Universidad

7/11/1995|472

Congreso de la Federación Universitaria de Córdoba

El sábado 21, se realizó el Congreso de la Federación Universitaria de Córdoba, el primero después de la aprobación de la Ley de Educación Superior y de la firma del convenio entre la Universidad de Córdoba y el Banco Mundial (Pres-Fomec), avanzada en la colonización de las casas de estudio.


El congreso no duró más de un día y las comisiones fueron expresamente vaciadas de contenido político y hasta de congresales. El plenario de cierre comenzó tres horas más tarde y se redujo a una transa por los cargos de la Federación, en la que los centros de estudiantes ‘opositores’, el Frente Grande y Venceremos (Patria Libre) hicieron de comparsa de Franja Morada, la única de todas las corrientes que resultó beneficiada en la rapiña.


La UJS se empeñó en dar una batalla política tanto en la sesión plenaria como en las comisiones del congreso. Denunciamos el carácter del congreso, orientado a abortar cualquier deliberación sobre el balance de la lucha estudiantil y la propia responsabilidad de FM en la entrega de la gigantesca lucha contra la Ley. Reclamamos un plan de lucha para quebrar la ley e imponer la derogación del FOMEC, y la necesidad imperiosa de marchar a un congreso general de estudiantes. Llamamos a poner en pie al movimiento estudiantil contra la asamblea universitaria que encarará la implementación de la Ley, rechazando los actuales estatutos privatizadores y arancelizadores de Delich, y las modificaciones menemistas. Hecho este planteo, librada esta lucha y en defensa de este programa, la UJS llamó a retirarse, planteo en el que coincidieron la juventud del Mst y un sector independiente de Medicina.


¿Huevo o cáscara?


El papel más lamentable corresponde a la oposición palaciega a Franja. Los dirigentes de Patria Libre y el Frente Grande no cuestionaron el Congreso, en función de un ‘acuerdo’ con Franja que les permitía ‘acceder’ a un puesto en la dirección de la FUC. En el minuto final y cuando logró que toda su ‘política’ fuera aprobada, la Juventud Radical desconoció el acuerdo y colocó a la totalidad de sus hombres en la conducción.