El Rectorado confiesa el fracaso virtual y decreta un “sálvese quien pueda”

El pasado viernes, el Rectorado de la Universidad de Buenos Aires informó el corrimiento del calendario académico (del 1/6 al 12/3/21), pero habilitó, en la misma resolución, que las materias que ya habían arrancado de forma virtual sigan su rumbo hasta junio. De esta forma, el rector Alberto Barbieri decreta un “sálvese quien pueda”, que pone arriba de la mesa problemas de fondo.


A confesión de parte…


Con su resolución, el Rectorado admite que la universidad no está preparada y no podría avanzar en la “virtualización” de manera integral. Las condiciones de ajuste y ahogo presupuestario de los últimos años alejan a las facultades de tener las condiciones para hacerlo: hoy en día, la UBA funciona con el presupuesto del año pasado, luego de un 55% de inflación. Esto explica por qué la universidad apenas tiene servidores precarios que colapsan simplemente con una inscripción (Siu Guaraní).


No obstante, el problema no es solamente falta de equipamiento o déficit en cuestiones técnicas. La virtualización también encontró un rechazo masivo en la docencia, por la precarización y el aumento de la jornada laboral que produce. Además, hoy el Rectorado lejos está de garantizar los recursos para que todes les estudiantes y docentes tengan el equipamiento pertinente (computadoras, Wi-Fi). Las autoridades lo confiesan. No hace faltar relevar muchas más pruebas.


Los K y la Franja, al rescate del naufragio


La confesión del Rectorado deja en off-side también a algunas agrupaciones estudiantiles. Tanto el kirchnerismo (La Cámpora, La Mella) como las agrupaciones radicales (Franja Morada, Nuevo Espacio) salieron a coro a pedir que se dicten clases virtuales, sosteniendo que el único problema era pedir la “liberación de datos” de las empresas telefónicas.


A su vez, en algunas facultades como Exactas (Cámpora-Identidad) y en Psicología (EDI) salieron como fuerza de choque a “apretar” cátedras y docentes para que se den clases virtuales. Es una lavada de cara al Rectorado y las gestiones, y un desprecio y ataque a las problemáticas docentes. La independencia política es una/la clave de la etapa para hacer frente a las luchas que la juventud tiene por delante.


Virtualización forzosa y calendario inconsulto


Es contradictoria, a su vez, la resolución del Rectorado al establecer un cambio en el calendario académico pero dejando a elección de las facultades la posibilidad de continuar con la “virtualización forzosa” que, donde se lleve a cabo, traerá exclusión de la cursada, devaluación de la enseñanza y precarización laboral. Esta situación expresa que las autoridades no pueden garantizar condiciones igualitarias para todxs lxs estudiantes y docentes y, por lo tanto, cada unidad académica obrará según los “recursos propios” -obtenido según el mayor o menor nivel de privatización.


A su vez, el corrimiento del calendario académico no fue discutido ni con los gremios docentes ni con las federaciones ni centros de estudiantes. Ello presenta algunas incongruencias: ¿los docentes tendrán que dar clases durante tres cuatrimestres seguidos? ¿Qué pasará con las fechas de finales previstas para mayo y junio? ¿Cómo se desarrollarán las instancias de evaluación y cómo se garantizará que nadie se quede afuera de ninguna cursada? Por ahora, estas preguntas no tienen respuesta.


La vuelta a clases, si es que se da el 1° de junio, nos plantea la pelea por un aumento presupuestario para equipar a las facultades de jabón, alcohol en gel y todas las condiciones de salubridad e higiene necesarias para la cursada.


¿Qué proponemos?


Desde la UJS entendemos que es fundamental que estudiantes y docentes abramos una deliberación y un debate sobre cómo defender la universidad. En ese sentido, proponemos:


-Que el Rectorado y las gestiones convoquen a las gremiales docentes y estudiantiles para que el corrimiento del calendario académico sea consensuado.


-Defensa del salario y el convenio colectivo docente. Pago completo de la cláusula gatillo y de todas las horas (presenciales y virtuales) de trabajo. Garantía del equipamiento y los elementos necesarios para dar las clases correspondientes para estudiantes y docentes. Rechazo de plano a cualquier tipo de aprietes para que lxs docentes den clases virtuales.


-Aumento a 10.000 pesos de la beca Progresar. Garantía de las fechas de final que se vean postergadas por esta situación, y que nadie quede afuera de la regularidad en este contexto.


-Aumento presupuestario; no a la extensión del Presupuesto 2019. Garantía de las condiciones de salubridad e higiene para la vuelta a clases.


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