Universidad

13/6/1995|451

El clero dicta los contenidos de la educación

“Gracias” a La Nación (8/6) nos venimos a enterar que “el hermano Daniel Mugica, presidente del Consejo Superior de Educación Católica… se pasó noches enteras trabajando en los controvertidos Contenidos Básicos Comunes y en múltiples aspectos de los programas de formación docente, codo a codo con el ministro Rodríguez, con la secretaria de Programación y Evaluación Educativa, Susana Decibe, y con monseñor Jorge Meinvielle, en una tarea silenciosa que los diarios nunca contaron porque no se informó.  No había tiempo para la prensa”.


¿Se puede relatar con mayor hipocresía el trabajo conspirativo al que se han dedicado los burócratas oficiales de la educación y los burócratas del clero, para imponer los criterios de esta secta oscurantista sobre el conjunto de la sociedad argentina? Si los pactos que se establecieron en estas reuniones llegan a buen puerto, las escuelas, colegios y universidades se convertirán en realidad en un enorme convento y la iglesia en la institución suprema, no dentro del Estado, sino al lado de él.


Para que este pacto se viabilice no será necesario pasar por el Congreso, pues la facultad para imponerlo le cabe al Consejo Federal de Educación, que reúne a los burócratas oficiales del conjunto de las provincias. En este caso, el pueblo no deliberará ni siquiera por medio de sus representantes, ya que los burócratas están designados a dedo. El régimen democrático reclama respeto alegando representatividad, pero funciona como un aparato fuera de control, de características despóticas.


Pero no es necesaria siquiera esa reunión del Consejo Federal, pues el nuevo presidente del Consudec, padre Iantorno, le acaba de informar a Clarín (10/6) que “el Ministro de Educación aceptó ‘casi todas las propuestas’ que el Episcopado le presentó semanas atrás para ‘mejorar la elaboración’ de los contenidos básicos comunes (CBC)”. Pero, como sabemos, estas “propuestas” ya habían sido aprobadas antes de presentadas, como consecuencia de un trabajo nocturno y silencioso.


¿Se puede revertir esto de otra forma que no sea con la movilización masiva y la huelga general para imponer el gobierno estudiantil-docente de la educación, sin injerencia de capitalistas ni obispos?