Universidad

9/4/2020

El “sálvese quien pueda” de las clases virtuales tiene alcance nacional

Reclamamos que el gobierno y las autoridades universitarias convoquen a las representaciones docentes y estudiantiles para que la continuación o el corrimiento del cuatrimestre sean consensuados.

Secretario de Enseñanza de la Junta Ejecutiva de la FUA

La puesta en práctica, en muchas universidades nacionales, del sistema de “educación a distancia” puso rápidamente sobre la mesa la inviabilidad del mismo. Como veníamos denunciando, no estaban dadas las condiciones para “salvar el cuatrimestre” a escala de todo el sistema universitario, como se pretendía presentar desde el gobierno y los rectorados.


La muestra más cabal de esto fue la resolución de la UBA del viernes pasado, en la que el rector Barbieri modificó (a su antojo y sin mediar debate, hay que decirlo) el calendario académico. También lo es la “recomendación” que emitió, en ese mismo sentido, la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) que depende del Ministerio de Educación de la Nación. Los primeros impulsores de la continuidad pedagógica por medios virtuales tuvieron que admitir su fracaso.


Sin embargo, la gran mayoría de las universidades salieron, horas más tarde, a ratificar sus calendarios académicos, incluida la UNAHur (Universidad Nacional de Hurlingham), de la que es rector el secretario de Políticas Universitarias Jaime Perczyk, que acaba de comenzar las clases en la modalidad a distancia el pasado lunes 6 de abril. En la propia UBA se sigue imponiendo una virtualización forzada, por facultad, como en Económicas y Exactas, donde las gestiones se apoyan en la ambigüedad de la resolución del rector, que “habilita que las gestiones de cada unidad académica elijan su propia aventura (desventura) como bien señala la AGD-UBA.



Sin garantizar el acceso a las herramientas tecnológicas necesarias, sin capacitaciones para docentes y estudiantes en un sistema muy diferente al habitual, sin reglas claras acerca de los mecanismos de asistencia y evaluación, sin fijar tareas y funciones para docentes y avasallando sus derechos, con una utilización muy heterogénea de los medios virtuales a disposición, las cursadas están siendo, en la práctica, un “sálvese quien pueda”.


Agrupaciones afines al gobierno, al rescate


En las últimas horas, trascendió que el ministro de Educación Nicolás Trotta convocó a “representantes estudiantiles” a una reunión por teleconferencia. En concreto, se trató de un encuentro entre los funcionarios del gobierno con agrupaciones estudiantiles que integran el Frente de Todos: como la JUP, La Cámpora, La Mella, Miles y la CEPA. 


Según informan los propios participantes, el gobierno solamente se refirió a las negociaciones que mantiene con las empresas de telecomunicación para que sean liberados los datos de telefonía celular para que les estudiantes puedan conectarse a las “aulas virtuales”. Esto tiene una lógica: tanto las agrupaciones afines al gobierno como la Franja Morada, en las últimas semanas, restringieron sus reclamos a pedir la “liberación de datos” a las empresas telefónicas, dejando de lado la multiplicidad de problemas que la virtualidad trae aparejados.



Basta de imposiciones e improvisación

Las distintas resoluciones acerca de la educación en tiempos de pandemia, además de mostrar un grado alto de improvisación de parte del gobierno, han sido impuestas por el gobierno y las autoridades universitarias sin que exista ninguna instancia de discusión (¡ni de consulta!) con los sindicatos docentes, no docentes y estudiantiles.


Estos debates no pueden suplantarse por reuniones del gobierno con sus propias agrupaciones. Reclamamos, en ese sentido, que el Ministerio de Educación convoque a las representaciones nacionales de trabajadores y estudiantes de las universidades para discutir el conjunto de las problemáticas, y para que la continuación o corrimiento del cuatrimestre sean medidas consensuadas, sin avasallar derechos de trabajadores y estudiantes.


En el caso del movimiento estudiantil, como ha sucedido en otras oportunidades, reclamamos que los funcionarios del gobierno nacional reciban en pleno a la Junta Ejecutiva de la FUA, sin discriminaciones, teniendo en cuenta que la misma está conformada por corrientes estudiantiles nacionales diversas, en proporción a lo que representa cada una a escala nacional.



La Federación Universitaria Argentina paralizada


No deja de sorprender, igualmente, la parálisis de la Federación Universitaria Argentina frente a este cuadro de emergencia. Su conducción, la Franja Morada, evitó hasta el momento convocar a cualquier instancia de debate, incluso a su Junta Ejecutiva, y se limitó solamente a impulsar un “Twittazo por la liberación de datos móviles” (en conjunto con las agrupaciones del Frente de Todos).


Una situación como la que estamos atravesando ameritaría, aún más que en el pasado, que se convocara un Consejo Nacional de Centros, posibilidad que establece el estatuto, para poder relevar la situación que les estudiantes de cada universidad y facultad están atravesando en el país. 


La traba a este desarrollo del movimiento estudiantil, tanto en la FUA como en las federaciones que conducen las agrupaciones del peronismo-kirchnerismo, están dadas por la dependencia de sus conducciones respecto del gobierno y del régimen universitario. La importancia y la necesidad de desarrollar una perspectiva de independencia política para el movimiento estudiantil se refuerzan frente a estos hechos.



Nuestro programa

Desde la Secretaría de Enseñanza de la Junta Ejecutiva de la FUA, la UJS-PO plantea impulsar un programa, por una salida de les estudiantes y les docentes a la crisis actual.

Reiteramos nuestra exigencia de que se convoque de forma urgente a la Junta Ejecutiva de la FUA, aunque más no sea por teleconferencia, que debe discutir e impulsar el debate en cada lugar del país y los reclamos de conjunto.


Que en cada universidad del país se ponga en pie un comité educativo con participación docente y estudiantil para discutir en conjunto cualquier modificación al calendario académico.

Si se plantea realizar cursadas virtuales, no puede hacerse avasallando derechos, y se debe garantizar previamente el proceso de formación de docentes y estudiantes en ese nuevo sistema, además de asegurar el acceso a las herramientas tecnológicas necesarias para la efectiva cursada. También en ese caso deben definirse tareas y funciones excepcionales para la labor docente (con los aumentos salariales correspondientes) y los criterios de asistencia y evaluación, sin discriminaciones que dejen afuera estudiantes. Ningún estudiante puede perder su regularidad en este período, ni perder su cursada por no participar de un intercambio virtual, sea por el motivo que fuere. 


Advertimos, igualmente, nuestra oposición a cualquier intento del gobierno y las autoridades de establecer y generalizar la educación a distancia. Defendemos, y lo seguiremos haciendo, tanto en el plano pedagógico, como laboral y político, la modalidad presencial de cursadas.


Reclamamos licencias pagas para docentes y no docentes que tengan a su cargo personas de grupo de riesgo o hijes, la renta para todes les docentes ad-honorem (muchas veces estudiantes avanzades), la restitución de la cláusula gatillo conquistada por la docencia, y un aumento de todas las becas que se otorgan en el sistema universitario para les estudiantes, empezando por llevar la Beca Progresar a un monto de 10.000 pesos, sin restricciones al ingreso para ningún estudiante.


Por último, reclamamos un inmediato aumento presupuestario, contrapuesto a la extensión del Presupuesto 2019 que decretó el gobierno, y reclamamos que, desde el día de hoy, se trabaje en garantizar las condiciones de salubridad e higiene en todas las universidades del país de cara al regreso a las aulas.


En tiempos de crisis como el que atravesamos, más que nunca es una tarea ineludible la defensa de la Universidad pública y gratuita.