Universidad

13/4/2024

Defender la Universidad es derrotar a Milei

Este 23/4 todes a la marcha educativa. Plan de lucha hacia la huelga general universitaria

La lucha en la Universidad de Buenos Aires

La convocatoria de la movilización educativa acordada por gremios docentes, no docentes y federaciones estudiantiles es un gran paso en el plan de lucha para enfrentar a Milei. Sin lugar a dudas, debe ser tomada como un punto de inflexión en la lucha en defensa de la Universidad. Atravesando el primer mes de clases, podemos empezar a hacer un balance sobre el impacto de la crisis, el vaciamiento presupuestario y sus consecuencias políticas. A pesar de las pocas semanas de actividad académica ya hubo vastas acciones impulsadas por un movimiento estudiantil, aún incipiente, de la mano de docentes y no docentes. A la vez, se suma a la lucha general un sector de becarios del Conicet, cuyas problemáticas se ven entrecruzadas con las de la Universidad.

Primeros pasos

El inicio de clases no fue uno más. Así lo discutió la reunión con centros de estudiantes y no docentes convocada por la AGD a principios de marzo, en la cual votamos de forma común un plan de lucha, incluyendo acciones de movilización, antecedidas por asambleas autoconvocadas en Agronomía, o el cacerolazo educativo impulsado por el CEFyL a fines de febrero; esta coordinación entre docentes, no docentes y estudiantes impulsó dos “molinetazos”, junto a trabajadores de la cultura y asambleas populares, cacerolazos, ruidazos y radios abiertas, mientras que en centros de estudiantes como Visuales y Movimiento (Universidad Nacional de las Artes, UNA), o el CEFyB (Farmacia) y CEV (Veterinaria) de la UBA, se vienen impulsando asambleas y reuniones abiertas desde febrero. Las asambleas de Filo y Sociales llevadas adelante en marzo, más numerosas que otros años, son síntomas positivos que muestran que les estudiantes se predisponen a salir a luchar con mayor intensidad, votando respectivos planes de lucha en ambas facultades.

Así lo reflejan las acciones ocurridas estas dos semanas, en el marco del plan de lucha convocado por la Conadu Histórica, AGD-UBA y otros gremios docentes. La comisión interna no docente de Sociales llevó a cabo un gran “ruidazo”, con una radio abierta y acción común en zona Houssay, con la participación del CEFyB. Le siguió un banderazo en que intervinieron la AGD-UBA, ATE-Conicet, el CEFyB, Apuba Sociales y numerosos estudiantes el jueves 4, también en Houssay. Psicología se prepara para llevar adelante una asamblea autoconvocada el 17/5, luego de una enorme campaña de presión de les estudiantes contra la conducción del CEP (EDI-UCR), que se negó a convocar. En Veterinaria, el CEV formuló la propuesta de una asamblea interclaustros, invitando al Ceaba (centro de Agronomía) a participar. La numerosa asamblea de Exactas, antecedida por un banderazo, votó una vigilia previa a la movilización educativa. Mientras se escriben estas líneas, transcurre el paro docente del 10 y el 11, con clases publicas y acciones en toda la UBA, que incluyen ruidazos en Agronomía y Veterinaria el miércoles 10, un cacerolazo en Filo el mismo día y un cacerolazo en Sociales el 11/4. Los terciarios, que llevan adelante una lucha tanto contra Milei como contra el jefe de gobierno porteño Jorge Macri, vienen de protagonizar numerosas asambleas, destacándose las impulsadas por el JVG (Joaquín V. González), el terciario más numeroso de Caba, y un plan de lucha que tuvo el 9/4 una jornada de clases públicas. En la UNA, el inicio más tardío de las las clases viene antecedido de una inmensa lucha política que data de asambleas desde febrero, enfrentando los despidos en cultura, el cierre del Incaa (Instituto Nacional de Artes y Artes Audiovisuales) y la privatización del Gaumont.

¿Cierra las universidades?

El gobierno mantiene su política de asfixia y pone en riesgo la continuidad de la Universidad. La partida de gastos de funcionamiento que liberó Milei luego del paro universitario no representa nada en relación a la demanda de gastos de mantenimiento que tienen las casas de estudios, y no incluía presupuesto para el salario docente y no docente. Mientras el gobierno de Milei no muestra atisbos aún de llegar a algún acuerdo, las gestiones radicales y peronistas, al igual que sus representaciones sindicales parecen haber ingresado a una nueva etapa del conflicto. El sector radical impulsó un petitorio en defensa de la UBA, lo cual expresa que de fondo no buscan avanzar en una confrontación con el gobierno, sino más bien mantener una ventana abierta a una negociación. Un camino al que vienen apostando, como vimos con la Ley Omnibus; pero la adhesión del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) a la movilización educativa parece marcar el agotamiento de esta experiencia, viéndose obligados a recurrir a mayores medidas de presión. El peronismo, con la premisa de garantizar la gobernabilidad para llegar a elecciones en término en 2025, sigue la misma política, bloqueando iniciativas más profundas de acción. La lucha es ahora, siguiendo la experiencia de 2016 y 2018; el movimiento estudiantil se tiene que poner de pie y nuestra tarea es impulsarlo en todos lados.

¿Y la Fuba? 

En sintonía con el Rectorado, la Fuba promueve acciones testimoniales que poco impactan en la lucha política actual, como el petitorio ya mencionado o el UPD simbólico (“Ultimo Primer Día”, celebración de estudiantes secundarios) en el CBC (Ciclo Básico Común). Cualquier iniciativa en defensa de la educación es válida pero no alcanza. Necesitamos una federación que organice asambleas en todos los lugares de estudio con la perspectiva de una asamblea interfacultades; que de la mano de todas las gremiales impulsemos una movilización por presupuesto para la educación.

Los centros de estudiantes de Veterinaria y Farmacia en la UBA, Movimiento y Visuales en la UNA, y el Joaquín V González y el Alicia Moreau de Justo en terciarios, vienen siendo un laboratorio de la experiencia que queremos expandir. Bajo la premisa de estado de alerta permanente, impulsamos comisiones, asambleas, clases públicas. La tarea de la etapa es despertar el movimiento estudiantil: el “elemento espontáneo” que podemos observar con movilizaciones, ruidazos, cacerolazos, intervenciones en las facultades puede expresar la forma embrionaria de una profundización de la lucha educativa. El movimiento estudiantil se está recomponiendo de una etapa de reflujo larga. Esto, a diferencia de lo que quieren expresar las conducciones radicales y kirchneristas (para excusar su falta de acción), no tiene que ver con un conservadurismo de les estudiantes, sino que es el resultado de años de cooperación estatal de las herramientas gremiales. Desde la Franja Morada hasta La Cámpora o la Mella, las agrupaciones alineadas a distintos bloques de las autoridades buscaron presentar a les estudiantes que la salida a sus problemas estaba de la mano de integrarse a las gestiones de las facultades o ser funcionarios en distintos ministerios. Sin embargo, la experiencia muestra lo contrario: la integración de estos sectores no solo no trajo mejoras, sino que convirtió a estas agrupaciones en funcionarias del ajuste y del deterioro educativo de estos años, generando una inacción consciente de las herramientas gremiales para desarticular cualquier expresión de lucha.

No corresponde, entonces, bajo ninguna circunstancia, responsabilizar a les estudiantes, sino recuperar los centros bajo una perspectiva independiente del Estado para darles nuevamente un carácter de lucha. Es evidente que esto no se dará de un día para el otro, ni con iniciativas que estén por fuera del movimiento, sino que debe ser el resultado de una lucha paciente en la que debemos acompañar una experiencia para ir avanzando en medidas de lucha más fuertes a medida que el proceso de lucha tiene más cuerpo. Ese es el sentido del plan de lucha y las acciones locales que venimos protagonizando desde principio de año y en las cuales nos apoyamos en los centros de estudiantes independientes, en la AGD y la comisión interna no docente de la UBA, como así también de otros reagrupamientos.

Tenemos que avanzar en el debate y una experiencia de lucha con ese activismo para que se constituya en vanguardia y nos permita expandir aún más un planteo que empieza a romper el aislamiento.

Una marcha nacional educativa para quebrar el plan de Milei

La decisión de las autoridades universitarias de movilizar, obligadas por la intransigencia del gobierno, no debe confundirse bajo ningún término con la aceptación de la dirección política de este sector. La confluencia circunstancial que docentes, estudiantes y no docentes podemos tener con este sector en esta medida debe entenderse como un paso necesario en la lucha contra el gobierno, pero bajo la comprensión que el interés de las autoridades universitarias es antagónico al nuestro. Mientras estas últimas impulsan el ajuste en sus propios términos, luchando por recursos básicos que les permitan garantizar una subsistencia de la Universidad, y a partir de eso, su lugar en el esquema de negocios mediante posgrados y cajas propias, estudiantes, docentes y no docentes luchamos por una universidad al servicio de las necesidades de los trabajadores, contraria a cualquier forma de negociado, privatización o arancelamiento, en búsqueda de que el conocimiento científico esté dirigido por sus propies trabajadores, y no por camarillas privatistas.

El proceso de lucha no debe ser confundido con una integración a bloques que nada tienen que ver con nuestras necesidades, sino que debe servir a modo de clarificación, no solo mostrando la necesidad de que el movimiento estudiantil debe estarlo dispuesto a “ir más a fondo” o ser “más combativo”, sino entendiendo la distinción de intereses entre ambos sectores. Más que nunca, habrá que señalar que si la conclusión del proceso es reforzar la injerencia de las autoridades en los centros de estudiantes, peores condiciones tendremos para defender la Universidad, siendo fundamental llevar adelante una delimitación tajante con las corrientes que presentan esta alternativa, y señalando la necesidad de recuperar todos los centros y federaciones con independencia política de estos sectores.

La huelga educativa se construye; por eso, además de las acciones de lucha, tenemos plenarios con docentes y sectores en lucha para discutir cómo enfrentar a Milei. En ese sentido, también confluiremos en la asamblea nacional de trabajadores ocupados, desocupados, de la cultura y asambleas populares. Tenemos que ir con todo a la gran movilización federal educativa del 23. No como un lugar de llegada, sino como lugar de partida para quebrar el plan Milei. A diferencia del proceso que culminó en un “hay 2019” e hizo que el movimiento estudiantil se alinee no solo con el gobierno sino con las autoridades universitarias, buscaremos construir una verdadera rebelión educativa para derrotar a Milei.

https://prensaobrera.com/universidad/23-de-abril-las-universidades-van-a-la-plaza-de-mayo