En la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) en el transcurso de la primera semana de junio se intentó implementar un régimen de cursada y promoción retrógrado con respecto al vigente. El proyecto consistía en restringir las cantidades de faltas y anular las posibilidades de recuperar los “parcialitos” semanales, a lo que se le sumaba la supresión del recuperatorio del examen global (final), que estaba contemplado en la reglamentación anterior. Estando sujeta la aprobación de los parcialitos a la “buena voluntad” de los docentes, pues ya no tenían nota que calificara el rendimiento de los alumnos.

 

Esta ordenanza, de conjunto, significaba un claro ataque a las condiciones de estudio del alumnado, que de por sí no son las mejores, ya que dicha facultad representa el bastión de la reacción, teniendo un ingreso de carácter restrictivo, con un cupo de 250-300 alumnos (y cuya decana es la vocera de todas las políticas de privatización, restricción, cupos, etc.).

 

Este hecho fue el detonante para la organización de la lucha del conjunto del estudiantado de Ciencias Económicas, que llevó a la toma de la Facultad con una destacada actuación del Centro de Estudiantes, conducido por una agrupación “independiente”.

 

Esta toma capturó la atención de todos los estudiantes del complejo por su masividad y firmeza durante cuatro días.

 

Finalmente logró la derogación de la ordenanza, demostrando que únicamente mediante la acción directa de las masas estudiantiles se puede doblegar el ajuste permanente que viene sufriendo la educación.

 

En una situación de completo desbarajuste del presupuesto de la UNMdP, que atenta contra el funcionamiento mismo de la universidad, la lucha de los compañeros de Económicas marca el camino a seguir.