de estudiantes de licenciaturas que en muchos casos ya son trabajadores de la salud. Desarrollando esta corriente en la facultad y al calor de las próximas luchas que se vienen, estamos convencidos que muchísimos estudiantes romperán con el voto de hoy, y que volveremos a poner a Fmed movilizada en defensa de la educación y la salud pública contra los gobiernos del FMI. Por el aumento de presupuesto, el salario para los ad honorem, la triple franja horaria en todas las carreras, condiciones dignas de cursadas y una formación académica al servicio del pueblo trabajador y no de los mercados.