Las recientes elecciones de centro de estudiantes de la Universidad Nacional de General Sarmiento (Ceungs), realizadas del 13 al 15 de septiembre, dejaron mucha tela para cortar de cara al futuro inmediato de los estudiantes y su organización. Primero los números: el frente que encabeza El Puente, agrupación armada desde las oficinas de Nardini, y que lleva a la rastra al casi extinto Funyp (agrupación orientada por el rectorado) y a La Cámpora, obtuvo el 65% de los votos y de esa forma revalidó su tercer mandato consecutivo. Por el lado de la izquierda, la lista 10 “Frente de Estudiantes de Izquierda más independientes” (FEI-U), que después de 8 años reagrupó al conjunto de las agrupaciones de izquierda existentes (Yunque UJS-PO, PTS, NMAS, MST, IS), obtuvo un 35%, que se traduce en 712 votos.

Un análisis rápido y superficial da cuenta de que el peronismo logró un triunfo contundente. Pero si lo vemos en profundidad, tiene pies de barro. La campaña del peronismo fue monopolizada por El Puente y tuvo una orientación fuertemente despolitizada; ocultaron su filiación política al PJ por considerarla piantavotos, a tal punto de ocultar el logo de La Cámpora dentro de la boleta. El Puente planteó una discusión electoral basada estrictamente en la gestión de servicios que le ofrecen a los estudiantes, al punto de calcularles que por dar café gratis le ahorran al estudiante 3.000 pesos al mes, buscando omitir que se debatan las profundas problemáticas que abarcan a la totalidad de los estudiantes de la universidad como lo son las becas de miseria que ofrece la UNGS, la falta de comisiones y la instauración de cupos que terminan siendo expulsivos para cientos de estudiantes que no pueden cursar, el aumento del 100% del menú estudiantil que ofrece el buffet, la pérdida del micro de la UNGS y el recorte a los fondos de viaje de estudio que en su conjunto repercute expulsando a 4 de cada 10 estudiantes de la universidad. Aún menos hubo por parte de El Puente mención alguna de los grandes debates nacionales tras el triunfo en las Paso de Milei, que pone en riesgo directamente la existencia de las universidades como la nuestra.

La fortaleza de El Puente es inversamente proporcional a la debilidad que presenta el movimiento estudiantil en términos de organización política. Por supuesto que esto no es magia: el peronismo trabaja conscientemente por la desorganización y despolitización de los estudiantes. Por eso el centro se convirtió en un kiosco vaciado de participación política.

Pese a los indudables ataques del gobierno a la universidad pública, que repercuten en la UNGS con distintos recortes a manos de la gestión, les estudiantes no logramos impulsar una respuesta de conjunto. Las pocas expresiones de lucha que existieron fueron aisladas por El Puente y no llegaron a irradiar a la universidad.

En este contexto, la lucha política que presentó la izquierda, y en particular nuestra agrupación El Yunque UJS-PO, fue muy importante y debe valorarse en una fase de agitación y preparación política hacia la vanguardia universitaria. El primer paso adelante fue conquistar un frente común de todas las agrupaciones de izquierda que generó simpatía e ilusión en distintos reagrupamientos de estudiantes independientes que año tras año se encontraban a una izquierda que por mezquindades y planteos autorreferenciales asistía dividida a las elecciones. Este año logramos quebrar la presión liquidacionista del faccionalismo autorreferencial y poner en pie la unidad. Dentro de la lista 10, nuestra campaña se destacó por concentrar la atención de un sector del estudiantado en un debate vital: la necesidad de tener un centro independiente del gobierno y de las autoridades que sirva para defender la universidad, más aún cuando está la amenaza de la ultraderecha. En ese planteo destacamos la incapacidad del peronismo de dar respuesta a las demandas estudiantiles, sencillamente por ser la fuerza que hoy gobierna el país y somete a la universidad y a los sectores populares a un ajuste insoportable. Nos centramos en una campaña de explicación que tuvo como eje la organización independiente de los estudiantes respecto al Estado. Formulamos un programa de reivindicaciones concretas de la universidad que nos permitió llamar la atención de un importante sector de estudiantes y castigar a El Puente por no organizar ninguna de ellas. Otras expresiones de izquierda se saltearon las explicaciones y las reivindicaciones concretas y las sustituyeron por slogans nacionales, buscando únicamente un voto ideológico a “la izquierda”. Quizás con la mira puesta en octubre y no en la organización real del estudiantado, pasando por alto que lo segundo potencia lo primero.

Conclusiones

Que el peronismo haya apostado a la despolitización absoluta de la elección delata que como organización militante de la juventud no tiene ninguna perspectiva de futuro para ofrecer. No es para menos, son los responsables de la catástrofe económica, política y social en la que se encuentra el país y del ascenso del liberfacho, entre otras atrocidades. Una fuerza que no ofrezca una perspectiva de transformación está condenada al fracaso.

El porcentaje abultado que consiguió El Puente es sumamente volátil, susceptible al mínimo cambio en la correlación de fuerzas entre los trabajadores y la juventud frente al Estado y los partidos capitalistas, que desde ya tendrá su repercusión puertas adentro de la universidad. Es por ello que, nuestra intervención y nuestra campaña política-electoral, se basó en impulsar conscientemente ese cambio de relación de fuerzas y preparar los choques entre los estudiantes y el Estado, que inevitablemente se van a dar por el ajuste que el FMI exige, más duro que el que hoy ya padecemos.

Aparte del porcentaje cosechado por la izquierda, otro dato positivo de la elección fue la participación de más de 2 mil estudiantes en la votación. Da cuenta de que dentro del estudiantado se están desarrollando y procesando debates. Aún más considerando que el peronismo atentó contra la participación desde el momento en que convocaron a elecciones con tan solo 19 días de anticipación, pasando por alto el calendario electoral del estatuto e ignorando que en la misma semana de elecciones miles de estudiantes iniciaron su vida universitaria ingresando a los talleres de ingreso desayunándose una elección de la que poco podían entender.

Con el 35% la izquierda conquistó 3 secretarias. Nuestro compañero Julian Battistessa, actual consejero por el Idei y representante estudiantil del comité de Economía Política, asumirá la secretaría de bienestar estudiantil. Pero no nos engañamos, El Puente, fiel a su ADN burocrático, no va a convocar a ninguna reunión de centro ni instancia de organización. La posibilidad de organizarnos por los reclamos de los estudiantes, en defensa de la UNGS contra la ultraderecha y el ajuste del gobierno, está en manos de la capacidad de organización independiente que desarrollen los estudiantes y la izquierda para quebrar y superar la política del PJ.

Está planteada una fuerte lucha política, sindical y teórica por poner en pie un potente reagrupamiento estudiantil que esté a la altura de las enormes batallas por venir. A nuestro juego nos llamaron.