El Consejo Directivo de la facultad de Filosofía y Letras se pronunció explícitamente en apoyo a Cristina, en un acto bochornoso. Esta nota refleja nuestra posición como minoría estudiantil en ese mismo consejo.

En primer lugar, en la previa a la votación, el consejo rechazó pronunciarse contra las auditorías de planes sociales a cargo de las universidades. Detrás de estas auditorías se esconde la intención del gobierno de aplicar un recorte de la asistencia social, una semana después de que una niña muriera por desnutrición en un colegio de Barracas. Pretenden enmascarar está persecución y recorte diciendo que “son un espacio de participación de estudiantes en políticas públicas”.

La defensa explícita de Cristina, no obstante, no se justifica. La persecución y la corruptela no son excluyentes, son dos caras del mismo régimen. La participación de los Kirchner en los negociados con la obra pública de Santa Cruz, la masacre de Once y los bolsos de López se cae de madura. En su defensa, Cristina no pareció muy preocupada por explicar su inocencia, sino que se dedicó a marcar que todo el resto del arco político está metido en los mismos negociados. Sin embargo, aunque sea casi de público conocimiento, la justicia no avanza sobre los Macri y Caputo, que son los propios socios de la corruptela K. Este accionar muestra como estas causas de corrupción son utilizadas por las distintas facciones políticas para disputarse el control del estado, un estado que funciona como un nido de negociados y corrupción contra el pueblo. “En Argentina las cosas funcionan así” dijo CFK.

El tema es que las autoridades y la mayoría estudiantil del Colectivo (ahora con cargos en la gestión) no sólo son kirchneristas, sino que comparten la vocación de ajuste y negociados de la vicepresidenta. No se pronuncian contra al ajuste al presupuesto universitario, no abren el edificio que prometieron en plena campaña de Centro de Estudiantes, vienen de arancelar diplomatura ESI. Es decir, son ajustadores defendiendo a otra camarilla ajustadora.

No podemos dejar pasar el pronunciamiento del rectorado de la UBA, el cual es una impostura. Bajo la absurda excusa de que en la Universidad no se puede hacer política, el Decano Gelpi y el Vicedecano Yacobitti hacen política buscando cercenar el debate e intentando presentar a su espacio político, Juntos por el Cambio, como ajeno a este entramado de negocios corruptos cuando están metidos hasta el fondo y las denuncias llegan hasta desde adentro del propio espacio como pasó con Carrió.

El llamado a defender la pluralidad de voces no va a tapar la complicidad de la oposición radical – macrista con la corrupción y con la enorme crisis que atraviesa el país, y también la universidad.

El hecho de que diferentes partidos de izquierda hayan salido a apoyar a la vicepresidenta afirmando que no se pudo probar su vínculo con los hechos es una concesión gratuita e innecesaria a los responsables de las masacres de once y a los que ampararon las mafias ferroviarias que asesinaron a nuestro compañero Mariano Ferreyra. Los llamamos a tener un debate al respecto. Desde la UJS rechazamos cualquier fallo que implique una proscripción política cuando el régimen está lleno de corruptos a los cuales no se los investiga pero llamamos a no lavar las culpas de ningún responsable político en los hechos de corrupción.

Es todo un dato que esta discusión se lleve adelante mientras nuestres docentes de AGD-UBA y CONADU Histórica están en un paro nacional contra el ajuste salarial de este gobierno, al cual adhiere la gestión de Filo y el CEFYL. Apoyarlos en su pelea es un punto fundamental de nuestra intervención estudiantil.

Queda claro que ambas partes del régimen político quieren usar las universidades para sus intereses. Es por esto que les estudiantes debemos luchar por la independencia política y porque la universidad esté en el campo de la lucha contra el ajuste, la represión y la explotación.