Universidad

20/4/2022

Elecciones de decano en Fiuba: ¿qué hay de nuevo?

La reelección del Decano plantea un horizonte de continuidad de la política de ajuste en la educación.

Estudiantes de Ingeniería en Acción

Facultad de Ingeniería de la UBA

La casi clandestina sesión del lunes del Consejo Directivo de la Facultad de Ingeniería de la UBA (Fiuba) tuvo como objetivo la votación de decano. En la misma fueron reelectos como decano y vicedecano Alejandro Martínez y Raúl Bertero respectivamente, votados por un Consejo Directivo completamente antidemocrático, donde el claustro de profesores (votados solamente por los profesores titulares de la facultad) tienen el 50% de los votos.

En este sentido, es importante hacer un primer balance de su gestión. Martínez, bajo el ala del rector de la UBA, vino a reemplazar al radical Horacio Salgado, quien terminó su gestión con una Fiuba en crisis. El actual decano asumió con un discurso de transformación, planteando una “Fiuba del futuro”. Es el día de hoy que lejos estamos de esa facultad: la falta de comisiones con aulas colapsadas, aumento de los condicionales, falta de becas de transporte, la falta de una red de WiFi estable, salarios de miseria para los docentes o la falta de nombramientos son solo algunos de los problemas que venimos sufriendo los estudiantes desde la anterior gestión hasta ahora. La deserción y el abandono de materias, consecuencia en gran medida del aumento de duración de las carreras (ya de por sí largas) es nuestro pan de cada día.

Esto es resultado del ajuste en la educación que llevaron adelante los gobiernos nacionales y las autoridades. Ahora el FMI reclama que se profundice en este camino. Para esto el gobierno de Alberto Fernández necesitara de la complicidad de las autoridades de la Universidad y de cada Facultad. Complicidad que pudimos ver en la sesión: ni un solo Consejero denunció la falta de presupuesto o el salario como un problema para la Fiuba. Los próximos cuatros años de gestión de Martínez van a estar orientados por el ajuste y encarecimiento de nuestra condiciones de cursada.

Pero en la sesión hubo un dato novedoso y es la crisis del acuerdo entre el MLI y el decanato. Tomando la crisis en la que está sumida la Fiuba y planteando una falta de diálogo por parte del Decano, decidieron no acompañar su reelección. Pero sin quitar los pies del plato del régimen universitario, por un lado al votar como vicedecano a Raúl Bertero y por el otro al no denunciar ni el carácter antidemocrático de la elección o la falta de presupuesto. Vale recordar que a propuesta suya las boletas de Centro y Consejo fueron unificadas, dejando en manos de las autoridades el control de las elecciones de nuestra herramienta gremial.

¿Pero de donde nace la crisis? En primer lugar, las malas condiciones de cursada llevan a que el MLI sea presionado por los estudiantes y ellos apunten al Decano. En segundo, lo sucedido en el Departamento de Computación, donde dirigen, agrietó su relación con el decanato. La reacción de los docentes y presión de la AGD ante los despidos injustificados llevó a que Martínez desautorizara a Camejo (Director del Departamento y miembro del MLI) decretando la marcha atrás de los despidos. La situación del MLI se puede explicar entonces, como la de un grupo que se sostiene en la Fiuba por su peso en estudiantes y encuentra limites en sus aspiraciones de constituirse como una organización a nivel Universidad. En resumen una camarilla con intereses de aparato que tiene que ir balanceando entre sostener un Cei, con su discurso de “independencia”, y sus acuerdos el rectorado. En este contexto el más afectado está siendo el movimiento estudiantil fiubense, fuertemente golpeado por la adaptación de su Centro al régimen universitario.

No solo en toda la pandemia no se convocó ni una sola vez a la comisión directiva sino que tampoco se puso en discusión un pliego de reivindicaciones para llevar a la elección del Decano. El Cei se transformó en una mesa de entrada del MLI y lejos está el Centro que se supo plantar por la democratización y organizó las luchas en defensa de nuestra carreras ante los recortes y las reformas privatistas. Esta reelección del Decano nos plantea un horizonte de continuidad de la política de ajuste en la educación. Desde el Eia, en este panorama más que nunca llamamos a construir una alternativa que organice a los estudiantes para defender nuestra cursada y la educación pública.